Una médico interno residente, durante una protesta por las condiciones laborales en Cataluña / EP

Una médico interno residente, durante una protesta por las condiciones laborales en Cataluña / EP

Política

Cataluña pierde 800 médicos más que Madrid en los últimos cinco años

La fuga de facultativos se ha acelerado en la región catalana coincidiendo con el ‘procés’ independentista

14 diciembre, 2022 00:00

La sanidad catalana tiene un problema. Cataluña ha perdido casi 800 médicos más que la Comunidad de Madrid en los últimos cinco años. En plena época del procés independentista, la fuga de facultativos de la autonomía catalana se ha acelerado en lugar de reducirse, a pesar de que las protestas sanitarias han estallado primero en la región que comanda Isabel Díaz Ayuso.

Es la conclusión que se extrae de los datos que ha aportado la Organización Médico Colegial-Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) a Crónica Global. Según la estadística, de los años 2017 a 2021 Cataluña ha dejado escapar 783 galenos más que Madrid a otros países de Europa. Toda esa cantidad, en apenas un lustro.

Cambio de tendencia a peor en 2018

La serie histórica muestra que Cataluña y Madrid perdían profesionales formados al mismo ritmo en 2017. Aquel año, los cuatro colegios de médicos catalanes emitieron 717 certificados de idoneidad, un título que permite a los sanitarios marcharse a trabajar fuera de España con la validación de su colegio. El número en la comunidad capitalina fue muy similar: 721.

Al año siguiente, en 2018, la fuga de médicos se comenzó a acelerar en Cataluña. Pidieron irse del territorio 793 facultativos, frente a 742 de la capital española. El cambio de tendencia coincidió con el año posterior al órdago independentista del 1-O. No fue la única consecuencia del pulso secesionista al Estado: también provocó una gran división social y la fuga de, al menos, unas 3.000 empresas.

Más de 1.000 médicos se van al año

A partir de aquel punto de inflexión, la pérdida de talento sanitario se aceleró, y mucho, en Cataluña, mientras permaneció a niveles de la horquilla histórica en Madrid. Ahora la región catalana ve como más de 1.000 médicos piden irse a trabajar allende las fronteras al año. Por el contrario, son menos de 800 en la comunidad que gobierna Ayuso.

En total, y pese a que los dos territorios comenzaron a niveles similares, Cataluña ha perdido cerca de 800 galenos más que la región central en los últimos cinco años. La fuga de médicos, pues, es mucho más acusada que en Madrid, pese a que es en esta última autonomía donde han comenzado protestas de sanitarios por sus condiciones laborales.

CCOO: “Coste de la vida y efecto-frontera”

Preguntada sobre la cuestión, Maria Àngels Rodríguez, portavoz de Sanidad en CCOO-Catalunya, ha explicado que hay dos factores que empujan a los facultativos catalanes a marcharse. “Hay muchos sanitarios que prefieren vivir aquí y ejercer en Francia por el precio de las guardias, por ejemplo. Es algo muy acusado en las provincias fronterizas”, ha explicado la también enfermera.

Eso sí, según Rodríguez, hay otra causa importante. “El coste de la vida en Cataluña es brutal. La vivienda está por las nubes. ¿Cómo puede vivir un médico que acaba de empezar aquí si ya tiene que pagar 1.200 euros por un piso?”, se pregunta. Ante ello, la activista recuerda que la sanidad catalana no está en huelga --aún--, pero sí se están negociando acuerdos de condiciones laborales en el ICS y la sanidad concertada.

CSIF: “La situación es peor que en Madrid”

Por su parte, Carmen Ruiz, responsable de Sanidad de CSIF en Cataluña, sostiene que “la situación de la sanidad es peor en Cataluña que en Madrid”. La también trabajadora del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) de L’Hospitalet de Llobregat recuerda que cuando empezaron las protestas sanitarias en la capital “CSIF se preguntó qué se haría en Cataluña, donde el escenario es peor”.

En este sentido, Ruiz apunta al “déficit de profesionales, sobre todo pediatras y especialistas; la presión agobiante bajo la que trabajan médicos de familia; el elevado coste de la vida; las listas de espera; las agresiones a profesionales o la ratio de enfermeras por ciudadano en la autonomía, mucho más baja que en el resto de Europa”.