Ni una sola casa de apuestas de Reino Unido aceptaría una postura en contra del acuerdo de
investidura (y legislatura) entre el
PSOE y los partidos independentistas catalanes. Sin embargo, hay un punto de suspense, de incertidumbre, de duda. El margen de maniobra de
Junts ya es muy escaso, pero hay una derecha que todavía alberga esperanzas en relación a una ida de olla de
Puigdemont, cuyo retrato mediático tiende a subrayar una pretendida inestabilidad del personaje. Cabría sugerirles que pierdan toda esperanza. No hay vuelta atrás.
Mientras las bases socialistas votan a favor de seguir gobernando (lo raro habría sido lo contrario), los sherpas del
PSOE y de
Junts restauran la cordada. El pico del Everest vuelve a estar a la vista, a tiro de piedra, pendiente de un último esfuerzo que tiene más que ver con la escenografía en la cumbre que con la letra pequeña de la
amnistía.
En los medios hay, como siempre, división de opiniones. En este caso en relación al resultado de la consulta a la militancia socialista. La participación ha sido del 63,4% y
El Confidencial titula al respecto que "Las bases del
PSOE avalan con el 87,1% la negociación de
Sánchez para ser investido". En el sumario se abunda en que "La consulta a la militancia blinda la posición del líder socialista a la espera del cierre del acuerdo con
Junts y fijar la fecha del debate, que se preveía para la semana próxima". El texto es de Carlos Rocha y arranca así: "Apoyo masivo de las bases del
PSOE al acuerdo de coalición con Sumar y a las negociaciones con nacionalistas e independentistas para que
Pedro Sánchez sea investido presidente.
Los militantes han apoyado la consulta con el 87,13%, un dato inferior al que cosecharon los socialistas en la consulta de 2019 sobre el pacto de coalición con
Unidas Podemos, que se quedó en el 92%. El porcentaje de participación es calcado, un 63,4% frente al 63,1% de hace cuatro años, después de una semana de llamamientos por parte de la cúpula del partido".
Y: "En el PSC, que es un partido federado con el PSOE, el apoyo se ha situado en el 85,4%, con una participación del 61,6% de los afilados. El porcentaje de votos en contra se ha situado en el 12,2%, con un 2,4% de votos en blanco. En la consulta de 2019, los militantes del PSC apoyaron el pacto con Unidas Podemos en el 93,64%, un porcentaje también sensiblemente superior al de la votación actual. En medio de un ambiente enrarecido por las protestas frente a la sede de Ferraz, que comenzaron este viernes, la militancia ha mostrado su apoyo a la hoja de ruta del secretario general del partido. En la formación hay ciertas reticencias a lo pasos que están siguiendo las negociaciones. De un lado, los desplantes de Carles Puigdemont, como el gesto de la foto del referéndum en la reunión con Santos Cerdán, generan cierta indignación".
La otra forma de verlo es la de Ok Diario. "La amnistía divide al PSOE: sólo el 55% de la militancia avala los pactos de Sánchez". Escribe Roberto Pérez Blasco: "Los pactos de Sánchez que incluyen la amnistía han dividido al PSOE. La votación interna convocada por Pedro Sánchez para avalar su estrategia ha evidenciado el cisma que ha provocado: sólo el 55% de los afiliados le han avalado –resultado nacional sin contar al PSC de Cataluña–. El resto, o no han ido a votar o han acudido para decir no en las urnas. En Cataluña el respaldo ha sido todavía menor: el 48% de la militancia del PSC no ha ido a votar o ha votado no, así que los pactos de la amnistía han sido respaldados sólo por el 52% de las bases del socialismo catalán".
Sigue Pérez Blasco: "En el sanchismo hablan de triunfo de la tesis de su jefe de filas, pero obvian el peso de la abstención. Se centran en que el 87,13% han votado sí, según los datos que ha publicado el partido con el 92% de los votos escrutados. Pero esa afirmación obvia la porción de la militancia que no ha acudido a votar. La realidad es que estaban llamados a votar unos 172.000 afiliados. De ellos, han acudido a las urnas del PSOE –de forma presencial o telemática– 109.048 afiliados, según los porcentajes de participación que ha facilitado el partido. Y, a su vez, de quienes han votado, los que han dicho sí han sido alrededor de 95.000, lo que significa que el respaldo expreso de las bases del PSOE –sin contar el PSC catalán– se queda en un discreto 55%. Y esto en un momento crucial, en el que la cúpula del partido esperaba una alta movilización de sus bases y un rotundo cierre de filas a favor del líder. Sánchez se ha quedado lejos de esa pretensión, con los datos en la mano".
Portada de 'El Mundo' del 5 de noviembre de 2023
El Mundo encarna una tercera vía sobre la cuestión, puesto que además de reparar en la consulta a la militancia, presenta a sus lectores una encuesta general. Ahí va el título conjunto: "El 40% de los votantes del PSOE rechaza la amnistía que respalda el 87,13% de los militantes". El texto es de Marisa Cruz y Marta Belver: "Las negociaciones entre el PSOE y las fuerzas independentistas catalanas para recabar los votos que necesita Pedro Sánchez para ser investido a cambio de una amnistía general a los condenados y encausados por el procés, están generando ya, aun antes de su conclusión, una enorme polarización en la sociedad, en el estamento judicial, en los partidos políticos y entre los tres poderes del Estado. El frentismo y la división es la primera conclusión que se desprende de la encuesta de Sigma Dos para El Mundo, según la cual un 50,8% de los ciudadanos considera que no es aceptable «en ningún caso» la concesión de la amnistía a quienes promovieron, alentaron, participaron o ejecutaron la intentona secesionista y un 59% prefiere que se repitan las elecciones antes que ceder a las exigencias del nacionalismo. Más de la mitad de los españoles se sitúa así en contra de una medida que va mucho más allá de perdonar condenas, porque lo que implica en realidad es el borrado de los delitos, como si nunca se hubieran cometido, como si nunca se hubiera infligido un daño al Estado, a lo que es de todos, y a la propia convivencia".
Sigue la nota: "Especial interés suscita la opinión del electorado socialista, un cuerpo de votantes dividido por su columna vertebral: un 40,4%, es decir, 3,1 millones de los 7,7 que votaron PSOE el pasado 23-J, aboga por no aceptar las exigencias del secesionismo y se apunta a la opción de repetir los comicios, frente a un 41,6% que apuesta por lo contrario, es decir, dar cauce a las reclamaciones de las fuerzas independentistas antes que acudir otra vez a las urnas. En la bolsa de ciudadanos que rechazan de plano la amnistía se encuentra uno de cada cuatro votantes del PSOE -el 25%-, uno de cada 10 votantes de Sumar -11,4%-, y casi la mitad -46%- de los ciudadanos que apuestan por los partidos englobados en «resto de formaciones», una categoría en la que se incluye precisamente a las fuerzas independentistas y nacionalistas. Los votantes de PP y Vox se manifiestan masivamente, sin matices, en contra de la amnistía: un 84% en el caso de los primeros, y un 82% en el de los segundos. El grupo de los que se muestran en contra de la concesión de esta medida tan extraordinaria se completa con otro en el que se incluyen casi uno de cada tres ciudadanos -27,7%- para los cuales la concesión de la amnistía para todos los implicados del 1-O sólo sería aceptable si encaja en el marco de la Constitución".
Bien. Y nueve de cada diez dentistas recomiendan depositar los cascos de las botellas en el contenedor del vidrio.
Fuera del plano demoscópico, La Vanguardia afirma que "Sánchez acaricia la investidura tras reconducir el acuerdo con Junts". El texto es de Lola García: "Siempre con la salvedad de que lo imprevisible forma parte del ADN del independentismo, el acuerdo está hecho. Solo falta lo más importante: firmarlo. Con el aval de la militancia, Pedro Sánchez acaricia la investidura después de meses de extenuantes negociaciones que culminan en un clima de excepcionalidad por parte de la derecha. José María Aznar marca el paso del PP con apelaciones a la movilización y con la judicatura en pie de guerra.
Los socialistas encargados de muñir los pactos (Félix Bolaños, Santos Cerdán y María Jesús Montero) han ejercido de equilibristas girando varios platos chinos a la vez. Aún siguen rodando algunos como indicio de lo complicada que puede ser la legislatura. Tras el frenazo que dio Junts el jueves, la negociación volvía ayer a su cauce. Ambos interlocutores son conscientes de que el estira y afloja ya no da más de sí".
Continúa García: "Un dirigente de Junts insistía ayer en que el tiempo corre a su favor, pero la cúpula del partido cada vez es más consciente de que alargarlo puede ser difícil de justificar. ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué este tropiezo al final? En efecto, el miércoles por la noche quedaba un fleco por resolver que para el PSOE era menor pero que en Junts consideraron esencial, veían una provocación que los socialistas no lo incluyeran. Tiene que ver con las personas que podrán acogerse a la ley, en especial los encausados por el caso Voloh de presunto desvío de fondos para el Tsunami Democràtic, entre ellos Josep Lluís Alay, colaborador de Puigdemont. Estaban incluidos, pero Junts quería dejarlo más claro. El jueves empezó mal, pero las dos partes confiaban en solventarlo en cuestión de horas. El PSOE quería amarrar primero el pacto con Junts, más arriesgado, más volátil, y luego con los republicanos, a los que han ido prodigando gestos para evitar celos. Pero ERC aprovechó el frenazo de Junts para adelantar. Con el foco mediático en Bruselas, Oriol Junqueras se hizo la foto con el ministro Bolaños firmando los 14 folios del acuerdo. Los republicanos ya tenían preparado hasta el cartel del atril para la rueda de prensa en el que se leía: amnistía, resolución del conflicto, Rodalies, con la señal de “check” al lado a modo de punto conseguido".
Portada de 'La Vanguardia' del 5 de noviembre de 2023
La clave sería el ataque de cuernos de Junts al ver reflejado en el acuerdo entre el PSOE y ERC algunos de los puntos negociados por Puigdemont. Según la tesis posconvergente, los republicanos se habrían pasado las normas de la propiedad industrial por el forro del arco del triunfo. Sigue el texto de García: "El acuerdo político entre ERC y PSOE recoge también un relato sobre el conflicto catalán. Remite a la sentencia del Estatut y al “referéndum anulado por el TC” en 2017 y propone un debate “sobre el reconocimiento nacional de Catalunya”, siempre con “respeto al principio de legalidad y al principio democrático”. Pues bien, fuentes de la negociación aseguran que el texto que Junts ha negociado con los socialistas y que aún no se ha desvelado se expresa en términos similares. Por si fuera poco, el PSOE crea una nueva mesa de diálogo con ERC con “un mecanismo de verificación”, que será “una persona de reconocido prestigio”. Puigdemont exigió el 5 de septiembre un “mecanismo de mediación y verificación”. Pero aún hay más. Los negociadores de Junts han pasado semanas discutiendo la ley de amnistía con los socialistas y a última hora ERC pidió incluir a los procesados por el Tsunami Democràtic y se llevaron los titulares. Daba la impresión de que la autoría de la ley era de los republicanos. No es extraña la indignación en Junts si se tiene en cuenta que se ha pasado años criticando a ERC por dejarse embaucar por el PSOE".
En La Razón, Carmen Morodo firma un análisis cuyo resumen es que "La rivalidad independentista convierte la negociación en una extorsión permanente, sin más salida para Moncloa que ceder en todo o ir a elecciones". Su texto resalta la cuestión de los celos: "El pasado jueves estaba todo preparado para escenificar el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez. Tanta seguridad había en Moncloa que el PSOE comenzó a hacer llegar a sus socios el texto de la proposición de ley de amnistía para que lo fueran firmando y se hiciera entrada de él en el registro de la Cámara. Todo iba según lo previsto hasta que Carles Puigdemont estalló en cólera y dio tal puñetazo en la mesa que tiró por los suelos los planes de Moncloa. ¿La razón? Que se sintió engañado por la interlocución socialista por permitir que ERC se haya quedado con el titular de la ley de amnistía –incluida las causa del Tsunami que la Guardia Civil agiliza y los CDR, camino de juicio–, de la cesión de Rodalies, de la figura del verificador y de la condonación de 15.000 millones de euros a la Generalitat. A Puigdemont le han robado la cartera en medio de la negociación, y esto sólo puede agravar la «extorsión» y la situación de Sánchez como «rehén» del independentismo, a presente, pero también a futuro".
Sigue Morodo: "El drama, y son conscientes de ello en Moncloa y en el partido, es que una vez que Sánchez ha llevado la negociación a tal extremo, con Oriol Junqueras de «bolos» por los medios afines para presumir de los «higadillos» que ha conseguido sacarle al PSOE, el líder socialista se ha convertido en un rehén del pulso a cara de perro que mantienen Puigdemont y Junqueras, y esto no le deja más salida que la de ceder en todo lo que le pida el ex presidente prófugo de la Justicia o convocar elecciones. Con el agravante de que esta última vía de escape también se la ha taponado porque sus interlocutores se han manchado tanto las botas en el fango del intercambio de «papeles» que no ven vuelta atrás sin que lo que ya han hecho no tenga unas consecuencias fúnebres en un nuevo examen electoral. Tal es la guerra entre Puigdemont y Junqueras que el PSOE se ha movido en esta negociación con dos textos de ley de amnistía. Uno, el que manejaba con los de Junqueras; otro, el que ha negociado con Puigdemont. Las dos partes han querido utilizar incluso la amnistía para hacer daño a su enemigo político".
Portada de 'La Razón' del 5 de noviembre de 2023
La misma tesis es la que defiende Arturo Puente en El Diario con este titular: "La pugna entre ERC y Junts frustra los planes de Sánchez". De las tripas del texto destacan estos párrafos: "Ambos partidos, ERC y Junts, tienen incentivos para marcar su propio perfil. La formación de Junqueras se ha centrado en esta negociación en las cuestiones de tipo material o competencial, con dos principales conquistas como son el traspaso de Rodalies y la condonación del 20% de la deuda del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) de la Generalitat. En Junts, en cambio, han apostado por temas más pegados al procés, con una ley de amnistía como plato fuerte que quieren que vaya acompañada de un reconocimiento nacional de Catalunya y mejoras para la lengua catalana en Europa".
Y: "Pero este reparto de papeles entre ERC y Junts, que de entrada podría anticipar una tregua en la feroz competencia entre ambos, no ha sido suficiente para evitar las pullas a la negociación del contrario. El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha descalificado ante los suyos el pacto de ERC sobre Rodalies, que considera que aún deja al Estado demasiado control sobre la red ferroviaria, mientras ERC ha hecho todo lo posible por apuntarse como propios los avances en la ley de amnistía que el PSOE ha negociado con ambos".
Mientras tanto y para disgusto de los que se manifiestan frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz comandados por Esperanza Aguirre, El Independiente les ameniza el domingo con este titular: "Puigdemont podrá volver a España y pedir una indemnización al Estado". La nota es de Irene Dorta: "El expresident de la Generalitat Carles Puigdemont está tensando al máximo la cuerda de la negociación con el PSOE que anuda su exoneración absoluta en la Justicia española. En un final de negociaciones frenético en el que el acuerdo ha estado cerca y lejos por minutos, los tribunales se preparan para una respuesta a una ley que no tiene parangón con la actual Constitución vigente. Los escenarios que se abren son inciertos, pero la mayoría de juristas consultados coinciden: Puigdemont podrá volver a pisar Cataluña sin ser detenido e, incluso, algunos aventuran que podrá reclamar una indemnización al Estado. (...) Algunas voces del alto tribunal explican incluso que durante la tramitación sería difícil que fuera arrestado y, mucho menos, enviado a prisión. Por muy contrario que pueda ser un juez a la aplicación de la amnistía, esgrimen, no ven factible enviar al expresident a prisión cuando en el Parlamento se está debatiendo si los hechos por los que está acusado van a quedar totalmente borrados de sus antecedentes penales".
Y: "El juez del procés, Pablo Llarena, debe tomarle declaración para terminar el procedimiento en el que está acusado de malversación agravada y desobediencia por liderar la consulta independentista del 1-0. Pero las fuentes consultadas explican que la ley puede impedir que se tome esta testifical y, directamente, que el instructor envíe el caso a la Sala de lo Penal que será la que, en su caso, plantee una cuestión de inconstitucionalidad. (...) Sobre si pudiera pedir dinero al Estado o si a los acusados de malversación tendrán que devolverles las cantidades que pagaron en concepto de multa las fuentes consultadas son claras: "Si entablan una demanda de reclamación no sería fácil negarles la indemnización". De hecho, recuerdan que ya en la amnistía de 1977 los militares que habían sido depurados durante el franquismo pudieron más tarde ascender de grado y se les terminó pagando lo que habían dejado de cobrar".
5 de noviembre, santoral: Ángela de la Cruz, Isabel, Zacarías, Bertila de Chelles, Domingo Mau, Domnino de Cesarea, Fibicio de Tréveris, Geraldo de Beziers, Guetnocio de Bretaña y Marcos de Ecano.