Varias personas observan la ciudad de Barcelona desde los búnkeres del Carmel / EFE

Varias personas observan la ciudad de Barcelona desde los búnkeres del Carmel / EFE

Vida

Barcelona blindará con un muro los búnkers del Carmel cada noche a partir del 2 de mayo

La instalación de la valla, de dos metros de altura, tiene como objetivo evitar la celebración de fiestas ilegales en el lugar y preservar los restos arqueológicos del recinto

24 abril, 2023 11:28

Barcelona blindará los búnkers del Carmel con un muro cada noche a partir del 2 de mayo para evitar la celebración de fiestas ilegales en el lugar. Además de garantizar el descanso de los vecinos de la zona, que llevan tiempo protestando contra la masificación turística del recinto y las actitudes incívicas de la gente, el objetivo del cierre es también evitar que se estropeen los restos arqueologícos.

La valla quedará instalada esta misma semana. Tendrá dos metros de altura y estará formada por barras macizas de acero de tres centímetros de diámetro, clavadas en el terreno de la montaña. Su instalación tendrá un coste de 1,6 millones de euros, ha informado el Ayuntamiento de Barcelona.

La policía seguirá vigilando el recinto

Además del muro, la Guardia Urbana seguirá vigilando el recinto, adaptando el dispositivo policial actual. La policía local estrenó a principios de abril el dispositivo policial extraordinario para evitar fiestas en los búnkeres con el desalojo de más de un millar de personas que se habían congregado en la zona del Turó de la Rovira.

Desde las cinco de la tarde, hasta las dos de la madrugada, los agentes prohíben el acceso de cualquier vehículo que no se dirija a algún aparcamiento privado, o cuyo conductor no sea vecino de la zona, una medida que también afecta a los taxis y el autobús.

Problema de seguridad para los vecinos

Los vecinos han denunciado en numerosas ocasiones a través de las redes sociales la concentración de gente en el recinto, lo que consideran un grave problema de seguridad para la zona.

Muchos de ellos cargaron contra el impacto negativo de la aglomeración de "guiris" en el lugar, con la llegada del buen tiempo. "Pueden llamar a la puerta, de madrugada, porque quieren una levadura para abrir una botella o porque quieren hervir agua para hacer un mate", explicaba hace unas semanas en TV3 Julián Alcázar, un vecino del Turó de la Rovira.