Imagen de un niño jugando en una sala pediátrica en Cataluña

Imagen de un niño jugando en una sala pediátrica en Cataluña Cedida

Vida

La fórmula mágica del apego, la clave para criar hijos felices y estables emocionalmente

Se estima que más de la mitad de los problemas de salud mental de la población tienensu origen en la infancia y están relacionados con la falta de apego

28 enero, 2024 00:00

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Cuatro de cada diez españoles aseguran no gozar de buena salud mental y un 15% ha
pensado en el suicidio, según un estudio de la Fundación Mutua Madrileña y la
Confederación Salud Mental. Se estima que más de la mitad de los problemas de salud
mental en la población tienen su origen en la infancia y están relacionados con el apego o, más concretamente, con la falta de él.

“La falta de apego se refiere a la ausencia o a la calidad deficiente de las relaciones
afectivas entre un niño y sus cuidadores primarios durante los primeros años de vida”,
explica Laura Tiraboschi, doctora en Psicología. La carencia de este vínculo emocional - añade- puede afectar de manera significativa el desarrollo en diferentes áreas, como son el desarrollo emocional, el desarrollo cognitivo y el desarrollo del lenguaje.

Niños sin apego, adultos con problemas

Esto tiene unas consecuencias devastadoras para el niño, que se van haciendo notar
durante todo su desarrollo. “Este déficit de cariño provoca grandes problemas
emocionales, de autoestima, dificultades en las relaciones sociales, incapacidad para
autorregularse, problemas cognitivos y, por supuesto, mayor riesgo de problemas de
salud mental”, sostiene Tiraboschi.

Por el contrario, un apego seguro impacta de forma positiva y directa. Para Carmen
Romero, psicóloga infantil con más de 130.000 seguidores en Instagram, “el fruto de
haber tejido un buen vínculo con el niño durante su infancia es un adulto con una buena autoestima, con grandes habilidades sociales y con éxito en las relaciones con los demás: consiguen buenas conexiones, relaciones más duraderas y estables. Este éxito social les hace sentirse a gusto abriéndose a los demás, compartiendo experiencias y sentimientos y teniendo un círculo cercano, “lo que los convierte en adultos felices y estables emocionalmente”, agrega Romero.

Fundamental en la primera infancia

El desarrollo del apego, señala Tiraboschi, se inicia desde el mismo momento de su
nacimiento -hay profesionales que opinan que desde el mismo embarazo- y tiene un
impacto duradero en la vida de una persona. Sin embargo, es fundamental trabajarlo
durante las primeras etapas del desarrollo (infancia y primera infancia). “Durante este
período, el cerebro del niño está experimentando un rápido crecimiento y desarrollo, y
las experiencias tempranas tienen un impacto profundo en la formación de las bases del apego seguro”, agrega.

La fórmula mágica del apego

La fórmula mágica para fomentar este vínculo se basa, según la psicóloga Carmen
Romero, en ser cuidadores muy presentes y conectados emocionalmente con el niño.
Eso se traduce en jugar con los hijos, empatizar con sus emociones, orientarles,
acompañarles, guiarles y detectar y cubrir sus necesidades fisiológicas, emocionales y neurológicas. “No hay que olvidarse tampoco de poner límites que les ayuden a desarrollar una mayor seguridad”, confirma Romero.

Es importante no confundir límites con castigo. Este último puede tener efectos
significativos en el desarrollo del apego, “especialmente cuando se utiliza de manera
inconsistente, severa o desprovista de apoyo emocional”, aclara la doctora Tiraboschi.

“Los resultados de haber trabajado un buen vínculo afectivo, un apego seguro, son niños menos agresivos, más maduros, niños con una mayor empatía y niños más adaptados al entorno, más dispuestos a seguir instrucciones y a acatar las normas, porque son niños que tienen mayor seguridad”, concluye Carmen Romero.