El castillo más antiguo de Cataluña: es impresionante y está declarado como Bien Cultural de Interés Nacional
- La fortificación se encuentra en Lleida y es una de las joyas arquitectónicas del territorio catalán
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Los castillos en Cataluña son verdaderas joyas arquitectónicas que nos transportan a épocas pasadas. Su belleza radica no solo en su imponente estructura, sino también en su rica historia y en el entorno que nos rodea. Cada fortificación tiene su propio carácter y personalidad, reflejando estilos arquitectónicos que van desde el románico hasta el gótico y el renacentista.
Muchos de estos castillos están situados en lugares privilegiados, en lo alto de colinas o junto a ríos, ofreciendo vistas espectaculares del paisaje catalán. Además, muchos de ellos están rodeados de jardines y bosques, lo que los convierte en lugares ideales para pasear y disfrutar de la naturaleza.
El castillo más antiguo de Cataluña
El Castillo de Montclar es un castillo fronterizo del municipio de Montclar en Lleida, declarado Bien Cultural de Interés Nacional.
No se conservan restos, pero seguramente estaría situado en la parte más alta de la población, probablemente, donde actualmente está la casa del siglo XVII conocida como 'El Castillo', en la plaza del pueblo.
Está edificado sobre los restos de una antigua torre romana, el castillo se encuentra documentado por primera vez en el año 981. Arnau Mir de Tost, los Cabrera, los Ribelles y los Pons se encuentran entre los primeros señores de Montclar. Más tarde, los propietarios fueron los Despujol y, finalmente, los De Miguel.
Está construido con sillares de piedra muy regulares, mientras que en el interior destaca la amplitud de sus estancias. Hay espacios remarcables como la bodega, la entrada, donde podréis encontrar varias armaduras, la gran escalinata central, la biblioteca, la sala de música y la terraza, que alberga la cisterna para el agua.
El interior de la fortificación de Montclar
El encanto principal del Castillo de Montclar se encuentra en la amplitud de sus estancias, en la gran escalera que sube hasta la planta noble, en su arquitectura exterior. Visitándolo os encontraréis con el salón de música, la biblioteca, el comedor, la habitación de los señores, la bodega, la cárcel e infinitos detalles que llaman la atención.
La parte más antigua es la planta baja y la que fue la torre del homenaje de la antigua edificación, apoyo de la actual fortaleza. Así, observando las piedras que lo forman -las denominadas 'piedras testigo'-, se pueden distinguir las diferentes etapas de la construcción: desde el suelo hasta unos cuatro metros de alzada, corresponden al siglo XIII y la parte superior data del siglo XV.
La leyenda cuenta que las batallas, que se dirimieron en sus proximidades frente a los musulmanes, fueron de una gran dureza. El señor de Montclar lograba hacer prisioneros con cierta facilidad a su merced. Una vez consumada la conquista de Lleida, los propietarios del castillo se convirtieron en los colonizadores de las tierras arrebatadas a los musulmanes.