Thomas Glanzmann, presidente ejecutivo, y Nacho Abia, consejero de Grifols el 14 de junio en Sant Cugat del Vallès, Barcelona

Thomas Glanzmann, presidente ejecutivo, y Nacho Abia, consejero de Grifols el 14 de junio en Sant Cugat del Vallès, Barcelona Cedida

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Grífols se queda sin OPA, pero sube un 8,5% con la familia fundadora fuera de la gestión

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El fondo Brookfield ha puesto el punto final a su intento por hacerse con Grífols a través de una OPA. Pese a la fuerte caída que ha registrado el valor este miércoles como consecuencia de la noticia, el balance de este proceso no ha dejado de ser positivo para el productor de hemoderivados. 

No en vano, pese a este retroceso del 9% en la última sesión, el mercado paga ahora un 8,5% más por las acciones de la compañía que en la víspera de conocerse la propuesta de Brookfield. Una revalorización que casi duplica la registrada por el Ibex 35 durante este mismo periodo.

A lo largo de la última sesión, numerosos inversores deshicieron posiciones en Grífols tras constatar que, finalmente, no habría OPA. A ningún precio. Después del rechazo por parte del consejo de administración de la referencia indicativa de 10,5 euros por título que había trasladado el fondo canadiense, el mercado hizo algunas cábalas con una eventual mejora de la contraprestación, que finalmente no ha llegado.

Sin embargo, el comportamiento de las acciones de Grífols tras conocerse la renuncia de Brookfield demuestra que los avances registrados por el valor desde que se produjo el anuncio de las negociaciones no sólo responden a la posibilidad de que se consumara la oferta con la ganancia consecuente a corto plazo.

El Ibex logra rebotar tras su mayor descenso en año y medio / EP

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"Si este hubiera sido el único elemento catalizador, los títulos habrían regresado al punto de partida, es decir, al momento inmediatamente anterior a que el mercado conociera las intenciones de Brookfield. Pero no ha sido el caso", apunta una fuente bursátil. 

Entre tanto, Grífols ha publicado los resultados a cierre de junio y de septiembre. Unos números que han aflorado mejoras en aspectos que preocupaban en el mercado.

Así, el productor de hemoderivados ha reducido de manera notable su apalancamiento financiero, especialmente gracias al cierre de la venta del 20% de Shanghai RAAS y a la emisión de bonos para despejar los grandes vencimientos hasta 2027.

La compañía también ha sido capaz de avanzar en la generación de caja, con el objetivo de culminar el año en positivo. En la última presentación de resultados, Grífols ratificó las guías que había facilitado al mercado para el conjunto de 2024. 

Mejoras de gobernanza

Pero los inversores también han valorado de manera notable los avances en materia de gobernanza. Con anterioridad al acercamiento de Brookfield, la presión de los fondos accionistas y de los consejeros independientes hizo que se tomaran medidas conducentes a reducir el peso de la familia fundadora en la gestión. Hasta tal punto que el apellido Grífols ha quedado desvinculado de todo cargo de índole ejecutiva en la empresa.

Incluso en pleno proceso de negociaciones, el consejo decidió adelantar la retirada de la condición de ejecutivo al cargo del presidente, Thomas Glanzmann, ya anunciada con anterioridad, pero prevista para el inicio de 2025.

Fondos activistas

Además, tres fondos estadounidenses liderados por Mason Capital, que aglutinan algo más de un 7% del capital, solicitaron formalmente un puesto en el consejo con el fin de vigilar de cerca el proceso de la posible OPA.

Con un notable historial de activismo corporativo, que incluye maniobras para forzar cambios en el timón de mando de empresas, los fondos también justificaron su intención de entrar en el consejo con el propósito de seguir mejorando el gobierno corporativo de Grífols. 

En su día, la posible OPA conjunta de Brookfield y los Grífols se interpretó como una maniobra que permitiría a la familia recuperar el control ejecutivo de la empresa y, además, alejarla de los focos de la bolsa y sus siempre exigentes criterios de gobernanza.

En recientes comunicaciones al consejo, los fondos liderados por Mason Capital se posicionaron en contra de la OPA e hicieron hincapié en la necesidad de avanzar en materia de gobierno corporativo y completar el proceso de separación entre la gestión y la propiedad para apuntalar el futuro de la farmacéutica. 

Movimientos que no han resultado baldíos, a tenor de la respuesta del mercado. No obstante, la incertidumbre sigue rodeando el futuro de la compañía, que da un paso atrás en su intento de superar la crisis de Gotham desde el punto de vista bursátil.