Eva Parera, líder de Valents, en las instalaciones de 'Crónica Global' / CG

Eva Parera, líder de Valents, en las instalaciones de 'Crónica Global' / CG

Política

Eva Parera: "El catalanismo ha muerto"

La dirigente de BCN pel Canvi se desmarca de nuevas formaciones herederas de CDC, cuyos líderes "todavía no han pedido perdón" por haber traspasado las líneas rojas durante el desafío independentista

3 diciembre, 2020 00:00

Eva Parera (Barcelona, 1973) se muestra muy crítica con la gestión de Ada Colau (BComú) en materia de movilidad y asegura que jamás formaría parte de un gobierno con los comunes. Pero eso no es obstáculo para que la secretaria general de BCN pel Canvi tienda la mano a la alcaldesa para pactar los presupuestos municipales. Y aunque se siente catalanista, se desmarca de nuevas formaciones cuyos líderes "todavía no han pedido perdón" por haber traspasado las líneas rojas durante el desafío independentista.

--Pregunta: BCN pel Canvi ha impulsado recientemente una mesa de trabajo con empresas. ¿Qué le sorprendió más, que Colau la apoyara o que ERC votara en contra?

--Respuesta: Lo que más nos sorprendió y al mismo tiempo nos alegró fue el apoyo de los comuns a esta propuesta; sabíamos que se presentaba en un momento complicado. Veníamos de unas declaraciones de la alcaldesa Colau en contra de Amazon, veníamos de las críticas al sector del automóvil, a Nissan… Sabemos lo que piensan de las grandes empresas. Creíamos que esa propuesta es lo que la ciudad necesita. El PSC enseguida lo tuvo claro, se puso en contacto con nosotros para trabajarla y los comuns se sumaron a esta iniciativa que se pondrá en marcha dentro de poco. Supuso una gran ilusión, porque somos útiles en el ayuntamiento para el ciudadano. Estamos hablando de empresas que pueden generar ocupación cuando más se necesita. Y conseguimos un cambio de rumbo en un discurso muy perjudicial para la ciudad de Barcelona. Que ERC votara en contra, pues ya no nos sorprende nada. ERC es puro sectarismo, regada por esa inquina que tienen por haber perdido la alcaldía por nuestra culpa.

 

 

Eva Parera: "El catalanismo ha muerto" / CG

--Lo decía por el rechazo que la alcaldesa parece tener a los sectores económicos de la ciudad. Usted ha mantenido reuniones con ellos. ¿Le transmiten esa sensación?

--Así es. Las opiniones no afines se descartan automáticamente. Esto lo hemos visto, por ejemplo, en el Pacto por Barcelona. Esto es un problema y una gran irresponsabilidad. Pero es lo que vivimos no solo en el ayuntamiento, sino también en el Gobierno de la Generalitat. Venimos de una expulsión masiva de empresas por el procés. Han logrado que 4.000 empresas se hayan ido de Cataluña. Y no nos ha caído ninguna gota de sudor. Bueno, a algunos sí. Pero por parte de aquellos que gobiernan, no. Prefieren que se vayan porque no son afines al procés. Han minimizado una cosa gravísima, con todo lo que conlleva de generación de riqueza, de empleo y de impuestos de los que vive la propia Generalitat. Y en el ayuntamiento pasa lo mismo. El gobierno municipal solo se siente cómodo con quienes se sienten afines. Esto no es gobernar, es hacer política partidista. Gobernar es escuchar a todos y hacer lo mejor para el conjunto de los ciudadanos. No tengo duda de que todos los partidos de izquierdas están más cómodos subiendo impuestos, lo hemos visto en el Govern de la Generalitat y en los Presupuestos Generales del Estado; ha pasado con las ordenanzas fiscales en Barcelona con una gran subida de impuestos. ¿Esto es lo que le conviene ahora a Barcelona, Cataluña y España? ¿Alguien se ha planteado esto? ¿Así vamos a reactivar la economía? La respuesta es no. Aunque tu ideología sea subir impuestos, tienes que hacer una reflexión sobre cómo va a afectar su política. Y si ves que no va a dar los resultados esperados, pues te comes tu ideología y gestionas, que para eso estás en un cargo de gobierno.

--¿Qué postura tiene BCN pel Canvi ante los nuevos presupuestos del ayuntamiento? ¿Les daría apoyo?

--Espacio para el acuerdo lo tenemos desde el primer día. Y se ha demostrado en muchas cosas en las que hemos contribuido a ayudar a muchos sectores con acuerdos con el gobierno municipal. Por desgracia, en los últimos presupuestos no hubo voluntad de negociar con otro partido que no fuera ERC. Se fue a lo cómodo, a lo fácil. Además, se hizo un cambio de cromos con otros presupuestos que eran los de la Generalitat. Ahora, el abanico de negociación se ha abierto. El mensaje que lanza Jaume Collboni es muy claro. Le dice a ERC que aquí hay muchos socios y ellos deciden si quieren formar parte del acuerdo de los presupuestos. Porque Esquerra está herida, se siente excluida. Nosotros anunciamos en un principio que nos abstendríamos porque queríamos creer en esa mano tendida que nos dan. Vamos a dar esa oportunidad, aunque el año pasado no se consolidó. Luego, si me engañan, me han engañado, pero yo he hecho lo que debía hacer. Hemos empezado a hablar y, la verdad, muy bien. El gobierno está escuchando, no solo oye. Y nosotros también. Ambos estamos haciendo un ejercicio de empatía a la hora de comprender las posturas de cada parte. Eso es básico para cerrar un acuerdo. Si no somos capaces de ceder, no vamos a conseguir nada. Somos oposición, yo no puedo pretender aprobar unos presupuestos un 100% a mi gusto. Deben llevar el sello del equipo de gobierno, pero debo saber influir. Con esa actitud responsable, llegaremos a un acuerdo. Quedan semanas por delante.

Eva Parera se explica para Crónica Global / CG

Eva Parera se explica para Crónica Global / CG

--¿Cómo ve el cometido de Collboni en el equipo de gobierno?

--Se hace difícil juzgar el papel que debe adoptar un partido de coalición desde fuera. Nosotros estamos un poco decepcionados. La noche electoral, cuando lanzamos el mensaje de que otro gobierno municipal es posible, no llamamos a Colau. Pusimos como condición que el PSC formara parte del gobierno y controlara las políticas de los comuns. Empezaron el mandato muy fuertes, se asumieron las competencias de seguridad en agosto, Colau desapareció ese mes, gobernó el PSC con alcaldías accidentales y se tomaron decisiones importantes, como la retirada del top manta. Parecía que el PSC había puesto orden en la gestión. Luego, esto se ha ido diluyendo. Y me da la sensación de que el PSC está todavía en el marco mental de la coalición anterior, cuando la diferencia de concejales era mucho mayor. No son conscientes de que ahora solo se llevan dos concejales, y que el peso está equilibrado y tienen una oportunidad de consolidarse como fuerza que puede ganar las futuras elecciones municipales. Si no, dejarán el campo abierto a ERC.

--¿Usted formaría parte de un gobierno con Colau?

--No, jamás. De hecho ha costado explicar por qué se cedieron votos gratis dentro del propio grupo. Cuando supimos los resultados electorales y hasta la investidura, nos costó horrores hacer entender a Ciudadanos que los votos se regalaban. Querían que pidiéramos algo a cambio. Por favor, no. No podemos vincularnos a este gobierno. Nos hemos presentado para sacar a este gobierno del ayuntamiento y, por tanto, va en contra de todos nuestros principios. La base de la moralidad es hacer algo que va a tener un coste personal y político altísimo, que mucha gente no va a entender, pero te va a permitir dormir tranquilo por las noches. Vender ese voto a cambio de un sitio en el gobierno no era ético, no era moral, era contrario a todo lo que estábamos defendiendo. Al final, por eso, nos quedamos tres y después, dos.

--Se han quedado dos, uno de ellos un ex primer ministro francés con un gran capital político. ¿Hacia dónde irá en un futuro ese capital político que ahora atesoran?

--El futuro político de Manuel lo decide Manuel. Manuel Valls es mucho Manuel Valls y siempre ha decidido sus pasos y su camino político, que siempre sigue una vía muy recta. Lo que nadie puede negar es que sabe a dónde va y cuál es su discurso. Manuel ha dejado claro desde el primer día que tiene un compromiso con Barcelona y lo cumple. Cuando los resultados fueron un fracaso, ya empezó la rumorología de que abandona, pero Manuel Valls no abandona. Y cuando rompemos con Ciudadanos y nos quedamos con dos concejales, tampoco abandona. Estamos acostumbrados a convivir con esa rumorología, es nuestro día a día mediático. También hay mucha gente interesada en desestabilizar el grupo, eso forma parte del juego político, pero él siempre ha mantenido su compromiso con la ciudad de Barcelona y su responsabilidad como ex primer ministro de Francia, que no es poca cosa. Una cosa no tiene que excluir a la otra. En el grupo nadie está incómodo por esa situación. Estamos orgullosos, para mí es un privilegio. ¿Cuánta gente puede decir que puede ejercer la política al lado de un ex primer ministro de Francia? Yo puedo presumir de ello. Es un bagaje que ayuda al grupo y me ayuda a mí a crecer políticamente.

La mano de Eva Parera durante la entrevista con Crónica Global / CG

La mano de Eva Parera durante la entrevista con Crónica Global / CG

--¿Manuel Valls acabará el mandato?

--Eso se lo tendrías que preguntar a él. Hay muchos cantos de sirena y hay mucha gente que puede estar tentada de ofrecerle un puesto a Manuel Valls. Y sería comprensible que, en función de la oferta que tuviera, decidiera aceptarla si su opción fuera no seguir su carrera política aquí. Pero no hay una decisión tomada, porque no se ha dado esta situación. El día que se dé, él lo valorará personalmente, con su mujer, conmigo, con el grupo.

--¿Los cantos de sirena son para dar el salto a la política autonómica, al Congreso o volver a Francia?

--Manuel Valls no será candidato a las autonómicas. Fue una opción que se contemplaba. Ahora mismo, no tiene sentido porque lo único que haces es disgregar el voto cuando el constitucionalismo afronta una gran abstención. Lo que hay que hacer es ir a votar e intentar que haya las menos posibles opciones constitucionalistas. Lo que está pasando en el mundo independentista es una barbaridad. Tener 15 opciones independentistas, desde la más posibilista hasta la más radical, es disgregar el voto, te perjudica.

--¿Al Congreso o al Gobierno de Francia, entonces?

--En su día se dijo que se iba de ministro de Exteriores con Pedro Sánchez; ridículo. Luego, que si tendría un cargo en la remodelación del Gobierno de Macron; tampoco. Lógicamente, Manuel Valls puede ocupar un alto cargo porque tiene un perfil político alto. Lo decepcionante es que los barceloneses no supieran valorar el capital político que era en su momento. Lo tienes que aceptar.

--La Comisión europea aconseja la colaboración público-privada en la gestión de los fondos europeos para la reconstrucción. Colau ha pedido la gestión de esos fondos. ¿Se sabe qué proyectos presentará el ayuntamiento?

--No se sabe nada. De hecho, hace poco llevamos a cabo una propuesta en comisión para trabajar ya en las propuestas que vamos a tener que presentar a la Generalitat. Estos fondos, por desgracia, no van a llegar en breve. Quizá hasta finales de 2021 no los veamos. Estos fondos los recibe el Gobierno central, los distribuye a las comunidades autónomas en función de los proyectos que se le han presentado. Es importante que esto no nos pille en el último minuto. Dijimos que se pusieran las pilas en proyectos buenos. No nos podemos permitir no tener esos fondos. No se están contemplando en los presupuestos, y los necesitamos como agua en primavera. No podemos estar con tonterías de crear redes clientelares, regar con dinero público a fundaciones, asociaciones, cooperativas o empresas amigas. De verdad, no nos podemos permitir el lujo de desperdiciar ni un euro.

--Hay conversaciones con el Gobierno y con la Generalitat, porque la UE también exige esa coordinación.

--Es un tema que me tiene muy perpleja. Tenemos debates en el ayuntamiento en los que te dan ganas de decir barbaridades. Pero el gobierno municipal es del mismo color que el Gobierno central, y hay veces que te da la impresión de que ni se hablan. Te dicen que van a hacer una cosa y luego no es verdad. Tendría que ser superfácil que hablaran ellos. Esto no está pasando. Las conversaciones con la Generalitat son un festival perpetuo, de reproches mutuos. Es verdad que la Generalitat no paga lo que debe, además va como pollo sin cabeza. Es esperpéntico cómo gestiona la crisis el Govern. Por la mañana oyes a Budó decir una cosa y después Vergés dice otra por la tarde. Hay veces que tres consejeros se desmienten en una hora. No hay plan, no hay estrategia. No hay coordinación entre ellos mismos. Pedirles que se coordinen entre ellos en el Govern, sino con el ayuntamiento y el Gobierno, es como pedir un milagro a la Virgen cada día. Luego ves que el PSOE pone todos los huevos en la cesta de ERC y Bildu. Piensas que Esquerra sacará algo de eso, pero no. Lo único que gana es la lengua vehicular en la escuela. Apaga y vámonos. En lugar de aprovechar esto para el bien de los ciudadanos de Cataluña, tú lo aprovechas para generar un conflicto nacionalista; no salís de vuestro marco.

--¿Cómo explicaría a un profano dónde está el catalanismo ahora?

--Está muerto. Pero no ahora. El catalanismo muere el día en que CiU se rompe. Y ahora el catalanismo se ha convertido en puro oportunismo. Y esto me duele en el alma. Yo me considero catalanista, mi cultura política es la catalanista. Lo que representaba el catalanismo era buscar el bien, lo mejor para Cataluña, teniendo una incidencia en la gobernabilidad de España. Y ahora se está allí para destruir todo lo que representa el pacto constitucional. Nos dicen que esto es catalanismo porque defienden los intereses de Cataluña. Y no es así. Usted está defendiendo su silla y luego está defendiendo su propio partido, arañar votos. ERC ha sido toda la vida independentista. CDC siempre ha sido de centroderecha y nunca ha sido independentista. Y, de repente, por lo que me dicen unas encuestas, me convierto en independentista. Y ahora dicen que son de izquierdas. No lo han sido jamás. Pero lo hacen porque, si no, ERC les quita votos. Entonces aparecen el PNC de Marta Pascal; Demòcrates, con Germà Gordó, que votó los días 6 y 7 de septiembre de 2017 las leyes de ruptura; Units, junto al PSC… Yo estaba dentro de Lliga Democràtica y me fui. Te das cuenta de que esto es un invento más para encontrar un escaño, una silla, un acomodo en el Parlament.

--¿No cree entonces en una catalanismo transversal en torno al PSC, como defienden la Lliga o Lliures?

--Para esto ya está Units. Si Lliga Democràtica tiene que nacer para encontrar un acomodo dentro de las listas del PSC, qué sentido tiene. Si tú defiendes que eres catalanista y hay que reconstruir CiU, no puedes jamás incluir en tu propuesta a gente claramente independentista, unilateralista además. No puedes pactar con Convergents, cuando Gordó votó sí a las leyes de referéndum y de transitoriedad jurídica. Marta Pascal no puede salir hoy a decir que hay que ser moderado, volver al centroderecha… No eres creíble. Has hecho esto cuando has perdido tu escaño en el Senado. No estás criticando la falta de moral y de democracia del proyecto que apoyabas hace un año. Todo son justificaciones, pero todavía no he oído a nadie de este nuevo catalanismo decir claramente que lo que estaban haciendo no tenía ningún fundamento moral, ético, jurídico y democrático. Si Pascal quiere ser creíble debe salir y decir que se traspasaron todas las líneas rojas, pedir perdón por lo que hicieron y decir que nunca se volverá a hacer algo así.

--¿Qué análisis hace de la gestión de Albert Batlle (Units) al frente de la seguridad en Barcelona?

--Albert Batlle es un gran fichaje, conoce los cuerpos de seguridad, y es dialogante y con convicciones firmes. Nos veréis poco criticar la gestión de Batlle porque aporta sentido común al gobierno municipal, aunque luego esté rodeado de quien esté rodeado y tenga el margen de maniobra que tenga.

--Batlle dice que será candidato en las elecciones autonómicas.

--Eso complica la gestión, porque hay oposición que hace crítica destructiva, y porque su área es muy sensible y requiere de diálogo y consenso con la Generalitat de Cataluña. ¿Y si hubiera pasado algo cuando anunció que iba a presentarse? Habría sido criticado, y con razón. Veo fuerza en Albert Batlle, mientras que el PSC no acaba de encontrar liderazgos fuertes que marquen la agenda al equipo de gobierno. BComú tiene perfiles fuertes: Janet Sanz o Eloi Badia. Al PSC le faltan liderazgos similares, que influyan en el gobierno.