Cataluña echa ahora de menos todo lo que recortó Artur Mas
Los sanitarios que combaten el coronavirus añoran el personal, camas hospitalarias y unidades que cerró CiU hasta 2015
16 marzo, 2020 00:00Un ejemplo: la unidad de corta estancia (UCE, por sus siglas en catalán) del Hospital Arnau de Vilanova de Lleida. Este hospital centraliza el combate contra el Covid-19 o coronavirus en la provincia de Lleida. En esta zona poco poblada de Cataluña había hasta ayer 34 positivos por neumonía de Wuhan y 128 confinados. "Pero es que aquí tenemos solo un gran hospital para tratar a 340.000 personas de muchos pequeños municipios. La UCE era de mucha ayuda porque permitía drenar las camas de hospitalización. Pero ya no la tenemos desde los recortes", alerta Amparo Loren, portavoz de CCOO en el centro.
2009 | 9.412,9 |
2010 | 9.875,7 |
2011 | 9.118,6 |
2012 | 8.756,2 |
2013 | Prorrogado |
2014 | 8.290,6 |
2015 | 8.467,0 |
2016 | Prorrogado |
2017 | 8.876,1 |
2018 | Prorrogado |
2019 | Prorrogado |
2020 |
9.659 (previsión, pendiente) |
Ésta y otras trabajadoras sanitarias y, a la sazón, activistas prosanidad pública, alertan de que Cataluña libra renqueante su combate contra la pandemia. No ha recuperado todo lo que recortaron los Gobiernos de CiU, comandados por Artur Mas, desde 2010 a 2015. El gasto social en la autonomía cayó un 26% entre 2009 y 2015. El presupuesto del Departamento catalán de Sanidad, de 9.875 millones en 2009 a 8.290 millones seis años después. Se cerraron alas enteras, quirófanos, ambulatorios y, también, como en el Arnau de Vilanova, unidades de cuidados intensivos (UCI), ahora tan necesarias. ¿Se han recuperado? "No del todo. Estamos al 85%", insisten desde Comisiones Obreras (CCOO). El borrador de cuentas autonómicas para 2020 preveía un aumento de recursos para esta consejería hasta los 9.659 millones. Pero las leyes de presupuestos y acompañamiento han embarrancado.
Mas defendiendo los recortes (2011) / CG
Emergencias: "Jamás nos recuperamos de los recortes"
Añoran ese músculo económico, por ejemplo, en Emergencias de Cataluña (SEM). "Llevamos años con la plantilla congelada. No hay crecimiento neto de trabajadores. Este año nos informó la gerencia de que saldría una convocatoria de empleo por primera vez en años. Pero va aparejada a los presupuestos de 2020 y éstos aún no se han aprobado", indica una portavoz, también, de CCOO. ¿Qué está provocando esas estrecheces económicas en la lucha contra la expansión del Covid-19? "La flota de vehículos aguanta. Lo que no hay es personal para cubrirla. Normalmente faltan ocho o nueve personas en las distintas zonas. Estos días estamos con un saldo de menos dos, pues la gente está alargando turnos o añadiendo horas", ha agregado la misma representante.
De hecho, la crisis del coronavirus ha taponado diversos niveles del sistema sanitario. El primero, la puerta de entrada, los teléfonos 061 y 112. Esta última línea atiende todas las emergencias no relacionadas con la pandemia. Pues bien, también ha colapsado. El Centro de Atención y Gestión de Llamadas de Emergencia (Cagtu) implosionó la pasada semana, en las horas previas a la declaración de estado de alarma. "Hubo un día con 12.000 llamadas perdidas por sobrecarga", explica una trabajadora. Lo que es más: la empleada reta a los periodistas a preguntar. "Que diga Interior y Grupo Norte, la subcontrata de gestores telefónicos, qué personal extra ha contratado durante la crisis".
Falta dinero en los hospitales
Tampoco molestarían más recursos humanos y materiales pagados por las arcas de la Generalitat en el Vall d'Hebron Barcelona Campus Hospital. El mayor complejo sanitario de la región lo tiene "todo abierto", recuerdan desde la junta de personal. "Pero, como en todo el sistema, falta plantilla y la que hay trabaja a destajo. Sin mencionar que la mayor parte de los empleados son mujeres, y muchos de nosotros tenemos hijos. ¿Cómo seguimos el confinamiento por estado de alarma?", se preguntan. En esta ciudad sanitaria se trabaja sin descanso para cortar el paso al patógeno. Pero sí, también queda un agridulce recuerdo de la época en la que CiU comandó el Departamento de Salud. "Teníamos una parte pública en el Hospital de la Esperanza. Ahora, ese ala se abre y cierra anualmente con el plan de la gripe desde la época de recortes. Opera en acordeón", insisten desde la parte social.
@ioiopalba #hospitalclinic #quedatacasa per totes i tots!! pic.twitter.com/kdHXQ2unO9
— iolanda g (@ioiopalba) March 14, 2020
En Vall d'Hebron el coronavirus se combate, en un principio, desde la UCI número cinco, una de las que también opera en acordeón --se abre y cierra según la necesidad asistencial de cada día--. Hay espacio, pero falta material y personal. "Mascarillas y guantes, las justas. Y falta gente y el Instituto Catalán de Sanidad (ICS) no tiene dinero para contratar a más. Se precisan médicos, enfermeros, celadores y camilleros, pero también formación. Gente que sepa utilizar los respiradores", alertan desde UGT. ¿Y en el Clínic, hospital y laboratorio de referencia en la región? "Está todo abierto, pero es que no hay espacio. Se está derivando a pacientes comunes al Hospital Plató porque nos quedaremos sin alas --se habilitó la décima de la segunda planta la pasada semana--", recuerdan. Mientras, nada se sabe del plan para trasladar y ampliar este hospital, uno de los mejores de España y el más premiado de Cataluña. La joya de la corona de la sanidad catalana disponía de un presupuesto de 490 millones en 2009 [ver aquí]. Liquidó unas cuentas de 460 millones (-6,20%) en 2015 [ver aquí], último año de los recortes de CiU y Mas.
"Aplausos, sí, ¿pero y lo que nos deben desde 2013?"
Los sanitarios consultados apuntan a cuatro extremos preocupantes en la lucha contra el Covid-19. Uno, la posible saturación de las UCI catalanas por una elevada afluencia de enfermos respiratorios con pronóstico grave. Este es el principio rector sobre el que pivota el estado de alarma y el confinamiento parcial en España. Dos, el colapso del personal disponible por agotamiento --lo que ahora está llevando al Colegio de Médicos de Barcelona a buscar estudiantes de Medicina y, a algunos hospitales, a facultativos jubilados--. Tres, la posible carestía de material, que deben llevar "cada vez que entramos a la habitación de un positivo, para luego desecharlo". Y cuatro, la congestión de las puntas del sistema, como las UCI, sí, pero también los teléfonos de atención al ciudadano y las Emergencias. "Es evidente que la apuesta del Departamento catalán de Salud de crear Centros de Urgencias de Atención Primaria (CUAP) para descongestionar los hospitales no ha funcionado. La primaria ha quedado inoperativa durante la crisis", atestiguan.
Hay un último capítulo que médicos y enfermeros aún no quieren abordar, pero sí lo recuerdan para que, cuando pase la crisis, se ponga sobre el tapete. "Los ciudadanos nos aplauden desde sus casas. Y se lo agradecemos. Pero en Cataluña, por ejemplo, aún no todos los empleados públicos han recuperado el 5% del sueldo que se recortó linealmente a los funcionarios en 2010. El Parlamento catalán aprobó su recuperación en octubre de 2019. Aún no se ha implementado aquella moción. "Tampoco hemos recuperado todas las pagas de productividad (DPO); el 60% de la paga extra de 2013 y el 100% de la de 2014. Siete años esperando", avisan. Es por ello que los sanitarios añoran todo lo que recortó CiU hasta 2015. No solo en sus nóminas, sino también en sus lugares de trabajo, trinchera contra la pandemia global.