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La ciudad con el nombre más corto de Cataluña: tiene 3 letras y un templo romano

Esta localidad a una hora de Barcelona también fue un lugar muy importante para el arquitecto catalán Antoni Gaudí

2 mayo, 2024 11:56

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Hay un municipio a una hora de Barcelona que esconde muchas más sorpresas que letras tiene su nombre, tres. Conocido por su popular plaza y su mercado medieval, Vic tiene el título de ser uno de los municipios con el nombre más corto de Cataluña (junto a Das), pero además tiene un templo romano muy especial.

Escondido en un edificio privado, este vestigio histórico es uno de los dos últimos templos romanos que se mantiene en pie en España. Este antiguo monumento, dedicado al emperador Augusto en el siglo II d.C., es un testimonio impresionante de la vasta influencia romana en la región.

El templo romano

El templo de Vic, originalmente conocido como el templo de Ausa, se ha mantenido en un estado excepcionalmente bueno a lo largo de los siglos, a pesar de las múltiples transformaciones y usos que ha sufrido desde la caída del Imperio Romano.

Durante la Edad Media, el templo fue integrado en la muralla de la ciudad y, posteriormente, se convirtió en parte de una casa señorial. No fue sino hasta el siglo XIX, cuando se demolieron estructuras adyacentes, que el verdadero valor del templo fue redescubierto y comenzaron esfuerzos de restauración que duraron hasta 1959.

Cómo es el templo romano de Vic

La estructura del templo, con su cela y atrio sostenido por ocho columnas, revela la magnificencia de la arquitectura romana. A lo largo de los años, arqueólogos e historiadores han recuperado y reconstruido partes del templo utilizando fragmentos originales, lo que ha permitido que los visitantes aprecien su diseño histórico.

Pero las sorpresas no acaban allí. Alejado de la gran ciudad y a las puertas de los Pirineos, muchos acuden a la ciudad con la intención de buscar un poco de tranquilidad. Ahora, y desde hace siglos.

Un refugio para Gaudí 

En 1910, el célebre arquitecto Antoni Gaudí pasó tres semanas en Vic, donde encontró la calma y paz que necesitaba. Sufría una depresión nerviosa y su amigo Torras i Bages le recomendó retirarse a este municipio.

Alojado en casa de la viuda de Rocafiguera, la señora Concepció Vila, no sólo encontró los ánimos sino también inspiración. Durante su estancia, diseñó farolas conmemorativas para el centenario del nacimiento del filósofo Jaume Balmes, mostrando la influencia directa de la estética y materiales romanos en su trabajo, aunque desafortunadamente, estas farolas ya no existen.

Qué (más) ver en la pequeña ciudad de Vic

Más allá del atractivo para los amantes de la arquitectura y la historia, Vic tiene grandes encantes. Su casco histórico, el corazón de la ciudad, ofrece la posibilidad de disfrutar de la gastronomía de la zona y un buen rato para ir de tiendas en calma.

Además, la facilidad de acceso desde Barcelona, ya sea por tren o en coche, hace que Vic sea un destino ideal para una escapada cultural. El patrimonio de la ciudad se extiende a través de su museo diocesano, su vibrante mercado semanal y sus calles adoquinadas que ofrecen un viaje por mil años de historia europea.

Cómo llegar

Llegar hasta allí es relativamente sencillo. Para empezar uno puede ir en transporte público. La línea R3 de Rodalies llega en una hora desde la estación de Sants de Barcelona. Desde la estación de Vic, el templo romano, por ejemplo, está a tan sólo 15 minutos.

Para los que prefieren ir en vehículo privado, la ruta desde Barcelona hasta Vic es igualmente conveniente. La autopista C-17 lleva directamente a la capital de Osona en aproximadamente una hora de viaje, dependiendo del tráfico.