Jordi Trelis
El Govern anunció ayer la reapertura de la sala de partos naturales del Hospital de Martorell. Se trata de una noticia muy positiva, pues el equipamiento era pionero en Cataluña y el resto de España.
Como explicó este medio, la instalación cerró a principios de 2023 tras un conflicto con las matronas. Dimitieron tras el aumento de las cargas de trabajo y las deficiencias de coordinación con el resto de niveles del centro sanitario.
Antes, la apuesta tuvo un éxito inapelable, pues acogió 385 partos naturales en los que se garantizó que las mujeres no sufrían violencia obstétrica.
El cierre, pues, supuso un mazazo, toda vez que no sólo se sobrecargó a las profesionales, sino que se hallaron resistencias en la estructura del hospital, utilizando prácticas "antiguas" y mucho más protocolarizadas. Algo en dirección contraria de lo que brinda la Casa de Partos de Martorell, un equipamiento que minimiza la medicalización de un proceso fisiológico en los partos de bajo riesgo.
Ahora, el Ejecutivo ha anunciado que el dispositivo reabre. Y, con ello, da más opciones a las madres que optan por esta opción a la hora de parir. Se ha tardado más de un año en recibir de nuevo a mujeres y todos los implicados en que el equipamiento sea un éxito deben remar para que, precisamente, no vuelva a gripar por lo mismo. El menosprecio a un equipo de matronas que han demostrado que, con voluntad, se pueden brindar alternativas a las de un parto en un hospital.