El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete / EP

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete / EP

Business

Pallete blinda el consejo de Telefónica antes del aterrizaje de los saudíes y del Estado

La remodelación acordada permite al presidente de la compañía cerrar la puerta a un baile de sillas con la posible llegada de representantes de los nuevos accionistas, al dejar escaso margen para la existencia de vacantes

14 diciembre, 2023 00:00

Noticias relacionadas

La última reunión ordinaria del consejo de administración de Telefónica en 2023 ha dejado un inesperado cambio en su composición. Han renunciado de forma anticipada dos de los vocales cuyo mandato toca a su fin en los próximos meses.

Más allá de una idea para agilizar los relevos, la maniobra ha sido un movimiento defensivo por parte del presidente, José María Álvarez-Pallete. Cierra la puerta de esta forma sutil a que la próxima junta de accionistas de la operadora se convierta en un baile de sillas al calor de la eventual llegada de nuevos accionistas. 

A día de hoy, la teleco pública saudí STC cuenta con el 4,9% del capital ya en cartera y derivados para sumar otro 5% adicional, a la espera de la autorización del Consejo de Ministros. Un escenario que le hace acreedor de contar con, al menos, un representante en el órgano ejecutivo de Telefónica, e incluso la posibilidad de alcanzar un segundo. 

Las intenciones del Gobierno

Sin embargo, no es el único movimiento que sobrevuela el capital de la compañía. Como reacción al aterrizaje inesperado de los inversores saudíes, el Gobierno ha encargado a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que evalúe la adquisición de un porcentaje de la compañía, con el fin de reforzar un núcleo duro de capital español.

Bajo esta eventual operación se encuentra la firme intención de Moncloa de tener también acceso al consejo de la empresa. Espera de esta forma poder contrarrestar el poder que pueda llegar a tener STC, al que el 9,9% de la operadora le otorgaría el papel de primer accionista. 

Reducir márgenes de maniobra

Aunque en la actualidad el principal órgano de gobierno de Telefónica cuenta con el número máximo de componentes que recomiendan los códigos de buen gobierno corporativo, un total de 15, hasta siete de sus miembros llegan el próximo año al final de sus respectivos mandatos. De ellos, cinco son de carácter independiente, lo que otorga un amplio margen para modificar la estructura. 

Álvarez-Pallete se ha encargado de reducir este margen lo máximo posible al anticipar la marcha de dos de los siete consejeros: Juan Ignacio Ciriac, bajo la categoría de independiente; y el veterano Peter Erskine, antiguo presidente de la británica O2 (adquirida en su día por Telefónica), y que ya tuvo que ser reelegido en la última asamblea con la categoría de "otro extreno" al haber sobrepasado los 12 años que los códigos establecen como límite para considerar independiente a un vocal.

Stand de Telefónica en el Mobile World Congress / LUIS MIGUEL AÑÓN (CG)

Stand de Telefónica en el Mobile World Congress / LUIS MIGUEL AÑÓN (CG)

Cabral y Reynal, dos nuevos independientes

Así, estas dos plazas quedan ya exentas de ser renovadas dado que los mandatos han finalizado de forma anticipada. En este caso, la junta de 2024 procederá a ratificar los nombramientos de Solange Cabral y Alejandro Reynal como nuevos independientes.

De los cinco restantes, uno es de carácter dominical y otro es uno de los vicepresidentes del grupo, José Javier Echenique, al que aun le restaría un mandato adicional para alcanzar el límite de 12 años (los cumpliría en 2028).

No resultaría sencilla la sustitución de uno de los tres vicepresidentes que, además, es el único de carácter independiente, toda vez que los otros dos representan a accionistas de referencia de la empresa.

La cuota femenina

Así, tan sólo restan tres sillones otorgados a vocales independientes para actualizar la composición del consejo. De ellos, dos están ocupados por mujeres. En concreto, Verónica Pascual y Claudia Sender, ambas nombradas por vez primera en 2016. También es el caso de Peter Löscher, el tercero en discordia. 

Con la designación de Solange Cabral, Telefónica ha alcanzado el 40% de presencia femenina que recomiendan los códigos de buenas prácticas ejecutivas. Volvería a bajar de este umbral en el caso de una hipotética sustitución por un consejero masculino. Algo más que probable en el caso de que finalmente STC tenga representación en el órgano de gobierno por factores culturales.

Además, este porcentaje podría incluso quedarse corto cuando entren en vigor las nuevas normativas impulsadas por el Gobierno, que serán aun más exigentes en cuanto a la igualdad de género en los órganos de administración de las grandes corporaciones. 

En el caso de que los tres asientos independientes se convirtieran en dominicales, Telefónica también se enfrentaría a un grave incumplimiento en materia de buen gobierno. En este escenario, de los 15 consejeros, poco más del 50% serían independientes (dado que habría cinco dominicales y dos ejecutivos, el propio Pallete y el consejero delegado, Ángel Vilá).

Adiós a la proporcionalidad

En el capital de la operadora, los accionistas significativos no cuentan ni mucho menos con una participación agregada que se aproxime a la mitad del capital, con lo que se incumpliría el criterio de proporcionalidad.

Estos notables límites a la hora de remodelar el consejo no se darían en el caso de que se pudiera "jugar" con cinco potenciales vacantes. Un escenario que Álvarez-Pallete ha eliminado en un contexto en el que, además, el Gobierno que acaba de iniciar la legislatura se encuentra en una situación de interinidad en el área económica.

Nadia Calviño

Nadia Calviño

En breve se debe ejecutar el relevo en la cartera que aún corresponde a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, pero que dejará en breve tras su reciente designación para estar al frente del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Malas relaciones

El siempre complicado juego de equilibrio de poderes parece de este modo más a salvo para el máximo responsable de la compañía ante la amenaza que siempre supone para esta cuestión la llegada de nuevos actores.

Y más cuando uno de ellos viene representado por un Gobierno cuya relación con la gran empresa se deteriora a marcha vertiginosa con el paso de los meses.