Mohamed bin Salman, príncipe heredero al trono de Arabia Saudí / EP

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El mayor fondo soberano del mundo veta al socio saudí de Telefónica

Norges Bank, encargado de gestionar fondos públicos de Noruega, ha eliminado de su cartera a varias empresas por su vinculación con países donde no se respetan los derechos humanos; entre las proscritas está Saudi Telecom, cuyas aspiraciones en Portugal también tratan de ser frenadas

8 enero, 2024 00:00

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Cruzada paneuropea contra los intereses expansionistas de Saudi Telecom (STC), la compañía controlada por el Reino de Arabia Saudí que sorprendió al mercado hace cuatro meses al anunciar su irrupción como primer accionista de Telefónica. El último movimiento contra la 'teleco' de Oriente Medio no llega desde un cualquiera en la industria de la inversión sino de un actor tan relevante como Norges Bank, el mayor fondo soberano del mundo. 

La entidad encargada de gestionar e invertir los fondos provenientes de la industria petrolera de Noruega, principal aportadora al Producto Interior Bruto (PIB) del país nórdico, ha tomado una decisión que complicará los próximos pasos de STC en sus planes de ampliar horizontes en el mercado europeo de telecomunicaciones.

Una docena de empreaas afectadas 

En concreto, el fondo soberano noruego ha incluido al nuevo socio de Telefónica en una relación de aproximadamente una docena de compañías cuya presencia en su cartera vetará debido a su relación con Estados que no respetan los derechos humanos

Junto a STC se encuentran otras compañías del sector 'teleco' así como de otros segmentos de la actividad económica, también saudíes y de otros países de su entorno como Emiratos Árabes Unidos y Kuwait.

Ignacio Galán, presidente de Iberdrola (izq.), y Nicolai Tangen, consejero delegado de Norges Bank Investment Management / IBERDROLA

Ignacio Galán, presidente de Iberdrola (izq.), y Nicolai Tangen, consejero delegado de Norges Bank Investment Management / IBERDROLA

 

Norges Bank, cuyos activos bajo gestión están valorados en algo más de un billón de euros (más del doble de la actual capitalización conjunta del Ibex 35), también ha justificado su decisión por el hecho de que estas empresas no tienen en cuenta criterios medioambientales a la hora diseñar su gestión y dejan en un segundo plano e incluso obvian en algunos casos medidas para la lucha contra los efectos del cambio climático, como objetivos de reducción de emisiones, entre otras.

Los factores ESG son cada vez más tenidos en cuenta por parte de los grandes fondos, que en los últimos años no han dudado en eliminar de sus carteras las acciones de aquellas compañías que sigan apostando por los combustibles fósiles, sin una hoja de ruta definida para reducir de forma paulatina pero firme su huella de carbono.

Alarma en Portugal

Movimientos que se han extendido entre la industria; y es precisamente ahí donde STC y, por ende, Telefónica pueden encontrarse con problemas. Norges Bank es todo un referente del sector y sus estrategias son seguidas por grandes inversores institucionales en todo el mundo.

A un posible efecto contagio cabe añadir el terremoto que ha generado en el vecino Portugal eventual aterrizaje en el país de la compañía controlada al 65% por el fondo saudí PIF, después de que trascendiera que STC es una de las candidatas a adquirir el negocio de Altice, una de las principales operadoras de telefonía en el país luso, que opera bajo la marca Meo

Armar una oferta

El Gobierno portugués ha encendido todas las alarmas y ha mostrado tanto su inquietud como su disposición a vigilar muy de cerca cualquier movimiento en este sentido. 

La movilización ha alcanzado incluso los más elevados círculos empresariales, hasta el punto de que varios inversores locales bajo el liderazgo de Antonio Horta-Osorio, ex de Santander en Portugal y uno de los financieros más destacados del país se han movilizado para armar una oferta competidora que permita a Meo seguir bajo el manto local.

Sede de Cellnex en Madrid

Sede de Cellnex en Madrid Eduardo Parra - Europa Press

La estrategia incluye la idea de recuperar la denominación de Portugal Telecom, precisamente la antigua denominación de Atice y que retrotrae a la época en la que la mayoría de los países europeos mantenían un esquema de monopolio en el sector, dada su relevancia estratégica.

Otro de los inversores que han mostrado su interés por competir con STC por lograr el control de Altice es Xavier Niel, fundador de la operadora francesa Iliad, uno de los clientes de cabecera de Cellnex en el país galo, mercado de relevancia para la compañía española, que también cuenta con emplazamientos en Portugal.

 

En España, la compra del 9,9% de Telefónica por la 'teleco' pública saudí hizo que el Gobierno tomara cartas en el asunto y decidiera a finales de 2023 que el Estado volviera al capital de la operadora, con la adquisición de un 10% del capital a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

Una operación que justificó con el carácter estratégico de Telefónica en ámbitos tan sensibles como Defensa y seguridad, además del propio de las telecomunicaciones, aunque en manos del Consejo de Ministros está la autorización para que STC adquiera el 5% adicional al 4,9% que ya posee en cartera.

Repercusión en bolsa

Por ahora, estas maniobras no están haciendo mella en la cotización de la empresa saudí, que ha sido capaz de recuperar los precios anteriores al anuncio de su entrada en Telefónica.

En cambio, todo el ambiente generado a raíz de la operación y la posterior decisión del Gobierno, con movimiento previo en el consejo de administración por parte de presidente, José María Álvarez-Pallete, no ha sentado bien a la cotización de la operadora, que ha perdido comba desde el anuncio de la llegada del nuevo socio.