Una mesa puesta en una terraza de un local de restauración en Barcelona / DAVID ZORRAKINO (EP)

Una mesa puesta en una terraza de un local de restauración en Barcelona / DAVID ZORRAKINO (EP)

Business

La restauración catalana se va a la ruina con las nuevas medidas de la Generalitat

Los empresarios temen otro boquete millonario en la facturación y pronostican la ampliación de los ERTE

19 diciembre, 2020 00:00

Hundidos. Así se sienten los restauradores tras la nueva batería de restricciones del Govern a su sector, que contrastan con la apertura de la movilidad en Cataluña por Navidad. Justo cuando el sector empezaba a remontar tras 40 días de cierre obligatorio, las limitaciones horarias decretadas a raíz de la evolución negativa del Covid-19 sumen en la incertidumbre a los empresarios.

El Gremi de Restauració de Barcelona no se ha mordido la lengua a la hora de calificar las medidas de la Generalitat. "El funcionamiento intermitente de bares y restaurantes durante cuatro horas y media equivale a un nuevo cierre", ha asegurado la organización. Defienden que de poco sirve la ampliación de los servicios de take away delivery si se eliminan las cenas presenciales, puesto que los ingresos que entran por estos canales alternativos solo son un complemento. "No damos crédito", sentencian los propietarios de la capital catalana.

 

 

El Govern limita la apertura de bares a desayunos y comidas / EUROPA PRESS

"Somos el blanco fácil"

El malestar es profundo. Francesc Pintado, presidente de la Associació d'Empresaris d'Hostaleria de Tarragona, asegura que el colectivo se ha convertido en un "blanco fácil" para la Administración. Además, subraya la imprevisión de la Generalitat: "Se comunican las medidas un viernes para aplicarse el lunes. Sin darnos tiempo a reaccionar, sin diálogo y con las cámaras frigoríficas llenas". Y apunta que el recurso a las filtraciones provoca un "runrún" letal que se traduce en cancelaciones preventivas.

Ramon Solsona, secretario general de la Federació d'Hostaleria de Lleida, habla de una "obsesión" contra un ámbito con bajo índice de contagios y que, además, representan una de las principales fuentes de riqueza del territorio. "Desde el punto de vista empresarial esto es ruinoso. Nosotros propusimos sistemas para compaginar la actividad económica con la gestión del virus. Tenemos que aprender a convivir en vez de cerrar", declara.

Alerta por los ERTE

Al rechazo frontal de las restricciones se une la preocupación sobre el empleo. Mientras algunos restauradores prevén la ampliación de los expedientes activos de regulación temporal de empleo (ERTE), otros consideran que se desincentivará la recuperación de la ocupación en los negocios. A la postre, cualquiera de las alternativas es mala.

Una portavoz de la Federació d’Hostaleria de les Comarques de Girona recuerda que los locales están trabajando con plantillas reducidas al mínimo indispensable. Ante el enésimo cambio de condiciones, muchas de ellas se lo pensarán dos veces antes de rescatar a parte de sus trabajadores. "Muchas empresas seguirán cerradas y en ERTE. Aquellas que tenían pensado desafectar a una parte del personal seguirán igual. Estamos enviando a medio plazo a más gente al paro y generando una crisis social y económica aún más importante", advierten.

Un local de restauración cerrado en Cataluña / EUROPA PRESS

Un local de restauración cerrado en Cataluña / EUROPA PRESS

Sin ayudas del Govern

¿Dónde están las ayudas? Esta es otra pregunta que se formulan constantemente los afectados. Pese a que el Govern se embolsará hasta 3.200 millones de los fondos Covid del Gobierno, más los recursos extra que procedan del maná europeo el próximo año, la restauración se queja de que los planes de apoyo brillan por su ausencia.

Al contrario que otros países como Alemania, que han condonado los impuestos y aprobado un paquete de estímulos, el ejecutivo autonómico no ha arrimado el hombro a la hora de pedir sacrificios.

Medidas contraproducentes

Además, las entidades alertan de que el atornillamiento del sector puede ser contraproducente. "Los mayores problemas se dan en el ámbito privado, y se están generando concentraciones de personas durante horas en hogares particulares. En los restaurantes ya hay restricciones de comensales y medidas de seguridad. En las casas, no", señala la federación gerundense.

Solsona cree que la Generalitat ha propuesto un plan menos drástico del que se esperaba "con voluntad de arreglar la situación". Pero el resultado sigue siendo disfuncional. Por el momento, los actores han encajado con resignación las restricciones, aunque no descartan futuras movilizaciones. "No estamos acostumbrados a salir a la calle para manifestarnos, ni a pedir ayudas. Pero si hace falta, lo haremos", resume Pinedo.

Aviso de los sindicatos

En este breve, los sindicatos se han posicionado del lado de los patronos. Francisco Galván, responsable de hostelería de CCOO, teme que las restricciones tengan un "impacto en la desafectación de personas en ERTE". "En caso de prolongarse estas limitaciones, debería de haber un compromiso claro de las Administraciones para evitar la mortalidad de las empresas y proteger las rentas de las personas trabajadores".

Por su parte, Jesús Lodeiro (UGT) ha afirmado que es un "despropósito" la criminalización de las pymes y autónomos ante el repunte de diagnósticos por Covid-19. "Entendemos que existen otros modos de contagios sin control, como la libre movilidad y la concentración masiva en lugares públicos", detalla. Y avisa: "Esta situación de vuelta atrás estimulara que muchos pequeños empresarios se planteen el cierre de sus locales de forma definitiva". Pero los peores presagios tanto de sindicatos como patronales no han conmovido a la Generalitat. A falta de que las medidas se publiquen de forma definitiva en el DOGC, la restauración vuelve a ponerse en lo peor.