Carles Puigdemont en el interior de la fiscalía de Bruselas donde prestó ayer declaración / EFE

Carles Puigdemont en el interior de la fiscalía de Bruselas donde prestó ayer declaración / EFE

Política

Puigdemont, en libertad condicional en Bruselas

Un juez belga acepta la euroorden de entrega a España aunque deja libre con medidas cautelares al expresidente de la Generalitat y a cuatro 'exconsellers'

5 noviembre, 2017 23:38

Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat de Cataluña, en libertad condicional en Bruselas (Bélgica). El juez de instrucción aceptó ayer la orden europea de detención y entrega (OEDE) emitida por la Audiencia Nacional, aunque dejó libre con medidas cautelares al ex jefe del Ejecutivo autonómico y a cuatro exconsejeros mientras la estudia.

Dichas medidas son tres. Por un lado, la obligación de permanecer en el país y comunicar un domicilio de residencia. Por el otro, la de presentarse en el juzgado cuando el magistrado o la policía citen a los investigados.

La decisión llegó después de que Puigdemont y los cuatro exconsellers se entregaran ayer domingo, 5 de noviembre, en la comisaría de la policía federal de la calle Rue Royal de la capital comunitaria a las 9:17 horas.

Después, el juez estuvo casi seis horas tomando declaración al expresident y los otros cuatro exmiembros del Consell Executiu fugados de la justicia: Toni Comín (Salud), Clara Ponsatí (Enseñanza), Meritxell Serret (Agricultura) y Lluís Puig (Cultura).

Euroorden de la Audiencia Nacional

El domingo empezó a ritmo vertiginoso en Bruselas. La Fiscalía regional ordenó la detención del quinteto anticipándose a la designación de un juez que ahora elevará la euroorden a la Cámara del Consejo de Bruselas, que decidirá a su vez si entrega al exalcalde de Girona a la justicia española.

Puigdemont y el resto de detenidos fueron trasladados a la sede del ministerio fiscal para responder a la euroorden de entrega emitida el pasado viernes por la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela.

La magistrada instruye el procedimiento por supuestos delitos de rebelión, sedición y malversación por organizar y proclamar la independencia unilateral el 27 de octubre.

El expresident y su antiguo equipo llegaron a la Fiscalía regional en vehículos camuflados y, según el letrado portavoz, no fueron esposados. Poco antes de medianoche, conocieron la decisión del juez.

Tres opciones

El magistrado que tomó declaración y ha dictó la resolución sobre Puigdemont y los cuatro exconsellers tenía tres opciones sobre la mesa: rechazar la euroorden, aceptarla y decretar prisión para el quinteto o dar su visto bueno pero dejarlos en libertad.

Finalmente, el magistrado inclinó por esta última opción.

Puigdemont, Comín, Serret, Puig y Ponsatí habían intentado decantar la deliberación a su favor con dos movimientos. Uno, preventivo, entregarse voluntariamente a la comisaría de la policía federal.

El segundo, elegir el idioma neerlandés para declarar, lo que implicó que el juez que les tomó declaración fuera de origen flamenco.

Fin del periplo

Cualquiera que sea el giro judicial, el movimiento de ayer acaba con la huida del expresidente de la Generalitat de Cataluña, que se desplazó discretamente a Bruselas el pasado lunes 30 de octubre.

Puigdemont, acompañado de diversos exconsellers del Gobierno, compareció al día siguiente, martes 31 de octubre, para avanzar que no regresaría a España a menos que se le ofrecieran "garantías judiciales".

La decisión de permanecer en el estado miembro de la UE perjudicó a los otros imputados en el mismo procedimiento en la Audiencia, que ingresaron en prisión provisional por, entre otros motivos, la fuga del resto de querellados.

Ello no fue óbice para que Puigdemont entrara incluso en campaña electoral y se ofreciera como candidato del PDeCAT a las elecciones autonómicas del 21 de diciembre desde Bruselas

El político del PDeCAT, no obstante, se enfrenta a otros problemas más acuciantes. El juez que le ha dejado en libertad condicional tiene ahora hasta 90 días para decidir si el expresidente autonómico y los cuatro exconsellers prófugos son entregados a la justicia española y, con mucha probabilidad, acaban también en custodia preventiva hasta su juicio.