Puigdemont juega con fuego y un banquero suizo

Tiempo muerto en las negociaciones sobre la investidura. Irrumpe en la escena el factor Puigdemont, la imprevisibilidad como norma. Hablamos del hombre que pudo convocar unas elecciones autonómicas que habrían evitado la prisión de sus consejeros, su fuga y demás "incidencias" penales y penosas del procés y prefirió que el Parlament proclamara una república de chichinabo. Ese hombre que optó por la peor opción y aún presume de haberse echado al monte con dos mossos y unas alpargatas.

Puigdemont estira el chicle y pretende que quede claro que la gobernabilidad de España depende de él. Alegan en Junts que el problema es el "perímetro" de la amnistía. Desde fuera, el escollo más aparente son los celos entre ERC y Junts, la guerra civil entre secesionistas, el odio cainita que se profesan unos y otros, la animadversión química y física entre republicanos y posconvergentes. 

El PSOE tendrá que contentar a Puigdemont con más fotos con Cerdán, más idas y venidas a Bruselas y una puesta en escena que satisfaga las ansias de protagonismo del hombre de Waterloo, que ha pasado del ostracismo a comer ostras en vez de mejillones. El espectáculo contribuye al desgaste del PSOE.

"Puigdemont acorrala a Sánchez y exige ahora una 'amnistía total' que incluya el caso de las conexiones con Putin", titula al hilo El Mundo en una pieza que viene con tres firmas, las de Esteban Urreiztieta, Raúl Piña y Marisa Cruz: "La negociación entre Carles Puigdemont y Pedro Sánchez ha encallado por el perímetro que debe abarcar la futura ley de amnistía. El expresidente catalán ha reclamado al equipo negociador del PSOE que el texto incorpore un reconocimiento de que al menos un centenar de implicados en el denominado procés ha sufrido una persecución judicial ilegal por parte del Estado a partir de la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Por lo tanto, pide que la ley beneficie no sólo a los principales líderes independentistas o a los grupos violentos, como Tsunami o CDR -estos últimos, enviados a juicio por terrorismo-, sino también a todos los involucrados en otras causas colaterales incoadas tras la consulta. Aquí se incluirían procesos de supuesta corrupción o el caso Voloh, donde se investigan las supuestas conexiones del independentismo con el Kremlin. «No se puede decir que todo empezó y terminó el 1-O y hay que tener en cuenta todo lo que ocurrió después», arguyen fuentes de Junts per Catalunya consultadas por El Mundo. De esta forma, Puigdemont reclama el reconocimiento de que hubo lawfare por parte de Estado y que, en consecuencia, deben ser exonerados todos los afectados por lo que considera montajes judiciales urdidos por el aparato del Estado para neutralizar al secesionismo".

Sigue la nota: "El PSOE se ha negado rotundamente a aceptar este planteamiento, que responde, según apuntan a este periódico desde el partido de Sánchez, a un intento de Puigdemont de desmarcarse del acuerdo alcanzado ya con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que incluye a los grupos más radicales. «El problema es que quiere ir ahora más allá que ERC para exhibir que ha sido él quien ha conseguido la amnistía total». No obstante, desde las filas independentistas señalan que esta exigencia no es ni mucho menos nueva, que se remonta al pasado mes de septiembre y que pueden documentar que los socialistas llegaron a bendecirla en el marco de las negociaciones mantenidas. En esencia, Puigdemont se opone a que la amnistía se circunscriba sólo a los políticos que promovieron el procés y, como apuntaló su mano derecha en este proceso, Jordi Turull, «no puede ser una amnistía para vips y no se puede dejar a ningún soldado atrás»".

Puigdemont juega con fuego y con la amnistía y La Vanguardia alerta sobre los últimos movimientos judiciales. "Los jueces activan causas mientras se negocia la amnistía", advierte el diario de Godó. El texto es de Esther Herrera e Iñaki Pardo Torregrosa: "La posibilidad de un acuerdo inminente entre Junts per Catalunya y el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez se disipaba ayer a la par que los jueces y la Guardia Civil pisaban el acelerador con las causas pendientes que afectan al independentismo. Las dos formaciones siguen negociando e intercambiando documentos y propuestas, pero están encallados en el alcance de la amnistía y en el redactado del articulado, un asunto no menor para los de Carles Puigdemont, que vaticinan que se vienen “días y horas de presión” para que se llegue a un acuerdo con los socialistas. Lo cierto es que es difícil que se dé marcha atrás después de la foto del lunes del expresident con Santos Cerdán, número tres de los socialistas y persona de la máxima confianza de Sánchez, pero una entente que parecía ya zanjada podría demorarse horas o días".

Continúa el texto: "En las conversaciones, que son de carácter técnico, participan otra vez juristas consultados por los dos equipos negociadores. Así pues, en la arena política no se logra avanzar mientras que en la Audiencia Nacional se confirmó ayer la apertura de juicio oral por un delito de terrorismo a los 12 miembros de los comités de defensa de la república (CDR) procesados en la operación Judas. A su vez, el instituto armado señaló en un informe entregado al juez que instruye en la Audiencia Nacional la causa sobre Tsunami Democràtic a la secretaria general de Esquerra como cerebro de las protestas y “coordinadora política”. Se trata de dos causas que, a priori, estarían incluidas en el texto actual de la ley de amnistía".

La secretaria general de ERC, doña Marta Rovira, no se mueve de Ginebra a pesar de que en España sólo se la reclama por desobediencia, un delito que no implica cárcel. Pero la Guardia Civil la tiene enfilada por su presunto papel en esa "gracia" del Tsunami. En El Independiente Irene Dorta y Carlos Frías abordan el papel de la dura Rovira en la organización que montó las protestas contra la sentencia del Tribunal Supremo: "La Jefatura de Información de la Guardia Civil lleva años trabajando (buena parte del tiempo bajo secreto de sumario en la Audiencia Nacional) en una investigación que busca revelar quién estuvo detrás de Tsunami Democràtic, la plataforma que coordinó la respuesta más radical en las calles de Cataluña tras la condena de los principales líderes del procés en 2019. Esta semana ha presentado un informe con las conclusiones que apuntan directamente a la dirigente de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) Marta Rovira como una de las cabecillas del movimiento".

Sigue el texto: "Las protestas callejeras se saldaron con cerca de 200 detenidos ese año y una factura que según los cálculos de la investigación asciende a 2,8 millones de euros en daños urbanos y de las compañías aéreas. Quemaron contenedores, cortaron carreteras, paralizaron un partido de fútbol en el Camp Nou y bloquearon el aeropuerto del Prat provocando la cancelación de casi 150 vuelos. Tsunami Democràtic se vendió como una organización espontánea y pacífica, pero la Guardia Civil tiene una teoría bien distinta. En la cúspide de la plataforma, que dicen estaba totalmente coordinada, colocan no sólo a Rovira, sino a otros ocho catalanes: Oriol Soler, empresario catalán fundador del diario Ara; Xavier Vendrell, exsecretario de Organización de ERC; Marta Molina, Josep Campmajó, escritor y empresario; Jesús Rodríguez Sellés; Jaume Cabani, Rubén Wagensberg, que fue miembro de la Mesa del Parlament; y Oleguer Serra, activista de Òmnium".

Pero no solo estaba en el ajo doña Marta. "La Guardia Civil implica a Puigdemont en los disturbios de Tsunami: 'Si hay algún muerto, perdemos'", apunta un titular de Vozpópuli. En el subtítulo se añade que "El informe identifica conversaciones del expresidente catalán con el empresario Josep Campmajó sobre la planificación de protestas violentas de la plataforma radical por la condena del Tribunal Supremo por el procés". Escriben Gema Huesca y Gonzalo Araluce: "El último informe aportado por la Guardia Civil a la causa contra Tsunami Democràtic salpica a Carles Puigdemont. Los agentes le identifican en una conversación que habría mantenido bajo el seudónimo de 'K Mes Nou' con el empresario Josep Campmajó sobre las acciones vandálicas que la plataforma impulsó en respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo por el procés. El oficio policial, al que ha tenido acceso Vozpópuli, atribuye al expresidente catalán una serie de mensajes en los que valoró la repercusión internacional de los disturbios, alertando de que el independentismo catalán perdería su batalla si moría alguien en alguna de las barricadas que impulsó entonces Tsunami Democràtic".

Sigue la nota: ""La imagen exterior no es tan dramática como se ve en el interior. De momento, la opción generalizada es que hay una reacción de indignación por unas sentencias escandalosas y que los disturbios son importantes pero que no alejan de lo que son ahora las protestas en las grandes ciudades del planeta. El problema puede venir si hay algún muerto, da igual de qué lado. Eso sería muy duro, y confirmará lo que siempre he dicho (y que me llevó a decidir ir al exilio): perdemos", expuso Puigdemont. El líder de Junts, que ahora negocia la investidura de Pedro Sánchez, se pronunció de esta forma a un mensaje previo de Campmajó que demuestra cómo el empresario le mantenía al tanto de las acciones violentas de Tsunami desde su exilio en Bélgica. Al respecto se refiere a las protestas que se produjeron entonces bajo el lema 'Marchas por la libertad' o la convocatoria de huelga general de aquel 2019. Sobre ello dice que estuvo "en primera línea" tanto en Barcelona como en Gerona. "Mi gente bien distribuida. Tenemos, tengo, información de qué pasará delante exactamente sin ningún filtro. Ni uno. Y nos estamos equivocando de estrategia comunicativa en extremo. El MHP (Molt Honorable President) escondido. Del todo. Aislado. Parece que hace un Junqueras. Buch acojonado y perdiendo los papeles", le dice. Campmajó se refiere al entonces presidente catalán, Quim Torra, que le sustituyó al frente de la Generalitat tras su huida de España en octubre de 2017, y le compara con Junqueras; quien acababa de ser condenado por el Supremo a 13 años de cárcel. Al respecto, le trasladó que estaban "a un paso de perder el control absoluto del territorio". "O tú y Tsunami tomáis en control o tendremos que comenzar a gestionar el precio de las bajas", le traslada. Cabe recordar que aunque no falleció ninguna persona implicada de manera directa en las protestas de Tsunami, un ciudadano francés perdió la vida de un infarto durante las protestas de El Prat. El turista falleció en el hospital de Bellvitge tras ser trasladado en helicóptero desde una de las terminales colapsadas por la turba. No obstante, el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) desvinculó lo ocurrido de las protestas".

Y Junqueras con Bolaños...

4 de noviembre, santoral: Carlos Borromeo, Agrícola de Bolonia, Amancio de Rodez, Emerico de Hungría, Hermas de Licia, Modesta de Tréveris, Nicandro de Mira, Perpetuo de Maastrich, Pierio de Alejandría y Vidal de Bolonia.