Mohamed bin Salman, príncipe heredero al trono de Arabia Saudí / EP

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Arabia Saudí avanza 12.500 millones para conquistar a las 'telecos' europeas

La intención del Reino de Oriente Medio de hacerse con una de las principales operadoras móviles de Portugal ha encendido también las alarmas en el Gobierno luso

17 diciembre, 2023 00:00

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La ansiada transformación del sector de telecomunicaciones en Europa podría contar con un protagonista inesperado hace apenas unos meses: Arabia Saudí. El Reino de Oriente Medio ha presentado sus credenciales para participar en el proceso tras diversas inversiones realizadas este mismo año, entre las que se encuentra la entrada en Telefónica, lo que empieza a hacer aflorar el recelo de los Estados afectados. 

El último ha sido Portugal. Esta semana ha trascendido el interés de la teleco pública saudí STC (la misma empresa que alcanzará el 9,9% de Telefónica y se convertirá así en su primer accionista) en presentar una oferta por los activos móviles de Altice en el Estado luso, que incluyen la marca Meo, una de las principales operadoras del país vecino.

Aterrizaje firme

La participación de STC en el proceso que lleva a cabo el propietario de Altice, Patrick Drahi, con el fin de reducir el abultado endeudamiento del grupo, ha puesto sobre alerta al Gobierno de Lisboa, que ya ha manifestado públicamente su intención de vigilar muy de cerca esta posible operación, mientras que en privado lanzan un mensaje de preocupación

STC podría llegar a pagar hasta 9.500 millones de euros por un activo al que, de conseguirlo finalmente, añadirá a la cartera junto al porcentaje en Telefónica y las torres adquiridas la pasada primavera en Eslovenia, Croacia y Bulgaria. En total, unos 12.500 millones de euros y una posición más que interesante, especialmente para un actor que acaba de llegar.

La sede de MasMóvil en Madrid / EUROPA PRESS

La sede de MasMóvil en Madrid / EUROPA PRESS

En Portugal, STC se encuentra además con un panorama de cambio provocado por la fusión entre Orange y MásMóvil, que sigue a la espera de obtener el visto bueno definitivo de la Comisión Europea, más de dos años después de anunciarse. 

Para facilitar el proceso y adaptarse a las posibles condiciones que establecerá el Ejecutivo comunitario en materia de competencia, MásMóvil anunció recientemente su decisión de abandonar el mercado portugués, lo que deja a Meo sin uno de sus competidores. 

Cambios en España

Mientras en España también se esperan las consecuencias de una operación que igualmente cambiará el panorama actual para Telefónica, STC irrumpe de forma inesperada en su capital, con una inversión valorada en 2.100 millones de euros, que deberá ser analizada y autorizada por el Consejo de Ministros a partir del 4,9% que ya está en manos de la teleco saudí y hasta el 9,9% que pretende alcanzar (un tramo que se ha asegurado con derivados).

Además, la decisión de Vodafone de salir del país, con la venta de Vodafone España al fondo británico Zegona, añade otro elemento más a un proceso de transición en el que, de forma inevitable, se producirán cambios.

El plan Vision 2030

En este contexto, la llegada de un nuevo participante, con una capacidad financiera fuera de toda duda, abre múltiples posibilidades con vistas al futuro a corto plazo. En especial, porque los planes de STC no apuntan a quedarse ahí aunque se hicieran finalmente con Meo. 

El sector de telecomunicaciones es uno de los pilares del plan Vision 2030, diseñado e implantado hace ya algunos años en el Reino para transformar Arabia Saudí y su economía, con el fin de hacer que dependa mucho menos del petróleo y el resto de combustibles fósiles y emprenda al mismo tiempo un camino de cierta apertura. 

En este sentido, las aspiraciones a corto plazo del Reino pasan por convertirse en el hub de telecomunicaciones de referencia en Oriente Medio y uno de los más importantes del mundo. 

Para ese propósito, contar con amplia presencia en Europa, con un mercado muy atomizado (circunstancia que en no pocas ocasiones lastra a las empresas de mayor tamaño, como ha denunciado el propio presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete), supone un factor más que atractivo para conseguirlo.

Sede de la Exposición Universal

A la hora de ejecutar sus planes, Arabia Saudí va a encontrarse con el recelo que despierta en el mundo occidental debido a cuestiones como su régimen autoritario, su escasa observancia de los derechos humanos, la discriminación sistémica de la mujer y un largo etcétera.

La última señal se ha visto a finales de noviembre cuando Riad, la capital saudí, fue elegida como sede para la Exposición Universal de 2030, tras imponerse a candidaturas tan firmes como Roma y la surcoreana Busán. Una decisión que ha despertado no pocas críticas en la comunidad internacional pese a que fue tomada por una notable mayoría de votos. 

Las conexiones con Defensa

La fecha de celebración de este evento en el que se posan los ojos de todo el mundo es muy significativa por tratarse del año marcado en su plan transformador y que, teóricamente, representa una meta o, al menos, un paso intermedio. Cuatro años después, el país organizará otro acontecimiento excepcional que concita la atención de buena parte del planeta como es la Copa del Mundo de fútbol.

Otro de los obstáculos que deberá vencer será el del recelo de los Gobiernos a la hora de que actores del exterior entren en un sector considerado estratégico en la mayoría del planeta y con un componente tan sensible como su estrecha conexión con el ámbito de la Defensa.