Las monas de Pascua también aguantan gracias al comercio electrónico
La campaña de 2021 viene con diseños de pasteles inspirados en TikTok o en el mundo de Minecraft
1 abril, 2021 00:00El contexto de pandemia ha afectado a los diseños de las monas de Pascua. A falta de nuevos referentes estéticos, se repiten los tradicionales, aunque también hay espacio para la innovación y para la introducción de fórmulas de comercio electrónico, el salvavidas de muchos establecimientos. Los negocios consultados aseguran que los precios de los pasteles no han subido, se mueven alrededor de los 50 euros según el tipo elegido, y que las ventas se mantienen, o incluso mejoran. El Lunes de Pascua se acerca, y con él la tradición de que los padrinos regalen una mona a sus ahijados, aunque, en la práctica, es un presente que se hace indistintamente de la relación de parentesco.
El Gremi de Pastissers ha previsto que en esta campaña de Pascua se vendan 700.000 monas, un 5% menos que en 2019. Se toma como referencia este año dado que en 2020 la festividad cayó en pleno confinamiento. Ahora, las restricciones sociales también afectan al mundo de la pastelería. Los profesionales han adaptado los tamaños de las figuras de chocolate, más pequeñas, a la normativa que restringe los contactos entre personas.
Comercio electrónico y a domicilio
Este año se podrá volver a socializar. Eso sí, en grupos reducidos y estables. Es por esta razón que las ventas aguantan y, para algunos, incluso mejoran. “Las ventas van mejor que otros años, porque la campaña ha empezado antes”, explican desde Natcha Patisserie, en Barcelona.
Por su parte, la pastelería Bocí, también de la capital catalana, confirma la tendencia y explica que el año pasado pudo salvar los muebles “dado que muchas otras pastelerías estaban cerradas”, por lo que había menos competencia. A la hora de valorar la campaña, el establecimiento se muestra taxativo al afirmar que “la mona siempre funciona”. De hecho, es una de sus principales ventas del año. Sin embargo, con el objetivo de facilitar las transacciones, Bocí ha introducido un sistema de e-commerce que "ha funcionado muy bien". En la misma línea, los compradores de la pastelería Canal optan de forma mayoritaria por este método y la entrega a domicilio.
El precio lo marca el tiempo
La elaboración de monas de Pascua es un trabajo artesanal que requiere de tres horas de dedicación exclusiva, dado que se trabaja con moldes, patrones y cualquier error puede suponer tener que volver a empezar. En este sentido, desde la pastelería Escribà, fundada en 1906, explican que “el precio no ha subido, y que se fija en función del tiempo de dedicación”, dado que son “productos súper artesanales”. Es por esta razón que, en su caso, las monas se mueven en un rango que va “desde los 30 euros a los 130”, de forma que hay “para todos los bolsillos”. En la misma línea se pronuncian desde Natcha, que aseguran que los pasteles se venden por el mismo valor que en años prepandemia.
Los precios para el consumidor se mantienen respecto a años anteriores, pero no así los gastos que deben sufragar los artesanos para producir. “Los costes de ciertas materias primeras y de la energía han subido, aunque este incremento no se ha trasladado al cliente”, señala la pastelería Bocí.
Desde Pokémon a Minecraft
La planificación de la campaña de Semana Santa viene inmediatamente después de la de Navidad. Es por esta razón que algunas fuentes consultadas aseguran que se intenta “trabajar con modelos que sirvan para varios años”. En este sentido, aseguran que temporada tras temporada hay monas del Barça o los tradicionales huevos, entre otros. Este año han “introducido monas basadas en TikTok y ha vuelto con fuerza el mundo Pokémon”, explican desde Escribà.
Por su parte, hay negocios que cuentan con dos líneas de producto claramente diferenciadas. La primera es la tradicional, formada por “huevos, pelotas o cajitas con huevos mini en su interior”, detallan desde Canal. También está la gama que cambia cada año. En este caso se ha apostado por “Superthings y Minecraft”. En la misma línea, se trabaja con un sistema de “segmentación por edades y por género”.
Un regalo indispensable
Tras un año 2020 en el que la Semana Santa quedó eclipsada por la reclusión domiciliara, los ciudadanos se muestran dispuestos a que la de este año se parezca lo máximo posible a la normalidad prepandemia. En este sentido, Lorenzo, un vecino de 56 años de El Putxet, resalta que “nunca” ha dejado de comprar la mona a sus ahijados y ahora ha decidido “darles dos, dado que, aunque ya son mayores, la del año pasado les pareció pequeña”.
Algunos vecinos consultados remarcan que, más allá de la tradición, lo que quieren es apoyar al sector de la pastelería tradicional, que “está desapareciendo por culpa de los supermercados, que venden monas por 12 euros”, explica Dolors, de 73 años, quien recuerda con nostalgia los días en que “todos los niños recibían su figura de chocolate del pastelero del barrio”. Ahora, sin embargo, muchos pequeños ya no conocen esta tradición y por esta razón, aunque ella no tiene ahijados, compra monas artesanales para sus tres hijos y cinco nietos.