Carles Campuzano
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Los ayuntamientos son las administraciones que mejor conocen y lidian con la realidad de los ciudadanos y los encargados de cubrir aquellas necesidades a las que otras instituciones no llegan.
En el caso del realojo de los vecinos del bloque Venus del barrio de La Mina de Sant Adrià de Besòs (Barcelona), que será derribado en 2028, el Departamento de Asuntos Sociales de la Generalitat ha desoído al alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, y mantiene esta ciudad metropolitana entre los municipios en los que la Administración Pública comprará viviendas para reubicar a las familias afectadas.
Aunque el alcalde de Badalona no tenga razón en las formas -se negó a acoger a personas que esperan una vivienda alternativa desde hace años y sugirió que se les colocara al lado de la casa del president Aragonès, en claro tono despectivo-, la Generalitat no debería mantenerse en sus trece sin negociarlo antes con él.
No es de recibo que el conseller de Derechos Sociales, Carles Campuzano, decida de forma unilateral llevar a parte de los realojados del bloque Venus de La Mina a Badalona en medio de la campaña electoral como fórmula para echar un pulso a Albiol. Alojar a los afectados por el derribo del Venus debería ser una prioridad para la Generalitat y sólo se puede abordar mediante pactos municipalistas.