Jordi Sànchez, expresidente de la ANC y 'número dos' en la lista de Junts per Catalunya, antes de declarar por primera vez por su presunta implicación en el 'procés' / EFE

Jordi Sànchez, expresidente de la ANC y 'número dos' en la lista de Junts per Catalunya, antes de declarar por primera vez por su presunta implicación en el 'procés' / EFE

Política

El independentismo dispara su último cartucho emocional antes del juicio

La huelga de hambre de Jordi Sànchez y Jordi Turull cohesiona, de nuevo, al independentismo de Puigdemont después las protestas sociales contra el Govern de Torra

2 diciembre, 2018 00:00

Ahora sí. A por todas y con las consecuencias que sean necesarias. El independentismo emocional que rodea al mundo postconvergente de Carles Puigdemont dispara su último cartucho emocional antes del juicio a los políticos presos con el anuncio de dos huelgas de hambre, la que personalmente han asumido Jordi Sànchez y Jordi Turull. El reto es mayúsculo para las autoridades judiciales y el Gobierno español, en la semana en la que se cumplirá el 40 aniversario del referéndum de la Constitución española. Se llega a esa fecha con el encarcelamiento preventivo de dirigentes políticos, a la espera de un juicio por rebelión y sedición que se iniciará a medios de enero.

Este sábado los dos políticos presos en Lledoners --Jordi Sànchez nunca ha dejado de hacer política desde su activismo-- comenzaron una huelga de hambre para protestar por el supuesto bloqueo del Tribunal Constitucional a los recursos de amparo que han ido presentando. Es lo que explicó el letrado de ambos, Jordi Pina, junto al médico y presidente del Colegio de Médicos, Jaume Padrós, en el Colegio de Periodistas. La no respuesta a esos recursos --que se admiten a trámite pero “se dejan en un cajón”, según Pina-- impide a los políticos presos acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, que, presuntamente, ofrecería resultados positivos para los intereses de los dirigentes independentistas.

El expresidente de la ANC Jordi Sànchez

El expresidente de la ANC Jordi Sànchez

Jordi Sànchez, se ha declarado en huelga de hambre

Febril activismo

“Una de las pocas respuestas legítimas que el hecho de estar encarcelados nos permite es la huelga de hambre”, aseguran los dos presos en un texto que leyó Pina, y que también se difundió en las redes sociales.

¿Pero, qué está en juego? Los independentistas presos en Lledoners, entre los que se encuentra Oriol Junqueras, acordaron la medida. No hay fisuras, aparentemente, en esa cuestión. Pero sólo dos quisieron llevarla a cabo: Sànchez --veterano activista en la Crida per la Solidaritat-- y Turull, un político clásico de la cantera de Convergència. Eso implica que la operación está en manos de Puigdemont y del mundo irredento postconvergente, y que se producirá una guerra ahora de carácter emocional para dejar de lado a Esquerra Republicana.

En paralelo, se instaba a una manifestación el día 15 de diciembre, en Madrid, para reclamar la libertad de los presos. Y todo eso se une a una febril actividad en el extranjero, que ha logrado el apoyo --se considere o no importante-- de asociaciones de profesores y estudiantes de ciencia política de Estados Unidos y del Reino Unido, sin que los efectos de la nueva política exterior del ministro Josep Borrell se hayan notado por lo menos en el mundo académico, tal y como han insistido en destacar informes de analistas del Real Instituto Elcano.

Buscando el 'momentum indepe'

El independentismo sabe que se la juega, que en las últimas semanas su estrategia ha comenzado a hundirse, y que las reclamaciones de distintos colectivos sociales han hecho abrir los ojos a buena parte de la sociedad catalana, con el Gobierno catalán que preside Quim Torra tocado y enrocado, porque se había olvidado su faceta de gestor de la cosa pública.

Llega el juicio, y todos los colectivos soberanistas se han puesto las pilas para presionar al máximo. Se queman las naves a la espera de lo que ocurra, con la intención de que se declare nulo. Ese es el objetivo, impedir, de hecho, que se pueda iniciar el juicio. Y, si se desarrolla, preparar el ‘momentum’ que reclama el presidente Torra y Carles Puigdemont desde Waterloo para establecer otro pulso con el Estado, lo que echaría por tierra, otra vez, la estrategia de Esquerra Republicana.

Personal de la Sanidad catalana durante una de las protestas de esta semana ante la sede del ICS / EFE

Personal de la Sanidad catalana durante una de las protestas de esta semana ante la sede del ICS / EFE

Protestas sociales para denunciar los recortes en Sanidad

El 'falso' argumento de Sànchez y Turull

Sin embargo, Junqueras está con Sànchez y Turull. Y también Jordi Cuixart, uno de los más activos. Detrás, sigue los pasos con atención la ANC, que animó, en boca de Elisenda Paluzie, su presidenta, a que otros independentistas, desde fuera, inicien protestas similares, que se podrían concretar en “ayunos temporales” en Montserrat. Se recupera, por tanto, el ánimo de protesta, con la propaganda de que se lucha contra un estado no democrático, que tiene “presos políticos en las cárceles”.

Ahora bien, ¿hay argumentos a favor de esa protesta, sea o no a través de huelgas de hambre, contra el Tribunal Constitucional? El Gobierno español señaló, de inmediato, que no corresponde, que habrá “un juicio justo”. Expertos en derecho constitucional como Xavier Arbós o Teresa Freixes, tienen sus dudas. Arbós entiende que, con políticos presos de forma preventiva, el Constitucional debería ir más rápido en las respuestas a esos recursos de amparo. Freixes sostiene, sin embargo, que ello no impide a Sànchez o a Turull, o al resto de políticos presos, dirigirse al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). “Si creen que el TC incurre en dilaciones indebidas tienen expedito el recurso ante el TEDH por vulneración del derecho a una resolución emitida dentro de un plazo razonable, reconocida por el artículo 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. No tienen más que interponerlo sin mayores requeriemientos”.

Desacreditar a España

Por ello, basándose en una cuestión que, en todo caso, es interpretativa, el independentismo va a por todas, con Torra al frente y con una máxima que difundió en su comunicado: el estado español no garantiza una justicia equitativa, y el entorno internacional lo sabe. Ese es el latiguillo que se intensificará en las próximas semanas, con activistas que colocan mensajes en todos los medios extranjeros, el último en un diario de México. Todo vale para desacreditar a España.

Con esa decisión se pone fin, --así lo intentará el Govern de Torra-- a las protestas sociales que han protagonizado esta semana. Alcanzado un acuerdo con los médicos de atención primaria, se entiende que todo el foco estará ahora en el seguimiento de la huelga de hambre, que tiene sus riesgos para los propios Sànchez y Turull, como destacó el médico Jaume Padrós. “Aguantar más de un mes y medio será difícil”, aseguró, justo lo que falta para el juicio. Si los dos llegan en malas condiciones de salud a ese juicio, ¿se celebrará?

Una parte del catalanismo, afectado

Los efectos en otros colectivos políticos fueron inmediatos. El catalanismo que representa Ramon Espadaler, secretario general de Units per Avançar, que formó parte de la candidatura del PSC en las elecciones al Parlament, aseguró que la huelga de hambre supone un choque para toda la sociedad catalana. “Nos interpela a todos como sociedad”, señaló. También se expresó en ese sentido la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Es justo lo que pretende el independentismo, en una especie de causa que se plantea entre la "democracia" de los activistas independentistas frente al ‘opresor y antidemocrático’ estado español. Esa ecuación se viene manteniendo desde el inicio del proceso soberanista.

Ahora todo quedará en manos del Gobierno español, y del propio Tribunal Constitucional que, le guste o no, se verá condicionado para agilizar esos recurso de amparo, pese a las afirmaciones de juristas como Teresa Freixes.