Elda Mata (SCC): “Las conversaciones PP-Junts no nos parecen ni convenientes ni necesarias"
La presidenta de Societat Civil Catalana lamenta que Alberto Núñez Feijóo negociase con los partidos independentistas para su investidura: "¿Qué no entienden sobre el nacionalismo?", expresa en una entrevista con Crónica Global
18 febrero, 2024 00:00Noticias relacionadas
Elda Mata es la presidenta de Societat Civil Catalana (SCC), la asociación constitucionalista que siempre se ha mostrado en contra de las cesiones de PSOE y PP al nacionalismo, que la ve "una ideología perversa". De este modo, lamenta que el PP de Alberto Núñez Feijóo haya entablado conversaciones con Junts y ERC para tratar de negociar su investidura, finalmente fallida. "¿Qué no entienden los partidos que podríamos llamar democráticos? ¿Qué no entienden sobre el nacionalismo?", expresa en una entrevista en Crónica Global.
Sin embargo, considera que el presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha traspasado todas las líneas rojas al estar pactando la Ley de Amnistía con los partidos separatistas. En este sentido, asegura que Societat Civil está haciendo todo lo posible por que no salga adelante personándose en el caso de Tsunami Democràtic. "Lo que ocurrió en 2019 fue terrorismo", afirma.
- En los últimos días se ha dado a conocer que hubo contactos entre PP y Junts para intentar sacar adelante la investidura de Alberto Núñez Feijóo. También ERC ha dicho que los mantuvo. ¿Cómo lo ve?
- Parece que sí que ha habido esos contactos, y no lo digo porque me fíe de lo que están diciendo Marta Rovira ni nadie de Junts ni de ERC porque para mí no tienen credibilidad, ya que van a utilizar la información como a ellos les convenga. Pero en todo caso, nosotros creemos que todas esas conversaciones no son convenientes ni son necesarias. Si queremos saber si se han arrepentido y si lo volverán a hacer, si queremos saber cuál es su hoja de ruta no hace falta sentarse con ellos para hablarlo porque lo han venido declarando desde el 2017. No han engañado nunca. Entonces, si todas estas premisas son necesarias para sentarse con alguien, y no se dan, pues, ¿para qué nos sentamos?
- ¿No se debe dialogar con el nacionalismo?
- Nosotros llevamos desde 2014 avisando de que el nacionalismo es tóxico,
es una ideología perversa. Llevamos 45 años concesiones continuas al nacionalismo que nos han traído a donde estamos ahora. ¿Qué no entienden los partidos que podríamos llamar democráticos? ¿Qué no entienden sobre el nacionalismo? Después de una segunda guerra mundial tan clara con los efectos que tiene el nacionalismo, construimos una Unión Europea por la amenaza del nacionalismo y en España cada vez tenemos más nacionalismo. Después de 45 años, que estábamos muy orgullosos de nuestra transición y de nuestra Constitución absolutamente garantista y democrática, resulta que seguimos cediendo y seguimos pensando que hay algo que nos puedan enseñar en cuanto al respeto al Estado de Derecho y a los ciudadanos. ¿Qué nos puedan enseñar estos nacionalistas? No nos pueden enseñar nada.
- En sus palabras, se le nota decepcionada con el Partido Popular
- Pues yo no me siento decepcionada con el Partido Popular ni con otros partidos. Cada vez es más claro que la estrategia de la sociedad civil es muy diferente de las estrategias de unos partidos políticos que durante 45 años no han tenido la altura de miras suficiente como para pensar en el ciudadano y la consolidación de un Estado democrático de derecho por encima de unos intereses partidistas. Eso es lo que les lleva por un camino equivocado. Y sin decir si los pactos de unos han sido más graves que los de otros, han ido cediendo pequeñas parcelitas. Pero si se alejan un poco y dejan de ver a su partido en primer lugar, sino que ven el estado de la nación en la que han ido dejando y en qué nos hemos convertido, yo creo que algunos volverían sobre sus pasos y dirían esto no debía haberse hecho.
- ¿Se ha llegado al límite?
- Ahora es un caso absolutamente extremo, en el que por siete votos ya no existe línea roja ni ningún límite. En un Estado democrático de derecho, el fin no justifica los medios, pero parece que algunos no se sienten cómodos en un Estado que tiene un marco legal para garantizar la convivencia entre todos.
- Ante estos virajes de los partidos, ¿pueden los ciudadanos confiar en la política?
- Los ciudadanos tenemos la obligación de tener un cierto espíritu crítico, leer entre líneas y saber que la política va por un lado y que la fuerza de la sociedad civil en Estados democráticos tiene que ser la máxima posible, porque es la que sí tiene esa influencia y puede forzar a que determinados hechos no tengan lugar. A todos los políticos lo que les preocupa realmente es el voto, y eso es el tesoro que tenemos todos los ciudadanos. Entonces, si realmente creemos que un partido político o un líder político está haciendo las cosas de una manera que no consideramos acorde con nuestros principios, hay que protestar.
- ¿Estamos ante un nuevo procés?
- El procés está en marcha desde que tenemos democracia. Jordi Pujol gobernó y ya tenía una hoja de ruta para nacionalizar Cataluña. La amnistía, tal como proclamaban el señor Sánchez, todos sus ministros y evidentemente muchos de los otros líderes políticos y partidos, es inconstitucional. Los juristas así lo han dicho. Lo que estamos viendo es una descarnada lucha por el poder, que quizás de eso aprendamos un poco los ciudadanos a desconfiar de determinadas cosas que vemos.
- La ley de amnistía sigue bloqueada en el Congreso porque Junts quiere que se incluya a todos los casos. ¿Lo que ocurrió en Cataluña fue terrorismo?
- Sí, creemos que en Tsunami Democràtic hay terrorismo, indiscutiblemente. Nos asombra que la fiscalía en la Audiencia Nacional apoye la petición de uno de los imputados para que no se aceptara la personación de dos policías nacionales gravemente heridos en el 2019. Nos parece alucinante. Por supuesto, cualquier persona que estuviese aquí ese año sabe que bloquear un aeropuerto, una frontera con Francia, tirar a los policías, a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, es terrorismo. No de grado A, B y C, pero por supuesto que atenta contra los derechos fundamentales de las personas.
- Hace unas semanas hemos conocido que el diputado de ERC Rubén Wagensberg huyó a Suiza por su vinculación en Tsunami Democràtic. ¿Qué opina?
- Si se van es que claramente saben que en cualquier juicio con todas las garantías, como pasa en España, les acabarían imputado por lo que han hecho. Tampoco nos tiene que asombrar que siga cobrando 7.000 euros. Eso es una forma de corrupción económica y política. Y desde luego, malversación de nuestros impuestos porque es pagarle a un señor para que no trabaje. Pero parece que esto no es suficientemente fuerte como para que haya una protesta por parte de todos los demás diputados que sí que están trabajando. Este señor se ha ido de rositas. Este y otros, porque el señor Puigdemont tampoco vive del aire.
- Según ustedes, la amnistía es inconstitucional. ¿Y el indulto condicionado?
- Cuando se concedieron los indultos no negamos la legitimidad del gobierno para concederlos, pero es una medida de gracia que debería ir precedida por el arrepentimiento y por una apuesta por no volverlo a hacer. Lo que empezó por romper la igualdad entre los españoles no es la amnistía. Empezó con los indultos, que ya avisábamos de que esta impunidad para lo único que iba a servir era para dar alas al siguiente paso, que era una amnistía. Además, nos han querido hacer tragar que todo esto lo hacemos por la convivencia. Para nada, porque la susodicha convivencia en Cataluña se basa en el miedo de la persona que es constitucionalista a decir lo que piensa.
- Si sale adelante la ley de amnistía, ¿qué hará Societat Civil Catalana?
- Nosotros somos beligerantes desde el primer momento. Desde luego, no damos por sentado que va a salir la ley de amnistía. Estamos haciendo todo lo posible para que no salga.
- ¿Y sobre la injerencia rusa del procés?
-
Nosotros ya preconizábamos que era así. Era difícil, a Europa le costaba mucho entender que eso fuera verdad. Y no solamente Europa. Es que incluso en España.
- ¿Cómo es la relación de la entidad con los partidos catalanes?
- Con unos cuantos muy buena y con otros, ni nos reciben, pero tampoco nos extraña mucho porque para ellos nosotros somos ciudadanos de segunda. Ellos claramente han demostrado que no son una representación del Estado en Cataluña, que debe velar por la seguridad jurídica y los intereses de todos los ciudadanos por igual, sino que los que somos bestias con forma humana [como decía Quim Torra].
- ¿Echa de menos más unión constitucionalista en el Parlament? Sobre todo, teniendo las elecciones autonómicas a menos de un año...
- Es imprescindible esa convergencia con un objetivo: acabar con el régimen totalitario nacional. A veces resulta difícil acabar teniendo muy claro que eso sea el objetivo de todos. ¿Por qué nos estamos acercando tanto que incluso hay postulados del nacionalismo que los estamos adoptando como nuestros? O sea, ¿cómo puede ser que después del asesinato de dos guardias civiles no estén absolutamente todos los líderes políticos en Cataluña juntos guardando un minuto de silencio?
- El PSC aseguró que las acusaciones de la derecha eran falsas y criticó que se instrumentalizase un asunto de esta magnitud.
- No es que se instrumentalice. Siendo el PSC la primera fuerza en el Parlament, debían haber instado ellos al minuto de silencio.
- ¿Seguirá siendo SCC igual de influyente en las próximas elecciones?
- Nos implicaremos como nos hemos implicado siempre. Indiscutiblemente tenemos una influencia. Si no, el 8 de octubre no hubiera salido tanta gente a la calle teniendo en cuenta que una parte de la población había sido más bien requerida a quedarse en su casa antes que salir a demostrar su repulsa ante la amnistía. Vamos a apoyar, evidentemente, a todos los partidos que consideren que ese marco de Estado de Derecho que tenemos, esas líneas maestras de la Constitución, son las líneas rojas.