Ana Botín

Renovarse o morir. Una consigna que lleva unas cuantas décadas en vigor pero que en un universo tan cambiante como el actual, de la mano de las nuevas tecnologías, se ha convertido en una tozuda pauta de comportamiento diaria. Y especialmente en la banca, donde el inédito escenario de seis años con tipos de interés negativos en la zona euro ha llevado a las entidades a reinventarse como no hubieran imaginado ni después de contemplar un ciclo de cine futurista. 

Con este panorama, las nuevas incorporaciones del Santander a su consejo de administración se adaptan de forma óptima a esta realidad. Y, además, suponen un refuerzo a la estrategia puesta en marcha por el banco que preside Ana Botín hace un año, con una estructura e idea común para todos los negocios y unos cimientos eminentemente tecnológicos.

"Queremos ser un banco digital con sucursales", dice Botín en cada intervención pública. Una afirmación que da todo el sentido a la incorporación de un gurú del comercio electrónico como Carlos Barrabés. Mientras, la apuesta por EEUU tendrá su reflejo en la incorporación de Antonio Weiss, en su día asesor del Departamento del Tesoro bajo la Administración Obama. 

Savia nueva para una realidad que exige una adaptación y reciclaje casi diario. Y un panorama empresarial en el que cada plan estratégico se transforma en una reinvención. De la valentía a la hora de aplicar estos cambios va a depender el desempeño de grupos referentes como Santander.