Cataluña es una comunidad autónoma llena de castillos. El hecho de dar al Mediterráneo y ser una de las principales puertas de entrada al Pirineo la hizo ser muy codiciada por las distintas civilizaciones. Eso, precisamente, es lo que ha obligado a sus habitantes a protegerse en tiempos de invasiones y guerras.
De esos tiempos, que esperamos lejanos, han quedado muchas fortalezas en ruinas, otras semiderruidas y otras que se han conservado con el paso del tiempo. Esto ha provocado que algunos quieran sacar partido de ello.
Fortalezas reconvertidas
En Cap Roig se han montado varios festivales de música, en Tamarit un espacio para bodas y todo tipo de eventos privados y, uno de los más recientes, ha sido la idea de los hermanos Roca de abrir un restaurante en el mítico castillo de Sant Julià de Ramis. Pero esta vez, vamos a hablar de otro lugar mucho más exclusivo.
Es uno de los castillos más antiguos de Cataluña. Data del siglo XII y, desde entonces, no ha dejado de estar habitado. Desde su construcción, sus responsables han procurado que pase como tantas otras fortalezas, que han quedado abandonadas e incluso derruidas, sino que se ha mantenido viva. Y nueve siglos después, 901 años más tarde, está más llena de vida que nunca.
Hablamos del Castell de Vallgornera, una construcción medieval que desde hace unos meses ha reabierto sus puertas, no por estar abandonado, sino tras las obras de mejoras de sus dependencias. Ahora el castillo es un hotel y enamora a National Geographic, tanto es así que lo considera "el más deseado de la Costa Brava".
Cómo es el castillo
Declarado bien cultural de interés nacional, este edificio aislado se encuentra a la entrada de la festivalera Peralada y sorprende por su curiosa forma. Erigido en el año 1123, la fortaleza sufrió unas destacas mejoras en el siglo XVII que lo convirtieron en un castillo de planta rectangular asimétrica, con patio central con dos torres de planta cuadrada en los extremos de la banda oriental que lo hacen muy característico.
La fachada principal tiene dos portales, ambos reformados y, a través de ellos, entraban los nobles catalanes. Entre ellos destacan los marqueses de Sentmenant, conocido por una famosa diseñadora española en activa. Ellos y su descendencia gozaron durante años de los cuatro amplios salones de sus dependencias, entre las que también se encuentran con cuatro habitaciones, dos cocinas y un apartamento anexo.
De castillo a hotel
Todo ello se ha convertido ahora en un exclusivo alojamiento de vacaciones con nueve suites rodeadas de lujo. La inmobiliaria catalana Badi se ha encargado de las operaciones para hacer de este castillo cargado de un pasado bélico, en un lugar donde gozar de una extrema tranquilidad. Todo manteniendo al máximo la esencia de su interior.
Las mismas habitaciones tienen nombre de las zonas del castillo: Bastión, Atrio, Almena… En ellas todavía se pueden tocar las paredes de piedra con las que se erigió esta fortaleza, se pueden pisar sus suelos restaurados e incluso darse un relajante baño en alguna de las bañeras que se conservan en algunas de las habitaciones.
Cómo es ahora
Pero aquí no se trata de tener sólo un viaje al pasado sin contar con una máquina del tiempo, sino de ofrecer un servicio de calidad. De allí, que todas las habitaciones cuenten con todas las comodidades posibles, camas dobles, sillones confortables y un mobiliario que, pese a ser de época, es completamente funcional.
Pero si las suites cuentan con todos los servicios y detalles posibles, la reforma le ha dado a los espacios comunes un aire que combina lo rústico con lo moderno. Desde un patio con chimenea hasta una increíble piscina en la que refrescarse o tumbarse un poco al sol y un bar que ofrece delicias propias de la tierra.
Cuánto cuesta
A pesar de que no se pueden degustar de platos muy elaborados, uno puede saciar su apetito con unas patatas Matina y acompañarlas con un vermut Espinaler. Y si uno tiene ganas de dulce, qué mejor que unas galletas Birba o unos chocolates de Simón Coll. Todo respira catalanidad y rusticidad.
Los que quieran alojarse en las dependencias que todavía pertenecen al marqués de Orís, Santiago de Sentmenat i de Urruela, deben saber que los precios oscilan entre los 160 y los 340 euros. Y hay opción con desayuno.
Qué hacer en los alrededores
Alojarse allí, es además garantía de ir al epicentro de la catalanidad. La zona está rodeada de lugares clave de la historia de Cataluña como el castillo de Peralada, de los vinos de la zona y, obviamente, de las playas de la Costa Brava.
Entre las actividades que se pueden realizar. Más allá del turismo rural o de costa, también está el enológico e incluso el deportivo. Desde el hotel se pueden hacer rutas en bici o participar en las clases de yoga que ofrece el alojamiento. Aunque nada mejor que una buena cata de vinos, rodeados de viñedos para hacer la experiencia aún más gourmet. Y si se quiere algo más cultural, nada mejor que acercarse a la próxima Figueres para visitar el museo Dalí o su recién inaugurada casa natal.
Cómo llegar
El Castell de Vallgornera se encuentra en una ubicación privilegiada en el Alt Empordà, cerca del pueblo de Peralada, un lugar al que se puede llegar en menos de dos horas desde Barcelona. Eso sí, en coche, ya que el transporte público sólo llega hasta Figueres.
Se debe tomar la autopista AP-7 en dirección a Girona/Francia. Continuar por la AP-7 hasta la salida 4 hacia Figueres/Roses. Una vez en Figueres, seguir las indicaciones hacia la carretera N-260 en dirección a Llançà/Portbou. Continuar por la N-260 y luego tomar la salida hacia la GI-610, que lleva directamente a Peralada.
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