Ante las pretensiones de protagonismo del president Quim Torra en el proceso de negociaciones para constituir el nuevo Gobierno de España, resulta indispensable actualizar su pensamiento supremacista y hasta racista. El 19 de diciembre de 2012, se expresaba así en el diario digital El Món bajo el título "La lengua y las bestias":

"Ahora miras a tu país y vuelves a ver hablar a las bestias. Pero son de otro tipo. Carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana, sin embargo, que destilan odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la lengua. Están aquí, entre nosotros. Les repugna cualquier expresión de catalanidad. Es una fobia enfermiza. Hay algo freudiano en estas bestias. O un pequeño bache en su cadena de ADN. ¡Pobres individuos! Viven en un país del que lo desconocen todo: su cultura, sus tradiciones, su historia. Se pasean impermeables a cualquier evento que represente el hecho catalán. Les crea urticaria. Les rebota todo lo que no sea español y en castellano. Tienen nombre y apellidos las bestias. Todos conocemos alguna. Abundan las bestias. Viven, mueren y se multiplican. Una de ellas protagonizó el otro día un incidente que no ha llegado a Cataluña y merece ser explicado, como un ejemplo extraordinario de la bestialidad de estos seres. Pobres bestias, no pueden hacer más [...] Pero ¿por qué hay que movilizarse cada vez? ¿Cuando acabarán los ataques de las bestias? ¿Cómo podemos en 2008 aguantar tanta vejación, tanta humillación y tanto desprecio?".

Este texto, además de otros similares, determinó que una organización política formulara ante el TSJ de Cataluña una querella criminal por, entre otros delitos, el de incitación al odio del artículo 510.1 del Código Penal.

Finalmente, el Tribunal dictó un Auto acordando que, si bien dicho texto encajaba en el referido precepto penal, no era perseguible por haber transcurrido el plazo fijado en el Código Penal para declarar extinguida la responsabilidad penal por el transcurso del tiempo desde que fue publicado, es decir, por prescripción.

Pero, como es más que sabido, la prescripción de un delito no afecta en absoluto a los principios éticos que deben presidir el ejercicio de la política en un régimen democrático. Por ello, dicha decisión judicial no impide, en modo alguno, valorar hoy la gravedad social que representa haberse expresado en términos que implicaban “denigración” y "discriminación” respecto de millones de ciudadanos catalanes, de diversos orígenes, que residimos en Cataluña. Y que, en consecuencia, merecen un serio reproche social y político, con independencia de que ahora sea perseguible o no ante los tribunales.

Así lo razonó el Tribunal: ”El Sr. Torra habría comparado a las personas residentes en Cataluña que no comulgan con sus ideas y así lo exponen, con bestias con forma humana que atacan a los buenos catalanes... utilizando para ello expresiones que se revelan como innecesarias para transmitir su opinión y que resultan prima facie insultantes y ofensivas para la dignidad de las personas y susceptibles de generar espíritus acríticos y sentimientos de hostilidad hacia el colectivo a que se refiere”.

Pues bien, la persona que actualmente preside Cataluña, además de sus ideas profundamente discriminatorias es capaz, y así lo ha hecho, de violar derechos fundamentales y básicos de los ciudadanos a los que gobierna. Así ha quedado acreditado con su tolerancia, cuando no aliento, a la violencia, en buena parte claramente delictiva de los CDR en cuanto representaba una violación de derechos fundamentales de los ciudadanos.

Y, desde luego, ha continuado violando la Declaración de Durban (Sudáfrica), de 8 de septiembre de 2001, aprobada en la Conferencia Mundial contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, que en el apartado 62 incluye “el uso de expresiones despectivas y de estereotipos negativos”. El president “vicario” Torra es uno más de los muchos ciudadanos que faltan gravemente el respeto a la igualdad de los seres humanos.

Sería más que razonable y exigible que, sin dilación, sus fieles colaboradores y seguidores --¡nacionalistas, populistas y sumisos-- se plantearan YA su continuidad en el alto cargo que actualmente ostenta. Moral y políticamente, está inhabilitado para continuar gobernando.