Poco a poco se van dando a conocer los premios Nobel 2024. Hace unos días se conocía el de Física y esta 10 de octubre se conoce qué escritor se va a llevar el preciado galardón de Literatura. Candidatos no faltan, eso sí, ningún catalán está en la terna de favoritos.
Cataluña no tiene el privilegio de ser reconocido, por ahora, por la Academia sueca. Se habla de Claude Simon, pero en realidad nunca fue de esta tierra, no siquiera nació aquí. Pero eso no implica que el territorio no haya estado presente en una de sus galas. Porque sí ha sucedido.
Más allá de políticos o figuras relevantes que en algún momento se pasearan por los salones de Estocolmo, los únicos que pueden decir que estuvieron por allí no son personas, sino vinos. Sí, el 10 de diciembre de 2017, un caldo catalán fue servido en la prestigiosa gala de los Premios Nobel. Fue la primera y, de momento, única vez.
No fue un vino popularmente conocido, aunque los enólogos y amantes del buen beber siempre han tenido a esta marca en su punto de mira. Fueron las bodegas Clos Galena, con su denominación de origen Priorat quienes conquistaron a los comensales, premiados e invitados.
El vino catalán servido en los Nobel
El acontecimiento tuvo un impacto silencioso, pero significativo. Mientras los focos de la gala se centraban en los laureados y en las celebridades presentes, un humilde vino de esta zona de Tarragona hacía historia en las mesas de la realeza sueca y la comunidad científica mundial. Era el Formiga de Vellut 2014.
Con este gesto, Clos Galena, una bodega dirigida por la emprendedora Merche Dalmau, puede decir con honores que su presencia en este escenario global está más que consolida. Ese año supuso un paso importante hacia el reconocimiento internacional de los vinos ecológicos y sostenibles que producen.
Cómo es
Para los que se pregunten que hace tan especial los vinos de esta bodega, comentar que el Formiga de Vellut 2014, por ejemplo, es considerado una representación fiel del espíritu del Priorat. Elaborado con un 60% de garnacha, 20% de cariñena y 20% de syrah, este vino tinto es un claro ejemplo de la riqueza y diversidad de los viñedos de esta región catalana.
Al acercar la copa a la nariz, los aromas que desprende evocan cerezas frescas y matices de fresa, con un toque de anís e higos que evolucionan al agitarlo en la copa. Otro detalle distintivo del Formiga de Vellut son sus notas de pimienta negra, que lo asemejan a ciertos vinos del Valle del Ródano, y que añaden un carácter especiado que lo hace único.
La elaboración de este vino sigue un proceso meticuloso y artesanal. Se realiza una selección manual de cada variedad de uva, cultivada de forma ecológica, y cada una de ellas fermenta por separado a una temperatura controlada para preservar sus características.
La crianza se lleva a cabo durante ocho meses en barricas de roble francés (80%) y americano (20%), lo que le confiere a este vino una madurez equilibrada y una textura sedosa que se percibe en el paladar con una frescura elegante y persistente. Y a pesar de su cuidada elaboración, se vende sólo por 20 euros la botella.
Los vinos del Priorat
Evidentemente, esta denominación de los vinos de Clos Galena se ha vuelto casi la insignia de las bodegas. Pero más allá de lo que implicó poder ser el vino que amenizó los ágapes de los Nobel, ese año fue un éxito para estos emprendedores y para la cultura y el trabajo vitiviníciola del Priorat.
Esta región, ubicada en el interior de Tarragona, siempre fue conocida por sus vinos de alta calidad, complejos y con una identidad muy marcada, pero siempre el Penedès parece imponerse en el marco mental de los aficionados a los vinos. En cambio, los suelos de pizarra, conocidos como llicorella, junto con un clima extremo y la altitud de los viñedos, son factores que singularizan los vinos de esta tierra, que son apreciados por su intensidad, profundidad y capacidad de envejecimiento.
Denominación de Origen
La DOQPriorat es una de las pocas regiones en España que posee esta clasificación de "calificada" (de allí la Q en catalán), un reconocimiento que se otorga solo a las áreas vitivinícolas que mantienen un nivel de calidad excepcional y un control riguroso en todo el proceso de elaboración de sus vinos. Allí se cultivan y fermentan variedades garnacha y cariñena, que producen caldos potentes y estructurados, con una mineralidad distintiva que refleja la esencia del Priorat.
El éxito del Formiga de Vellut es un símbolo del progreso y el potencial de los vinos catalanes, que cada vez ganan más terreno en el mercado internacional. Desde las colinas del Priorat hasta las mesas más prestigiosas del mundo, este vino catalán puede presumir de ser el único que se ha servido en la gala de los premios Nobel.