Jaume Plensa brindará a Barcelona una obra gratis et amore. Que ponga su talento a disposición del Gran Teatro del Liceu al diseñar unas nuevas puertas para la fachada del edificio de las Ramblas, el proyecto Constel·lacions, es una buena noticia para la ciudad. No lo es tanto la fórmula que escogió el director artístico de la institución cultural para hablar de cómo habían llegado a la conclusión de que se requería añadir estos elementos.

Víctor García de Gomar habló de que el teatro “necesitaba” fortificar la antesala del vestíbulo para “proteger un espacio que se había convertido en difícil, con violencia y poco seguro”. Indicó que se viven “situaciones de prostitución, gente pinchándose heroína, durmiendo porque no tiene otro sitio a dónde ir y no quieren marcharse” y que se exigía “no ser cómplice” de ello. El escenario descrito es análogo al que vivía ese Liceu que tenía el Barrio Chino a sus espaldas, pero llevado al siglo XXI y como muestra de la decadencia de la ciudad. 

Las palabras de García de Gomar levantaron ampollas y se exigió una rectificación que llegó cuatro días más tarde. El gestor cultural detalló una realidad a la que se llega tras años de dejadez y carencia de recursos de las políticas sociales y la falta de comprensión real de lo que implica una buena gestión de las fuerzas de seguridad. También pide a gritos sentarse y reflexionar sobre si la degradación que vive el Raval se soluciona con arquitectura hostil (y meter a una obra de Plensa en este saco). 

Las sociedades avanzadas gripan al renunciar a su papel transformador, a poner parches a la necesidad de blindar el Estado del bienestar y garantizar que se mantengan intactos los mecanismos que aseguran la igualdad de oportunidades y el ascensor social. Estados Unidos hace años que ha dejado esta utopía atrás y Europa va directa a ello. En España, el movimiento del 15M ha resultado un fracaso y la desafección que también han suscitado los partidos del cambio pone la alfombra roja para que una formación neofranquista como Vox recoja los votos indignados.

La decadencia no se queda solo en el ámbito político. Lo ocurrido en la antesala de las elecciones del Círculo de Economía es también una muestra del estado actual de la burguesía catalana, un grupo con demasiados apellidos que han mutado de emprendedores a rentistas. El propio lobbie económico reconoce que recibió un aluvión de altas de socios de última hora para participar en unas elecciones que serán muy reñidas, una práctica que no sería demasiado ejemplar y que ha podido frenarse en el último momento. Si se ha entrado en el todo vale para quedarse con el poder que otorga esta organización se verá en los próximos dos meses.

Ante este escenario, ¿hay alguien dispuesto a poner las luces largas?