La ética de la tecnología y la rivalidad entre Europa y Asia, a examen en el Mobile
El congreso de telefonía se centra en los debates de la industria para suplir la falta de presentaciones internacionales de 'gadgets'
29 junio, 2021 00:00El Mobile World Congress (MWC) pandémico, descafeinado por el plantón de las grandes tecnológicas y con unas expectativas de asistencia bajo mínimos, abrió ayer sus puertas con una agenda más enfocada en los grandes debates de la industria que en el anuncio de los últimos gadgets para los consumidores, como era habitual. Este año no se han repetido las carreras en Fira Gran Vía para ver los dispositivos más punteros. El desarrollo de las redes 5G y el debate sobre el rol social de la tecnología han monopolizado la cita mundial de móviles que se lleva a cabo en Barcelona entre el 28 y el 1 de julio.
Nada de lanzamientos impactantes, mucho menos de demostraciones de vanguardia. El entorno tampoco acompañaba. Los visitantes deambulaban por el reducido recinto ferial --en ediciones anteriores, el salón tecnológico había tenido el triple de espacio-- entre stands semivacíos y una sobrerrepresentación de representantes institucionales. En esta ocasión, el paseíllo de autoridades ha tenido mucho más relieve. La edición fue inaugurada por el rey Felipe VI con la presencia de los presidentes Pedro Sánchez y Pere Aragonès, y con la implicación plena de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, ausentes en otras ocasiones. Contrastaba con las escasas novedades de producto, un pistoletazo de salida atípico para un congreso que siempre ha tirado de la sorpresa como reclamo.
El Mobile World Congress (MWC) arranca en Barcelona tras la anulación de la edición de 2020 / EP
El 5G gana peso
A falta de grandes estrenos, las compañías con presencia física en el evento, como Cellnex, Orange y Huawei, han movilizado sus esfuerzos para dar a conocer sus propuestas sobre 5G. La primera ha presentado su plan para llevar esta tecnología a Barcelona con siete pruebas piloto, la segunda ha teledirigido desde la capital catalana una embarcación en Valencia para animar a otras empresas a comercializar dichos sistemas y la última ha sacado pecho de sus experiencias en China para persuadir a potenciales clientes corporativos de que una mejor conectividad es sinónimo de una mayor productividad empresarial.
Sobre esta transformación, Microsoft ha trasladado sus expectativas de que el 5G avance junto a las tecnologías de inteligencia artificial y cloud para generar una revolución tecnológica en distintos sectores económicos que irá más allá de una mayor velocidad y cobertura. Un análisis compartido por el resto de empresas presentes: para el usuario, la nueva tecnología móvil significará más rapidez y calidad, por ejemplo para reproducir contenidos. Pero para la industria, los cambios serán mucho más profundos e implicarán una producción más competitiva gracias a una mejor sincronía de todos los elementos.
Europa se la juega
Otro de los vectores de la jornada inaugural ha sido la situación de Europa en el damero mundial del liderazgo tecnológico. El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, dio la voz de alarma sobre el riesgo que corre el Viejo Continente de quedar apeado en esta carrera global. "Se trata de una oportunidad extraordinaria que no podemos perder. De lo contrario, nos quedaremos más atrás en la carrera mundial por el liderazgo digital", afirmó.
Una advertencia que resonó en otras intervenciones, y no solo por parte de otros directivos de operadoras, como Timotheus Hottges (Deutsche Telekom) y Stéphane Richard (Orange). También la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, hizo un llamamiento a modificar el esquema legal de los países europeos para armonizar el progreso tecnológico con el social. Unas llamadas a la acción en un congreso eurocéntrico lastrado por el plantón de grandes marcas asiáticas y estadounidenses.
Harari, centro de atención
El hecho de que la concurrencia del certamen internacional haya quedado reducida a aproximadamente una tercera parte de lo habitual se ha hecho notar en los pasillos y en los stands de las marcas, más despejados que de costumbre, así como en la mayoría de conferencias. Entre los visitantes a la Fira de Gran Via había poca representación de ejecutivos asiáticos y americanos, y cundía un perfil de visitante más local y, a lo sumo, europeo.
Aunque una excepción ha marcado la agenda del primer día: el coloquio entre Yuval Noah Harari y Juan Luis Arsuaga. La presencia del historiador israelí ha congregado el interés de los participantes y el espacio para keynotes de la feria se ha llenado. Harari ha reflexionado sobre las implicaciones éticas de la tecnología y los desafíos que la inteligencia artificial y el big data plantean para la democracia si caen en malas manos. Una intervención que ha amenizado un salón con mucho de filosofía aplicada al reto tecnológico, un debate de extrema actualidad y que no es precisamente menor. Por ahora, sigue abierto.
Un arranque al ralentí
La conjunción de elementos ha generado menos oportunidades para el networking, especialmente con las grandes multinacionales, que por lo general solo han participado de forma telemática. Pero ha habido una salvedad: las pequeñas y medianas empresas han gozado de más oportunidades para visibilizar sus proyectos sin el protagonismo de los gigantes tecnológicos que solían eclipsarlas. Es el caso de las empresas emergentes presentadas por Barcelona Activa en el marco de la cita startupera 4YFN.
Está por ver si las entradas a 21 euros que la organización lanzó en mayo para aumentar la afluencia al evento dinamizarán lo que queda de congreso. En los próximos días se podrá comprobar si se mantiene el tono decaído de esta apertura o la feria retoma un pulso similar al habitual. La presencia de Elon Musk este martes, uno de los platos fuertes de la jornada, se aguarda como otro de los hitos de una feria que no se esperaba por la crisis epidemiológica y que, finalmente, ha arrancado. Al ralentí, pero está en marcha.