Una imagen del Ecomuseo Gitano Urbano de Barcelona / EMUGBA

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Letras

Por qué decir ‘pinrel’ es ‘chungo’ y otras palabras del caló que sorprenden

La lengua de los gitanos en la península Ibérica y en algunas zonas de Francia ha impregnado el castellano con expresiones y un léxico muy especial

5 julio, 2023 17:56

Una palabra que se usa de forma constante: 'fetén', para decir que está 'genial'. Y muchas expresiones y vocablos, como ‘pinrel’, o ‘chungo’. ¿De dónde proceden? Se trata del caló, que da nombre a la lengua de los gitanos asentados en la península Ibérica y en algunas áreas de Francia. La lengua gozó de gran vitalidad en España a lo largo del pasado siglo, y todavía se escucha en determinados barrios de las grandes ciudades españolas. Pero, ¿qué más sabemos del caló?

Es una voz que significa de forma literal ‘negro’. Es un dialecto del romaní, que es una lengua del grupo indio propia de las comunidades gitanas que se establecieron en Europa y en Asia. Como ha ocurrido con muchas otras, esa lengua ha estado en contacto con otros vocablos. El caló, por tanto, es una lengua mixta, con léxico del romaní y con sintaxis y morfología de las lenguas romances peninsulares.

Se explica bien en el libro Nunca lo hubiera dicho (Taurus), en colaboración con la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española. Y es en el español, o lengua castellana, donde permanecen y se utilizan muchas palabras del caló, que influyó de forma notable en el habla popular de Andalucía, una región que en el siglo XVIII contaba con una importante comunidad gitana.

Imagen de archivo de un encuentro organizado por las asociaciones gitanas de Cataluña / EP

Imagen de archivo de un encuentro organizado por las asociaciones gitanas de Cataluña / EP

En la playa, en los transportes públicos, en muchos lugares, se escucha la expresión ‘pinrel’, o ‘pinreles’. Se trata del pie del cuerpo humano. También otra muy popular: ‘pureta’, que tiene relación con la voz ‘puré’ y que significa ‘viejo’ o ‘anciano’. Muchas de esas palabras saltaron de continente y se escuchan en América, trufadas con ootros vocablos propios. O 'chungo', que es 'malo' o 'difícil'.

En junio, muchos alumnos han vuelto a obtener un ‘cate’, un suspenso. Procede del ‘caté’ caló, que significa ‘bastón’, y está emparentada con la palabra sánscrita kastha, que es madera. ¿Más palabras? Una de ellas es ‘cangelo’, que es miedo. O ‘chaval’, niño, o ‘chingar’, que tiene diversos significados, entre ellos el de ‘practicar el coito’.

Uso familiar

Pero hay uno que es totalmente popular: ‘currar’, que no es otra cosa, claro, que ‘trabajar’. Ahora bien, todo el mundo acaba pasando por ello: ‘diñar’, que tiene el significado de ‘entregar’, pero que acompañado del pronombre enclítico se transforma en ‘diñarla’, que no es otra cosa que ‘morir’.

¿Hacer un ‘paripé’? Claro, un trueque, o también “un fingimiento, simulación o acto hipócrita”, según el diccionario académico.

Todo esto ‘mola’ mucho. Sí, porque es otra palabra caló, que significa ‘gustar’.  Y siempre que sepamos que no se debe ‘mangar’, es decir: ‘robar’ o ‘pedir’.

El caló, sin embargo, se encuentra en una difícil situación, en clara regresión. Ahora su uso, al margen todas las palabras que ha 'exportado' al castellano, se refugita en el ámbito familiar. En el libro, con prólogo de Soledad Puértolas, señala que la situación de bilingüismo "entre el castellano y la lengua de los gitanos, el romaní, fue ahondando la desigualdad, en detrimento de la más débil de las dos".