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Encalla la operación para convertir Bacarrá en el club más exclusivo de la zona alta de Barcelona

La antigua inquilina volverá a operar la sala de ocio para adultos en el local propiedad del empresario hostelero Jaime Veiga, que se desmarca de la explotación del ‘pole dance’ más grande de Barcelona

27 junio, 2024 00:00

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Las negociaciones entre la familia Bordas, propietaria de Grupo Costa Este y referencia en el ocio nocturno de Barcelona, y el empresario hostelero Jaime Veiga, propietario del local en el que hasta marzo operaba la famosa sala de striptease Bacarrá, han encallado.

La intención de los Bordas, dueños de templos de la noche catalana como Opium, Bling Bling y Pachá, era abrir un club posh en la zona del Turó Park, en concreto, en la propiedad de Veiga. Como avanzó en exclusiva Crónica Global, la idea de los empresarios del ocio nocturno era operar el club más elitista y exclusivo no sólo de la Ciudad Condal, sino de España, a la altura de otros ubicados en Londres, París o Dubái y enfocados en una clientela de alto nivel económico y social.

Reabre el 'strip club'

Las obras para reconvertir el strip club en un lounge de lujo de los más elegantes del mundo incluían la construcción de una caja hermética dentro del local para insonorizarlo por completo. La reforma estaba previsto que se prolongara de dos a tres meses, de forma que se preveía que el exclusivo negocio estuviese funcionando a pleno rendimiento coincidiendo con la Copa América de Vela, que atraerá a este perfil de cliente a la capital catalana.

Sin embargo, según ha podido saber este medio de fuentes del sector, la firma entre el propietario del restaurante Can Lampazas y los Bordas todavía no se ha producido. “El local no podía seguir cerrado más tiempo”, apuntan las mismas voces, que añaden que con el bajo vacío Jaime Veiga había dejado de ingresar una suculenta suma de dinero al mes, por lo que finalmente ha decidido volver a alquilárselo a la antigua inquilina, que volverá a operar Bacarrá.

Con este escenario, el mítico strip club, que bajó la persiana en marzo, reabrirá de nuevo sus puertas en 10 o 15 días tras hacer unas pequeñas obras de mejora que nada tienen que ver con las ideadas por los Bordas. 

Veiga se desmarca de la explotación de Bacarrá

Preguntado al respecto, el hostelero gallego ha corroborado esta información pero ha subrayado que él solamente es el dueño del bajo ubicado en la calle Bori y Fontesta 25, pero no tienen ninguna relación con la empresa que explota el pole dance más grande de Barcelona. “Yo sólo he alquilado mi local de forma legal, pero no tengo nada que ver con la explotación de Bacarrá”, sostiene. 

Imagen de una cortina de diamantes en Bacarrá, el 'strip club', cerrado desde marzo

Imagen de una cortina de diamantes en Bacarrá, el 'strip club', cerrado desde marzo Cedida

Pese a la inminente reapertura de la sala para adultos, según ha podido saber este medio, las negociaciones para reconvertirlo en un club elitista siguen su curso. El retraso en el acuerdo se debe a que su reconversión requiere de una gran inversión económica por parte de la familia Bordas, un desembolso que debe hacerse de forma meditada para garantizar que el negocio reportará los beneficios que los propietarios del Grupo Costa Este desean.

La familia querría ver cómo respira Barcelona durante la celebración de la Copa América de vela antes de aventurarse a realizar una inversión de este calibre en una zona que no se caracteriza por su oferta de ocio nocturno, a diferencia de la calle Tuset donde ya operan Bling Bling. Esto les permitirá analizar detenidamente el progreso de otros proyectos en fase inicial en la zona alta de Barcelona para abrir negocios complementarios, como la reapertura de las lujosas Galerías Wagner, cerradas desde 1993 y que alojarán un proyecto de oficinas y gastronómico, como avanzó este medio en exclusiva.

Interior de las futuras Galerías Wagner cuando se reabran como oficinas

Interior de las futuras Galerías Wagner cuando se reabran como oficinas Cedida

Bacarrá tiene fecha de caducidad

Así las cosas, y aunque se preveía que el análisis DAFO estaría completo en tres o cuatro meses, ninguna de las partes implicadas, ni dueños ni propietario, se quieren pillar los dedos con un pacto precipitado.

Mientras el dueño del local y los propietarios de las discotecas más famosas de la Ciudad Condal terminan de perfilar un posible acuerdo, los operadores de Bacarrá saben que el arrendamiento tiene un punto final, pues aunque no se ha producido la firma, las negociaciones entre Veiga y los Bordas continúan.