Grífols supera el examen del supervisor de Wall Street entre dudas sobre la OPA de Brookfield
- El productor de hemoderivados admitió a la SEC un error en sus estados contables que le obligó a reexpresar algunas partidas en relación con la compra del 26% de Shanghai RAAS
- Más información: La CNMV expedienta a Gotham por manipular el mercado y a Grífols por defectos contables
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La contabilidad de Grífols ha vuelto a ser sometida a examen por supervisores de los mercados en los que cotiza. En el marco del ejercicio más complicado de su historia reciente, a cuenta de la crisis de Gotham, la farmacéutica ha tenido que hacer un ejercicio de transparencia ante los requerimientos de la Comisión de Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés) ante la que ha admitido la reexpresión de algunas de sus partidas por errores contables.
A mediados de agosto, el supervisor de la Bolsa de Nueva York, en la que también cotiza el productor de hemoderivados, remitió un requerimiento de información a la compañía, a fin de aclarar determinadas cuestiones técnicas.
En concreto, la solicitud del órgano equivalente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en España fue relativa al cierre de la venta de la participación del 20% en la china Shanghai RAAS, que Grífols pudo consignar en los resultados del primer semestre.
En su respuesta oficial, la compañía reconoció haber detectado errores a la hora de elaborar los estados contable del periodo enero-junio de 2024, que guardan relación con la manera en la que, en su día se contabilizó la entrada de Grífols en el capital de su socio chino.
Esta operación, acordada en 2019 pero que hubo de retrasarse hasta la primera mitad de 2020 por la pandemia y su impacto en China, se articuló a través de un intercambio de títulos, en el que Grífols empleó el 45% de su filial Grifols Diagnostics Solutions (GDS).
De acuerdo con la respuesta de la empresa al supervisor estadounidense, a la hora de contabilizar determinados aspectos de esta operación, entre ellos el valor razonable de la inversión, no logró encontrar un estándar en las normas contables que se adaptara a ese intercambio de activos.
Reexpresar partidas
En función de una serie de guías publicadas por las cuatro grandes consultoras mundiales (conocidas como las Big Four), Grífols procedió a anotarse de forma errónea la cifra de 457 millones de euros relacionadas con la operación.
A la hora de elaborar las cuentas del primer semestre, el departamento contable estimó que esta cantidad no debería ser incluida, conforme a las normas internacionales de contabilidad. De ahí que Grífols procediera a reexpresar ciertas partidas del balance, en especial la de "activos corrientes" y "activos no corrientes mantenidos para la venta", con el fin de solventar el error.
Transparencia
En los pasados días, la SEC ha comunicado a Grífols la conclusión del análisis de las respuestas que, por el momento, no ha derivado en peticiones de información adicional por parte del supervisor.
A raíz de la crisis generada por la publicación del informe de Gotham City Research, que ponía en cuestión aspectos como la contabilidad y la gobernanza de Grífols, la CNMV también solicitó información adicional a la compañía.
En el marco de la investigación abierta por el organismo que preside Rodrigo Buenaventura, la conclusión determinó la apreciación de ciertas incorrecciones a la hora de presentar los estados contables. Una circunstancia que también llevó a Grífols a reexpresar ciertas partidas, que hicieron aflorar algo más de 1.000 millones de euros de deuda.
No obstante, la CNMV también concluyó que no había evidencias que permitieran determinar que los estados contables de la farmacéutica no reflejaban su situación. De este modo, la actuación del supervisor ha derivado en la apertura de un expediente sancionador por las citadas incorrecciones.
Volatilidad
El examen superado de la SEC llega en momentos de incertidumbre por las diversas informaciones acerca del futuro de la posible oferta que el fondo Brookfield estudia lanzar sobre la compañía, conjuntamente con la familia fundadora, que se mantiene como primer accionista.
Tras solicitar una prórroga en el proceso de acceso a la información interna no publicada (esto es, la 'due dilligence'), las dudas sobre la financiación de la operación se han instalado en el parqué, lo que se ha traducido en una notable volatilidad en el valor.
No obstante, Grífols cotiza en la actualidad en el entorno de 10,3 euros, en zona de máximos desde que se hizo pública la intención del fondo canadiense. La apreciación desde entonces se aproxima al 15%. Mientras, el retroceso que acumula el valor desde la víspera de la aparición del informe de Gotham supera aun el 27%.