La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ante en una panorámica del distrito de Nou Barris / CG

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ante en una panorámica del distrito de Nou Barris / CG

Política

Habla Nou Barris, la Barcelona que dio la espalda a Colau: "Fue una novata"

Los trece barrios que dieron un sopapo a Barcelona en Comú en las elecciones municipales: "El último gobierno municipal se olvidó de nosotros"

11 junio, 2019 00:00

Ada Colau avanza posiciones para reeditar su papel como alcaldesa de Barcelona si este sábado, como se espera, cosecha los votos de su partido, Barcelona en Comú (BComú), PSC, Barcelona pel Canvi-Ciutadans y, quizá, incluso, los de Josep Bou (PP). La actual alcaldesa se halla en una posición inmejorable para cortocircuitar la toma independentista de la segunda mayor ciudad española, ya que Ernest Maragall, candidato de ERC y ganador de las elecciones municipales del 26 de mayo, no ha concitado apoyos suficientes.

Si prospera su intento, a Colau le esperarán ingentes deberes. La actual munícipe en funciones deberá analizar qué falló para que Maragall le venciera por apenas 4.800 votos el 26M, aunque ambos empataron a 10 concejales. Colau y los suyos recabaron 156.157 votos y el 20,71% de las papeletas, por 176.612 sufragios y el 25,21% cuatro años atrás. Uno de los mayores trompazos se lo llevó la exactivista reconvertida en alcaldesa en el distrito de Nou Barris, el de menor renta per cápita de la capital catalana [ver datos aquí]. Perdió casi 7.000 votos, de 22.468 a 15.686. Pasaron los comunes del 33,9% de las papeletas al 22,9%, viendo como el PSC se llevaba el distrito y sus 13 barrios. ¿Qué falló?

"Les faltó oficio"

Filiberto Bravo es presidente de la Asociación de Vecinos de Ciutat Meridiana. En conversación con este medio y a cuatro días de que se conozca el nuevo alcalde o alcaldesa, critica la gestión de BComú de 2015 a 2019. "Pensábamos que se iba a respetar al barrio. Que se iban a cumplir las promesas. Pero no ha sido así", avisa. "Los desahucios han crecido, y en esta zona han cogido un ritmo dramático. ¿Del paro? Ni se ha dado cuenta el gobierno de que sigue fatal. La sanidad sigue pagando los recortes, la salud mental de los vecinos ha empeorado y el comercio no despega", enumera el activista.

"El Pla de Barris --continúa Bravo-- no ha llegado a notarse. ¿Quieres ejemplos? La asociación de vecinos lleva 24 años en un espacio provisional. El casal de mayores de la calle Pedraforca, sin apenas espacio. Del Casal de Jóvenes ni hemos escuchado propuestas. La legislatura pasada inauguraron un centro cívico y cogen y lo parten por la mitad". Según este residente, que lleva desde 1975 en la lucha vecinal, las elecciones municipales "no fueron tanto de procés o independencia como que Ciutat Meridiana quiere ser Barcelona. Y hay políticos que parece que no lo entienden. Les faltó oficio. Se ha normalizado la miseria y la pobreza", lamenta.

"La gente ha votado diferente"

También se han producido movimientos electorales sísmicos en Can Peguera. El presidente de su asociación de vecinos, Pep Ortiz, admite que "la gente se ha inclinado más por el PSC esta vez". ¿Por qué ese cambio en la elección de papeleta? "Sin entrar en partidismo, es cierto que hay deberes pendientes. El Pla de Futur se diseñó de forma correcta, muy democrática. Los vecinos establecieron prioridades: resolver humedades en las escaleras, remediar problemas de climatización y trabajar sobre la red aérea. En resumen, tener un barrio digno. Pero no todo se ha puesto en marcha", avisa Ortiz.

Según el también miembro de la junta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (Favb), lo sustantivo de las políticas municipales es muy básico. "Hay que condicionar el barrio a las necesidades de la gente, y no al revés. Esto debería tenerlo en cuenta el próximo alcalde o alcaldesa: si un plan tarda mucho tiempo en completarse, o no hay dinero para desplegarlo, no sirve de nada y la calidad de vida se resiente. En un barrio de gente trabajadora como Can Peguera, la gente lo nota rápidamente". De nuevo, Ortiz descarta que la cuestión territorial generara la debacle de los comunes. "En las municipales se vota otra cosa. Lo que hace el ayuntamiento se tiene que notar", asevera.

"Hay que empezar a construir"

También ha echado de menos más intervención del Ayuntamiento de Barcelona Ricard Domingo. Este activista preside la asociación de vecinos de La Prosperidad. En La Prospe, Barcelona en Comú y más concretamente su edil de distrito, Janet Sanz, a la sazón en el comité negociador con ERC y PSC, tampoco han atinado del todo. "Hay cosas que se quedaron a medio camino. El PAM (Programa de Actuación Municipal) parece que ya se ha olvidado", enfatiza este activista. Por ello, conmina a los partidos políticos a que formen gobierno con celeridad y se pongan a trabajar. "Que todo este debate sobre quién gobierna no se traduzca en una parálisis", recomienda.

"El nuevo casal de jóvenes de La Prosperidad está bloqueado. Ha aflorado una deuda pendiente del Consell Comarcal del Barcelonès (CCB) que nadie esperaba y aquí seguimos. ¡Y es un proyecto que viene de la legislatura anterior! Se debería empezar a construir ya", prescribe Domingo. Algo similar ocurre con el solar de la Ideal Plástica Flor, situada en la avenida Valldaura y la última fábrica del barrio que se echó abajo. "Tenía que ser un equipamiento de distrito, ya no de barrio, amén de una biblioteca. Pero de momento no ha pasado nada. Y eso que el suelo ya está disponible", critica Domingo.

"No vimos a los concejales en 4 años"

Si en el capítulo vecinal Ada Colau apenas se lució en Nou Barris, un distrito considerado un granero de votos de los comunes, en el apartado comercial las cosas tampoco han marchado bien. "En cuatro años no se ha hecho nada para el comercio del distrito. Y eso que en Nou Barris no hay industria. Lo que crea empleo son los pequeños negocios. ¿Cómo funcionamos? Con el plan de comercio anterior", admite Maite Fernández, dinamizadora de Eix Nou Barris Centre Comerç. "Hubo un contacto antes de las elecciones, pero ya está. Nos tienen sacrificados. Este equipo de gobierno pensó poco en el comercio", agrega la trabajadora.

En opinión de Fernández, a Colau le faltó "sensibilidad" con los pequeños negocios. ¿A qué se refiere? "En Nou Barris hay mucha restauración. Cada local crea equis puestos de trabajo. Dos o tres mesas más o menos en una terraza es un puesto de trabajo. Pues bien, no se tuvo en cuenta. Se miró con lupa la ocupación de las aceras, pero no el hecho de que los comerciantes son el nervio del barrio, lo que da empleo", razona. Según ella, el "vuelco electoral" --en palabras propias-- de Nou Barris se explica por una razón muy simple. "O tienes un regidor de distrito visible o no haces nada. Nou Barris es muy cañero, la gente está acostumbrada a luchar por lo suyo. El PSC, que seguro que tendrá sus cosas, trabajó bien este tema, se hizo visible y consiguió que muchos vecinos cambiaran su voto", ha apostillado la comerciante.