El Ayuntamiento de Barcelona, que comanda Ada Colau, ha vendido esta semana un nuevo plan contra los narcopisos que ya presentó en abril. El equipo de gobierno de Barcelona en Comú (BComú) compareció tras el registro de dos pisos dedicados a distribuir droga en el Raval el jueves. Aportó detalles de la operación conjunta entre Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra y anunció un nuevo protocolo vecinal para agilizar denuncias e intervenciones policiales. "Se canalizarán los escritos y se acompañará a los vecinos afectados", recalcó la edil de Participación, Distritos y Ciutat Vella, Gala Pin.
Lo cierto es que el plan ya existía. Pero Pin lo ha empaquetado de nuevo y vendido a la prensa. La hoja de ruta la crearon las asociaciones Acció Raval y Acció Reina Amàlia en abril y la presentaron a la prensa. Consistía en fichas anónimas para que los vecinos detectaran, recabaran información y llevaran a la policía la ubicación de los pisos de la droga del Raval. ¿Funcionó? "No. En la mesa de drogas del distrito de julio se produjo una bronca enorme porque el teléfono de atención a los vecinos no funcionaba. Los residentes llamaban y no contestaba nadie. Y Gala Pin defendió que el consistorio no podía tener un dial abierto de forma permanente", han denunciado fuentes conocedoras de los hechos.
Protocolo inútil
Tras aquel acalorado encuentro, la concejal responsable de Ciutat Vella --donde se concentran la mayoría de episodios de incivismo y violencia de la ciudad-- se comprometió a repensar el protocolo. El jueves, tras la operación policial, lo volvió a presentar a la prensa como una iniciativa innovadora para luchar contra las viviendas de distribución de estupefacientes en el corazón de Barcelona.
No obstante, la electa de BComú soslayó un detalle: el protocolo es inútil. No funciona. Si cuando se estrenó en abril el teléfono de atención al vecino era una línea muda, ahora, en privado, los cuerpos y fuerzas de seguridad son los que avisan de que la hoja de ruta es pura cosmética. "Habrá protocolo, pero todas las denuncias valen por igual. Es positivo como iniciativa ciudadana, pero inútil a nivel de trabajo policial, que tiene sus prioridades y ritmos", han avisado fuentes conocedoras a la investigación de los narcopisos.
Narcopisos: "Trabajo a largo plazo"
De hecho, fuentes policiales han minimizado la importancia de dichos protocolos de actuación contra los narcopisos. "El trabajo contra este fenómeno es tan lento como riguroso. Cabe recordar que está pilotado en todo momento por la unidad de investigación de la Guardia Urbana, que sí se ha reforzado, pero que actúa siempre bajo tutela judicial", han indicado. ¿Sirven pues los anuncios a la prensa? "Lo que sirve es la paciencia, el trabajo diario y la limpieza del barrio poco a poco. Acabar con los pisos donde se vende estupefacientes no será labor de un verano: tardará tiempo", han avisado.
En este sentido, las mismas voces cercanas al cuerpo han subrayado que "ahora mismo es imposible agregar más efectivos de la Guardia Urbana en las calles de Barcelona". Recuerdan que cumplir la tasa de reposición de agentes jubilados --del 115% el pasado ejercicio, un total de 150 efectivos-- "se demora nueve meses por su paso por la Escuela de Policía de Cataluña y un año más para las prácticas en la calle". A ello se le une que 11 de estos agentes no pasaron el corte en la academia policial y han quedado fuera de la promoción. El ayuntamiento ha declinado rescatarlos.
Crisis de incivismo y violencia
Cabe recordar que el anuncio del supuesto nuevo protocolo contra los narcopisos hecho por la concejal Gala Pin el jueves llega, curiosamente, en plena crisis de incivismo y violencia en la Ciudad Condal. El distrito de Ciutat Vella de Barcelona ha sido el más castigado por los incidentes y crisis de convivencia en la calle, con al menos dos reyertas en las que se usaron navajas el sábado y el jueves y diversas peleas y palizas. A ello se le unió la agresión por parte de manteros a un turista de Estados Unidos en la plaza Cataluña de Barcelona la semana pasada.
Todo ello le costó a la alcaldesa Ada Colau, que no regresó de vacaciones, la reprobación de la oposición municipal. PDeCAT, Ciudadanos, PSC, ERC, PP y el concejal no adscrito, Gerard Ardanuy, pidieron la dimisión de Colau como concejal de Seguridad y el nombramiento de un experto con experiencia y que concitara consenso entre los grupos municipales. Asimismo, los partidos emplazaron al ejecutivo local de BComú a hacer cumplir el plan de choque contra los narcopisos y las medidas contra el top manta, habida cuenta de la "manifiesta incapacidad" del gobierno municipal para hacerlo hasta la fecha.