El diálogo entre Sánchez y Aragonès que sí avalan las encuestas
Un estudio del ICPS demuestra que la negociación con el Estado para tener más autogobierno crece en apoyos, incluso entre los independentistas, cada vez menos interesados en la política
29 junio, 2021 00:00Pedro Sánchez y Pere Aragonès se reúnen hoy en la Moncloa para escenificar su apuesta por el diálogo tras años de parálisis procesista. Un diálogo que gana apoyos, sobre todo tras la pandemia.
Así lo apunta el estudio Cuando el 'procés' se encontró con la pandemia, publicado por el Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS) --centro adscrito a la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB)-- y elaborado por Lucía Medina y Maria Freixanet. En el mismo, las autoras demuestran la disminución de los partidarios de la independencia, así como el reconocimiento de que la solución al conflicto pasa por un acuerdo con el Estado.
El informe, al que ha tenido acceso Crónica Global, analiza los resultados del Sondeo Opinión Cataluña 2020, así como encuestas de años anteriores, para determinar cómo ha influido la pandemia en el debate secesionista. Entre las principales conclusiones destaca “la disminución de los partidarios de la independencia respecto de 2019, en un momento de fuerte desmovilización política en que se combinan el efecto de la pandemia, la división entre las formaciones independentistas, y el estancamiento del procés”.
También abordan los deseos y expectativas de los partidarios de la ruptura, donde se constata “la insistencia en lograr la independencia de Cataluña y la preferencia mayoritaria de los no independentistas por un pacto con el Estado para mejorar el autogobierno".
Sin embargo, "lo que piensan los independentistas sobre lo que acabará pasando se aleja bastante de sus deseos", en la medida en que "la mayoría cree que terminará con un acuerdo con el Estado, se ha producido una pérdida gradual en su confianza y han aumentado los que creen que el procés se acabará abandonando”.
El estudio demuestra cómo, desde 2017, momento álgido del desafío independentista, el apoyo a la secesión ha ido descendiendo. Ese año se constataba una situación de ventaja de los contrarios a la independencia sobre los partidarios de la ruptura (48,4% vs. 46,2%), que en 2018 se convierte en un empate (46,2 vs. 46,1). Sin embargo, en 2019 los no independentistas ya representan el 48,2% y los independentistas el 43,6% (4,6 puntos separan a unos y otros), y esta diferencia aumenta mucho más en 2020 (51,3% vs. 41,8%, 9,5 puntos) “en un contexto de fuerte desmovilización política, los motivos de la cual probablemente combinan el impacto de la pandemia, las desavenencias entre las formaciones independentistas y el propio estancamiento”, del plan secesionista.
Más autogobierno
En cuanto a los deseos, “la relación de fuerzas ha permanecido bastante estable a lo largo del tiempo, o como mínimo desde 2015, que es cuando empieza a formularse esta pregunta en el sondeo: aproximadamente un 45% del electorado desea un acuerdo con el Gobierno central para dotar a Cataluña de más autogobierno, cerca de un tercio quiere que acabe con la independencia y alrededor del 15% espera que se abandone”. No obstante, las autoras subrayan la disminución en 2020 de aquellos que querrían que el procés acabase con la independencia (31,9%), y el aumento de la preferencia por su abandono (16,2%).
En cambio, la previsión de cómo acabará el conflicto “se encuentra sujeta a más variaciones, que señalan las dificultades de cualquier pronóstico. Porque, si bien la preferencia por Cataluña como un Estado independiente se ha mantenido entre el 36,9% y el 44,3% desde 2012 y el voto favorable a la independencia en un eventual referéndum no ha bajado casi nunca del 45%, la creencia de que se implementará la independencia se ha situado en el 17,7% en 2015, y desde entonces no ha dejado de disminuir hasta llegar al 9,1% en 2020”.
Hacia un acuerdo
Alrededor de tres cuartas partes de los independentistas quieren lograr la secesión, disminuyendo muy ligeramente esta magnitud entre 2017 y 2020 (tres puntos) y “creciendo de forma paralela la proporción favorable a un acuerdo para mejorar el autogobierno (3,5 puntos)”. Por el contrario, “la mayoría de los no independentistas quieren el entendimiento con el Estado, un 70% en 2017, aunque su descenso es mucho más acusado con los años, sobre todo en 2020, cuando llegan al 62,4% y el resto se inclina por que se abandone el (29,8%) y en menor grado no saben qué responder”.
La expectativa de un acuerdo con el Estado prevalece con oscilaciones entre los favorables a la independencia, al mismo tiempo que disminuye la confianza en el logro de la ruptura (que pasa del 33,3% en 2017 al 19,3% en 2020) y crecen las opiniones que piensan que se abandonará el plan separatista (16,2% en 2017 y 23,8% en 2020).
En cambio, las expectativas de los no independentistas parecen mucho más estables, aunque cada vez confían algo menos en la posibilidad de un pacto (47,5% en 2017 y 44% en 2020) y en la idea de que se acabará renunciando a la separación (38,7% en 2017 y 30,6% en 2020), siendo lo más destacable el aumento progresivo de las dudas sobre lo que ocurrirá (13,2% en 2017 y 22,4% en 2020). “En suma, el pulso de las expectativas de los independentistas denota y bascula entre, por un lado, el realismo y posibles planteamientos estratégicos, y del otro, el fatalismo o el cansancio, mientras que las expectativas de los no independentistas señalan un estado de incertidumbre creciente”.
Diferencias según el electorado
El informe refleja algunas diferencias en función del tipo de electorado, pues “los votantes de JxCat y de la CUP se han mantenido más decididos en su deseo por la independencia y los de ERC han tendido cada vez más a contemplar un acuerdo para mejorar el autogobierno como algo deseable”. Y en cuanto a las filas no independentistas, los votantes del PP quieren mayoritariamente el abandono; los de Ciudadanos han acabado divididos a partes iguales entre el acuerdo y el abandono; y tres de cada cuatro electores del PSC y de En Comú Podem continúan apoyando el proyecto de un acuerdo, pero con algunas disimilitudes, ya que alrededor del 20% de los socialistas quieren el abandono, y entre 2016 y 2017 un porcentaje similar de votantes de comunes preferían que el procés acabase con la independencia de Cataluña”.
De los datos analizados se aprecia un cambio en las prioridades sociales y políticas, del cual la pandemia sería la principal responsable. “La pérdida de centralidad del procés a raíz de la pandemia parece más acentuada en el caso de los independentistas que entre los no independentistas”, afirman las investigadoras, pues “de 2019 a 2020, el interés por la política entre los independentistas decae 11,5 puntos porcentuales; el interés por la política catalana, 9,5 puntos; la frecuencia de discusión política fuera de la familia, 11,4 puntos; y la participación en iniciativas como por ejemplo ir a manifestaciones, llevar insignias, hacer donaciones o firmar peticiones, 9,1 puntos. Todas estas disminuciones son superiores a aquellas que experimentan los no independentistas”.