¿Qué pasó en la residencia Bon Pastor de Barcelona el lunes, 25 de marzo? Este geriátrico propiedad de la Generalitat de Cataluña y gestionado por Fundació Vallparadís (Mútua de Terrassa) sufrió la muerte de un anciano con síntomas de Covid-19 o coronavirus. Hasta aquí los hechos. A partir de aquí, la discrepancia. Algunos familiares denuncian que el fallecido estuvo "compartiendo habitación con otra usuaria durante 12 horas hasta que vino la funeraria y se lo llevó". La gestora del centro lo niega y asegura que el residente "permaneció en la habitación para que la familia se despidiera". Se sigueron los protocolos sanitarios marcados por las administraciones, agrega la empresa.
Residencia Asistida Bon Pastor de Barcelona, donde hay un brote de Covid-19 / Google Maps
El caso del Bon Pastor, donde los familiares denuncian la convivencia de mayores vivos con muertos --"no mezclan a hombres con mujeres ni cuando están sanos, solo los matrimonios. ¿Por qué lo hicieron aquí? ¿Por qué no usaron la morgue que tienen?"--, y la gerencia lo niega, es una de las muestras de la implosión que ha sufrido el modelo de residencias en Cataluña. Lo resume una histórica médico del Hospital de Sant Pau i la Santa Creu, Carmen Pérez, activista contra los recortes sanitarios en la época del conseller Boi Ruiz. "Los hospitales vamos al límite, pero es que en las residencias es una masacre. El modelo se ha desmoronado. ¿Quién las controla? ¿Dónde está la Generalitat de Cataluña?", se pregunta. Interrogante que queda sin respuesta. Los familiares de Bon Pastor insisten en la convivencia entre muertos y vivos, alertan de otras dos muertes por Covid-19. Mútua de Terrassa calla y no aclara cuántos exitus u óbitos ha tenido el centro de mayores. Responde solo Mútua a la acusación de no evacuar a un fallecido. Del resto, no habla. El Gobierno se remite solo a un comunicado antiguo, del jueves, pues no tiene tests para los ancianos difuntos. Una denuncia judicial por este caso está en elaboración.
Sheila: "Aquí nadie hace pruebas"
Así las cosas, los mayores mueren en Cataluña, en algunos centros de forma masiva, como en Olesa y Capellades (Barcelona) y Olot (Girona), y nadie investiga por qué fallecen y si se pudo haber evitado. "Colocan insuficiencia respiratoria en el certificado de defunción y ya está", lamentan empleadas de algunos centros. "Jamás sabremos si era coronavirus y se pudo haber hecho algo más", precisan. Uno de estos equipamientos donde hay una auténtica rebelión interna es el Centro Social y Sanitario Frederica Montseny de Viladecans (Barcelona). Fue uno de los primeros geriátricos afectados por el virus SARS-CoV-2 en la región. "Han pasado diez días y aquí no ha venido nadie. Llaman mucho por teléfono para verificar que estamos bien. Pero es que necesitamos material para la asepsia --mascarillas, guantes, equipos-- y hacer pruebas a los residentes. Tenemos dos plantas aisladas con síntomas", explica Sheila, empleada, que da un nombre falso por temor a las repercusiones de la empresa.
La empresa no es otra que el Consorci de Salut i Social de Catalunya (CSSC), la patronal de medianos hospitales. En teoría, una patronal social. Este medio envió un correo a su departamento de prensa el miércoles. Preguntaba qué medidas había tomado la gerencia para lidiar con el brote de Viladecans. Jamás recibió respuesta. Por el camino, la plantilla alerta de que ya hay al menos una muerte sospechosa de una mujer. "Estaba mal, sí, pero es que nadie le hizo la prueba. Es una cifra más", indican. Uno de los usuarios, por su parte, perdió la paciencia y denunció en las redes sociales que su padre, sano aunque en rehabilitación, comparte planta con contagiados con Covid-19 en el Frederica Montseny de Viladecans (ver vídeo superior). "Claro que se mezclan mayores sanos y enfermos. Es que no sabemos ni cuántos están infectados porque aquí no ha venido nadie a hacer tests", apostillan los empleados.
Sandra: "Yo voy a Fiscalía por mi madre"
Sandra Porcel irá un paso más allá para aclarar las circunstancias de la muerte de su madre, Fátima. "Murió el domingo, 24 de marzo, tras una semana ahogándose en el Centro Residencial Sophos de Sant Joan Despí. Tenía síntomas de coronavirus pero nadie le hizo las pruebas. La enfermera decía que la veía alicaída, pero es que no podía respirar. No se le aguantaba la cabeza", denuncia. Sophos, igual que Bon Pastor y Frederica Montseny, admite síntomas de coronavirus en algunos residentes. Sandra lo ve causa criminal. "Mi madre no estaba bien, es cierto. Tras sufrir un ictus hace ocho meses, quedó paralizada en un 80% de su cuerpo. Se alimentaba por sonda y apenas hablaba", enumera. "Pero es que la fisioterapeuta había hecho maravillas. Fátima, mamá, se incorporaba de nuevo. Hasta la semana pasada, cuando empezó a ahogarse. Murió el domingo tras cinco horas esperando una ambulancia por, oficialmente, insuficiencia respiratoria", lamenta. El caso de Fátima Serrano ha sido comunicado a la Fiscalía Superior de Cataluña. Su familia ve mala praxis y "promete llegar hasta donde haga falta". Antes de ello, el día del deceso, sus hijas estuvieron ante el centro, gritando e implorando ver a su familiar. No lo consiguieron.
¿Qué pasó? La directora del geriátrico privado --con tarifas de 2.500 euros al mes--, Mónica Perals, niega mala praxis. "La señora Serrano era una residente pcc: paciente crónico complejo", explica a este medio. "Su situación era muy delicada, y en varias ocasiones durante la semana en que murió recibió visita médica. Se la trató con antibióticos y se le revisó el tratamiento", aclara. ¿Pudo evitarse la muerte de Fátima Serrano? "Se hizo todo lo que se pudo. Recibimos apoyo del Equipo de Atención Residencial (EAR) de Sant Joan Despí. Piense usted que la señora Serrano venía derivada de un sociosanitario. Tampoco murió aquí, sino en el Hospital General de Hospitalet de Llobregat. Entiendo el malestar de su familia, pero era una situación muy grave", señala la directiva. ¿Detecta algo que no funcionó? "Nosotros no podemos hacer test de Covid-19, eso es trabajo de los médicos. Y cuando la residente se descompensó, llamamos al 061. La ambulancia, es cierto, tardó unas cinco horas en venir", admite.
Directores: "Nos dejaron vendidos"
Los tres casos de Barcelona, Viladecans y Sant Joan Despí constituyen otros tantos ejemplos de la crisis gravísima que viven los centros de mayores, geriátricos y sociosanitarios en Cataluña. Es la pandemia dentro de la pandemia. "Mira, los directores de centro están acojonados. Se te mete el bicho en la residencia y es superinfeccioso. Los usuarios caen como moscas", lamentan fuentes del sector. ¿Nadie puede hacer nada? "La Generalitat y el ayuntamiento nos han dejado vendidos. Del Gobierno no sabemos nada, solo hemos visto al Ejército en algunos centros", añaden las mismas voces. "Han sacado protocolos y más protocolos. Te llaman cada día para ver cómo estás y qué necesitas. Pero aquí no llega material, equipos de protección o personal. La bolsa de trabajo que abrieron en el Servei d'Ocupació de Catalunya (SOC) ha fracasado. Nadie quiere trabajar en las residencias catalanas. Hay pánico al contagio", explican directores que prefieren quedar en el anonimato.
Los directores consultados, no obstante, lanzan un mensaje a las familias. "No nos criminalicéis. No somos gente pérfida que ha recortado gastos para desamparar a los mayores. Hacemos lo que podemos, trabajando día y noche, para cuidar a los ancianos. Pero es que estamos solos. Nos han dejado vendidos, sin personal ni material", explican, en referencia a las administraciones.
Familiares: "Test y aislamiento son la solución"
Sí habla alto y claro María José Carcelén. Es portavoz de la Coordinadora 5+1 en defensa de las residencias públicas y de calidad para los mayores. "El modelo catalán de atención a ancianos y personas vulnerables se ha desmoronado. Estamos en una crisis gravísima pero es que, además, hay responsables políticos con nombre y apellido en el Palau de la Generalitat", señala. "Han abandonado a su suerte a los centros. En el de mi familiar [Mossèn Vidal i Aunós, en Barcelona, también golpeado por el SARS-CoV-2] ha quedado solo una gerocultora de noche para 28 residentes en plena pandemia. ¿Cómo les da la medicación, cambia los pañales y las posturas? Es imposible", alerta. Según ella, el Govern ha actuado tarde y mal. "Ahora los mandan a casa conservando la plaza residencial. ¿A casa? Tras haber estado en una residencia con positivos con el virus o aislados? ¿Para que mueran con nosotros y ellos se laven las manos? Es criminal", se queja. En este macabro escenario de falta de personal por miedo, bajas médicas masivas por miedo o aislamientos forzosos o preventivos; carestía de material y muertes con cuentagotas o incluso en cascada, ha intervenido Fiscalía. "También nosotros iremos al ministerio público. Depuraremos las responsabilidades donde haga falta cuando pase todo esto. Pero de momento que alguien intervenga, por favor. Quien sea: el Govern, Moncloa o el Ayuntamiento de Barcelona, nos da igual. Pero que lo haga alguien", implora Carcelén. La vecina cita otros dos casos tapados por la pandemia: Alchemika y la Residencia y Centre de Día Pere Relats, ambas en Barcelona. "En una hay casos y falta personal, pues lo han pedido públicamente, y en la otra hay gente en aislamiento y familiares sin información", revela.
La Residencia y Centro de Día Pere Relats es uno de los golpeados por el virus / Google Maps
¿Qué solución hay ante esta auténtica tragedia? "Deben hacer test y aislar. Deben empezar a hacer pruebas a los residentes y trabajadores. Para verificar quién tiene el virus y quién no. Y aislar a los que sí lo tienen. Esa es la solución", propone a activista y familiar de un usuario. La Coordinadora hará llegar un argumentario a la Generalitat con esta tesis y otras. "La propuesta de la Generalitat de que los familiares se lleven a los ancianos a casa es muy peligrosa, porque en las residencias ya hay muertos y mucha gente con síntomas, lo que significa que otros muchos pueden estar infectados sin tener de momento síntomas", reza el comunicado. En otras palabras: los mayores podrían convertirse en vector de transmisión, contribuyendo a no aplanar la curva de incidencia del SARS-CoV-2. "Y no pueden poner a las familias en esa situación, porque lo que hacen es trasladarles a ellos el problema. La solución tiene que ponerla el Govern", apostilla la nota.
Este medio ha contactado con el Departamento catalán de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias. La portavocía de prensa no ha contestado y se ha remitido a un comunicado de prensa emitido el jueves por la tarde [consultar aquí]. Ayer, viernes, la consejeria desalojó a 150 ancianos y los reubicó en hoteles.