Voluntarios de un comedor social en Madrid, como el que acude Yolanda, madre de dos niños / EUROPA PRESS

Voluntarios de un comedor social en Madrid, como el que acude Yolanda, madre de dos niños / EUROPA PRESS

Vida

Yolanda, madre de dos niños: “Con 250 euros al mes no podemos vivir"

"Al principio me daba vergüenza, pero más tarde me di cuenta de que no tenía nada de malo", explica una familia a la que la crisis del Covid ha llevado a un comedor social

17 enero, 2022 00:00

Yolanda tiene 45 años y es madre de dos niños de nueve y 13 años. Está casada con Jordi, autónomo y dueño de un taller de joyería que, por el Covid, ha dejado de aportar ingresos. Es una de las familias que acude a uno de los comedores sociales de Terrassa más conocidos por sus vecinos: el Catering Social TK. La fibromialgia que padece le impide seguir trabajando en colegios, donde asistía a niños con necesidades especiales. A raíz de la pandemia, su marido también se vio afectado y tuvieron que buscar apoyo externo porque la ayuda familiar que recibe es “insuficiente para subsistir". “Con 250 euros al mes no podemos vivir”, lamenta la mujer.

Por ello, sus conocidos le recomendaron acudir a José y Carmen, dos personas que trabajan de manera voluntaria para dar una comida “digna” a familias del barrio que atraviesan por una situación similar. “Al principio me daba vergüenza porque todo el mundo me conocía, pero más tarde me di cuenta de que no tenía nada de malo”.

Menús por un precio asequible

Pero el servicio que ofrece Catering Social TK es doble: funciona como tienda de comida preparada y, a su vez, como comedor para ayudar a personas con pocos recursos. De lunes a viernes, los residentes de esta localidad pueden adquirir sus platos por un precio asequible, cuyas raciones parten de los tres euros. Carmen es la cocinera y José se encarga de comprar los ingredientes y de abastecer de comida a los más vulnerables.

Con el dinero que recaudan de las ventas, adquieren los alimentos. Es un "proyecto solidario" que, según apuntan, ayuda a decenas de personas al día. Entre unas 80 y 100, dependiendo del día. La crisis generada por la pandemia ha aumentado el número de casos que necesitan su apoyo. "Madres solteras, familias con pocos ingresos o que se han quedado en el paro por el Covid". También “personas mayores que no cobran pensión o que cobran muy poco”, por lo que no pueden pagar “los gastos de luz, agua, alquiler y, además, tener para comer”.

El comedor de Catering Social TK en Terrassa / CATERING SOCIAL TK

El comedor de Catering Social TK en Terrassa / CATERING SOCIAL TK

El Covid dispara los usuarios

El comedor entrega una comida al día. Un menú completo que consiste en un primero, un segundo y un postre. En fechas señaladas, preparan platos especiales. Sin embargo, para conseguir “llegar a todo”, necesitan la colaboración de los vecinos y, para ello, las redes sociales son un altavoz esencial. Sobre todo en el momento actual, en el que ha aumentado el número de personas que les necesitan: antes del Covid les llegaban 50 o 60 y ahora pueden sobrepasar las 100.

José lamenta que "la crisis no sólo ha perjudicado a muchas personas que ahora acuden al comedor social, sino que ha hecho que ellos no puedan llevar la comida a domicilio". “Hay algunas personas mayores que no pueden salir de casa por salud y, por eso, les llevábamos la comida. Pero ahora no es aconsejable y se tienen que buscar la vida para venir a buscar su ración al comedor social”, explica.

Algunos de los platos preparados del Catering Social TK / CATERING SOCIAL TK

Algunos de los platos preparados del Catering Social TK / CATERING SOCIAL TK

Reclama al ayuntamiento un bono social

Catering Social TK busca “ayudar” a los más necesitados, pero su intención también es que “se sientan como en casa” y que la comida que reciban “sea lo más parecida posible a la que ellos harían”. José destaca su labor social y reclama al ayuntamiento “un bono social en las facturas” para poder acoger a más gente con el dinero que se ahorrarían de pagar esos gastos.

La crisis económica unida a la epidemiológica ha empeorado los datos de pobreza. En Cataluña, tal y como detallan las organizaciones que atienden a los vulnerables, faltan recursos para dar respuestas.