Una imagen de Oriol Junqueras ante la cárcel de Lledoners, donde está preso / FOTOMONTAJE DE CG

Una imagen de Oriol Junqueras ante la cárcel de Lledoners, donde está preso / FOTOMONTAJE DE CG

Política

Todos quieren ver a Junqueras

El poder económico y el político, a pesar de las aceradas críticas del PP y Ciudadanos, consideran que Esquerra está llamada a ser la fuerza política central en Cataluña

21 octubre, 2018 00:00

Oriol Junqueras espera. Le llaman. Quieren visitarlo. El partido, Esquerra Republicana, organiza y ordena las peticiones. Algunos de los amigos personales de Junqueras aguardan desde hace meses, porque sus colaboradores en ERC y en el Govern combinan las entradas de representantes políticos y sociales con las amistades. Todos quieren ver a Junqueras.

En algunos casos es Junqueras quien pide una visita. Ese ha sido el caso de Pablo Iglesias, que, después de un par de meses desde que recibió la petición, se entrevistó este viernes en la cárcel de Lledoners con el líder de ERC. A pesar de que Iglesias es partidario de explicarlo todo y en todo momento, fueron esta vez los republicanos los que explicitaron que se iba a producir esa reunión: Esquerra está ahora en el centro, y sus dirigentes han aprendido --nunca es algo definitivo en este partido— a gestionar y a proyectar dos ideas, que quieren ser una fuerza política de gobierno, y que la cohesión y el orden interno se mantendrá pase lo que pase. Y en ese caso, que es Esquerra la que quiere negociar con el Gobierno, sin intermediarios.

Diputados, obispos y periodistas

A Junqueras lo han visitado en los últimos meses, como explican fuentes del partido, diversos sindicalistas y diputados del Parlament. También obispos, economistas y periodistas, al margen, en el caso de estos últimos, de las entrevistas que se han concedido. Muchos de ellos han mantenido el encuentro en secreto, y han pedido que no se difundan sus nombres. Lo que pretenden es crear un clima de confianza, y conocer, realmente, qué proyecta Junqueras y cómo se puede lograr una salida política para resolver el conflicto catalán.

Pero también ha habido políticos y personalidades con importantes responsabilidades. Hace una semana visitó a Junqueras el exlehendakari Ibarretxe. Lo habían hecho anteriormente el lehendakari Urkullu, y también el líder abertzale Arnaldo Otegi. La sorpresa se produjo con el encuentro con el presidente de la CEOE, Juan Rosell, acompañado del líder de la UGT, Josep Maria Álvarez.

Aplausos a Rosell

El Gobierno que preside Pedro Sánchez conocía estas dos últimas visitas. El propio Rosell se lo había comunicado a la vicepresidenta Carmen Calvo, que lo consideró como algo razonable y que podía ser positivo.

También el ex secretario de Estado de Hacienda y profesor del IESE Alfredo Pastor asegura que se trató de una buena iniciativa, como explica este domingo en una entrevista en Crónica Global.

El presidente de CEOE, Juan Rosell, en una imagen de archivo / EFE

El presidente de CEOE, Juan Rosell, en una imagen de archivo / EFE

El presidente de la CEOE, Juan Rosell

El pronóstico de Miquel Roca

El ex secretario general de Convergència y abogado Miquel Roca difunde estos días ese mensaje, que coincide con el de Pastor: en el horizonte inmediato se dibuja en España la constitución de dos gobiernos, con el PSOE en Madrid, cuando se convoquen elecciones y pueda formar, de nuevo, un gobierno –esta vez debería ser de coalición, sin que se pueda vislumbrar qué socio le acompañará—, y un gobierno al frente de la Generalitat liderado de forma clara por Esquerra Republicana.

Eso es lo que se configura, lo que determinados círculos económicos y políticos señalan como una salida posible. Pero quedan muchos cabos sueltos.

Negociación política

Son esos cabos los que se quieren consultar con Junqueras, que ofrece una respuesta nítida, según las fuentes de Esquerra consultadas por Crónica Global: voluntad y capacidad para gobernar la Generalitat, y para ofrecerse como un posible socio que ayude al conjunto de España a superar el conflicto político e institucional, a cambio de que en el otro lado alguien asuma riesgos y quiera hablar en términos estrictamente políticos. Ello implica una salida política: acuerdo sobre autogobierno, sobre cuestiones económicas, sobre referéndum, sobre lo que se ponga sobre la mesa, pero con un carácter político, que descarte la vía judicial, cosa que no se ha hecho hasta ahora.

¿Puede Pedro Sánchez recoger ese guante? Hasta ahora, y con la actual coyuntura, el propio Junqueras entiende que eso es casi imposible. Pero Sánchez sí puede dejar constancia de algún gesto, de alguna pista que invite a pensar que ese horizonte que dibuja Esquerra puede ser posible.

CRÓNICA GLOBAL ILUSTRACIÓN  (1)

CRÓNICA GLOBAL ILUSTRACIÓN (1)

Oriol Junqueras recibe visitas en la cárcel / FARRUQO

Nada, en el campo de Puigdemont

Los que visitan a Junqueras constatan, según las mismas fuentes, y también lo señalan así desde el ámbito socialista, que en el otro lado del independentismo no hay apenas nada. En el seno del Govern de Quim Torra las pullas son el pan de cada día. La desorientación es total, y el desinterés por la gobernabilidad exaspera a sus socios republicanos. Se dibujan algunas islas que piensan en el mañana, como la consejera Elsa Artadi, y algunos consejeros que les gustaría gestionar y acordar, como Damià Calvet, al frente de la Consejería de Territori. Pero la fuerza de Carles Puigdemont hace mella en todos ellos, con hombres de confianza que, por debajo de los consejeros, en el escalafón de los distintos departamentos, toman decisiones por su cuenta. En las reuniones conjuntas, de carácter sectorial, los mandados de Puigdemont no tienen ningún interés en gestionar. Se apuesta todo a la gesticulación y a la tensión.

Ello deja a Junqueras como interlocutor posible, y a su partido. La situación es de tal magnitud, en el actual Govern, que se traza un símil futbolístico. Esquerra, con sus principales jugadores en prisión, ha sacado a sus hombres del banquillo, con pocos partidos en sus piernas. Pero es que, en el otro lado, el supuestamente exconvergente, dotado siempre de cantera, los titulares que juegan el partido los han fichado en la calle, gente que pasaba por ahí. Son los llamados “prepolíticos”, que han paralizado la administración, que han dejado a la Generalitat como una administración “poco funcional”, como señala también Alfredo Pastor, añadiendo que no hay apenas contratación de obra pública.

En la Moncloa lo saben

Los socialistas catalanes conocen a la perfección esa situación. Y, a través de ellos, el PSOE y la Moncloa. La cuestión central es que el Gobierno de Pedro Sánchez necesita más elementos diferenciadores por parte de Esquerra, más atrevimiento para poder hacer lo propio.

En ese camino, algunas voces han aparecido para sondear el terreno, para actuar como facilitadores de un nuevo clima. Es el caso del expresidente del Tribunal Constitucional, del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial Pascual Sala, quien esta semana en una entrevista en RAC1 señaló que el conflicto se deben solucionar “por la vía política”, al tener “una naturaleza política”.

El expresidente del Tribunal Supremo Pascual Sala

El expresidente del Tribunal Supremo Pascual Sala

El expresidente del Tribunal Supremo Pascual Sala / EFE

Diputados vitales en Madrid

Y remachó que no veía claro el delito de rebelión ni el de sedición. Sala, magistrado elegido en las distintas responsabilidades que ha ejercido a propuesta del PSOE, fue taxativo en sus apreciaciones, sin comprometer en ningún momento a la Fiscalía del Estado. Pero sus mensajes pueden servir para preparar un nuevo clima a medida que se acerque el inicio del juicio a los políticos presos.

En lo que hay coincidencia es que, esta vez, una gran parte de la solución en Cataluña pasa por Esquerra Republicana, y también por el apoyo electoral que puedan tener los republicanos en unas elecciones generales, con unos diez diputados –según las últimas encuestas— en el Congreso. Es decir, un papel en Barcelona y Madrid.