Quién es quién en el consejo de Grífols (II): los inversores americanos

Grífols atraviesa una de las situaciones más complicadas de los últimos tiempos, después de que Gotham City Research haya lanzado uno de sus temibles ataques a cotizadas con un demoledor informe sobre la compañía, que pone en cuestión nada menos que sus estados contables. ¿Quiénes han sido los encargados de firmar esas cuentas como miembros del consejo de administración? 

Si resulta imposible entender la evolución de la compañía en el siglo XX sin contar con el peso que siempre ha tenido la familia fundadora en ella, en la presente centuria sucede algo similar con el factor estadounidense. 

De hecho, muchos en el mercado y en la industria habrían asegurado que la primera persona que ejerciera como primer ejecutivo de Grífols y que no perteneciera a la familia sería de nacionalidad estadounidense. 

Fue el caso de Steve F. Mayer, ya fuera del órgano de gobierno por motivos de salud, pero que pasará a la historia de los laboratorios por ser el primero en llevar el timón de la nave sin necesidad de apellidarse Grífols. 

Vía para ahorrar

Pese a una corta trayectoria como presidente ejecutivo, a Mayer le dio tiempo a dar un giro en la estrategia de la compañía, que había sido errática a la hora de buscar fórmulas para reducir su endeudamiento y librarse de un lastre que empezaba a ser insoportable para la evolución de su cotización. 

Con experiencia en la industria de la inversión, debido a sus años en el fondo Cerberus, y también en la sanitaria, Mayer encontró pronto una vía para lograr ahorros recurrentes, a través de un plan de ajuste que suponía eliminar algo más de 2.300 puestos de trabajo, la mayoría de ellos en EEUU.

Thomas Glanzmann, presidente ejecutivo y consejero delegado de Grífols EFE

Un plan que hará ahorrar a Grífols hasta 400 millones de euros anuales y que incide en la necesidad de incrementar la eficiencia del grupo. 

La continuidad de Mayer estaba en manos de otro de los miembros estadounidenses del consejo, el actual presidente y consejero delegado, Thomas Glanzmann. Presente en el consejo de Grífols desde 2006, sus más de 15 años en Baxter Healthcare y su anterior experiencia en Philip Morris le hacen un buen conocedor del universo de la gran empresa y de la industria, por el primero de los casos. 

Alternativas

Bajo el mandato de Glanzmann la compañía ha culminado una desinversión en China que le reportará ingresos de más de 1.800 millones de euros con los que poder seguir recortando la deuda. 

Una cifra muy próxima a los 2.000 millones que en su día buscó la empresa a través de una ampliación de capital que no llegó a lanzar de forma oficial ante la falta de interés de los mercados. 

Todo el poder en sus manos

Fue una maniobra anterior a la llegada de los norteamericanos al poder y que tan sólo consiguió que los inversores se pusieran aún más nerviosos por la situación de la empresa. Para evitar tales circunstancias, Glanzmann ha asumido plenos poderes en cuanto ha sido posible, y ha dejado el día a día de la empresa en manos de los Grífols. Las decisiones estratégicas serán para él.

La conexión a través del Atlántico está en las manos de, con toda probabilidad, el miembro más peculiar y distintivo del consejo. James Costos se incorporó al órgano de gobierno del laboratorio en 2020, tres años después de dejar el desempeño que marcó un antes y un después en su vida.

Un embajador... de carrera

Bajo la administración Obama, Costos fue durante cuatro años embajador de EEUU en España, un país que conquistó su corazón. Tanto que sus vínculos con el país no sólo no han desaparecido con el fin de su experiencia diplomática, sino que se han ampliado. Actualmente, es presidente de la productora Secuoya Studios y forma parte del patronato del Museo Reina Sofía. 

Costos sigue en realidad ejerciendo como fiel embajador pero ahora al servicio de una empresa con múltiples conexiones con su país de origen, en especial tras la adquisición de Talecris, hace casi una década.