El empresario de origen ruso Alexander Dmitrenko / CG

El empresario de origen ruso Alexander Dmitrenko / CG

Business

"El broker ruso de Carles Puigdemont me estafó"

Empresarios catalanes y andorranos denuncian "timos" de Alexander Dmitrenko; el directivo, que acaba de abrir una web, ve "intoxicaciones"

10 noviembre, 2021 00:00

"El broker ruso de Carles Puigdemont me estafó". Empresarios catalanes y andorranos alertan de "timos" de Alexander Dmitrenko, el empresario originario de Rusia con quien se relacionó el director de Oficina del expresident catalán huido. Un directivo que ha lanzado ahora una campaña contra la rusofobia en la que pide fondos contra la "criminalización". En conversación con este medio, Dmitrenko niega menoscabo alguno en las finanzas ajenas y alerta de una "campaña de intoxicación". 

¿Qué pasó? En el centro de la polémica están un restaurante y una sociedad limitada (SL). El bufet Cata 1.81, situado en el número 181 de la calle València de Barcelona, operó durante algunos años como restaurante exclusivo en el corazón del Eixample. Quebró por su mala andadura económica, y a partir de aquí las versiones de los afectados difieren. 

"Me pidió 22.000 euros"

Uno de los denunciantes asegura que Dmitrenko le pidió 22.000 euros como inversión inicial en el Cata 1.81 o, lo que es lo mismo, Grinson Trade SL, una mercantil aún activa y de la cual el ahora residente en España es administrador único, según el Registro Mercantil. "Le conocí en 2003 por amigos comunes ruso-franceses. Al cabo de un tiempo, viajé a Barcelona y me pidió 22.000 euros para iniciar el negocio. Se los di, pues confiaba en él, es muy buen vendedor", explica. 

Si ocurrió, aquel préstamo terminó mal. "Jamás volví a ver el dinero. Alex desapareció. Yo le preguntaba por el restaurante, pero él aseguraba que no iba bien. No recuperé la inversión", defiende en conversación con Crónica Global. "Dmitrenko cambiaba su teléfono móvil y se hacía el esquivo. Es una persona tremendamente sagaz, y en ningún momento recuperé mi dinero. Me engañó", insiste. 

"Todo lo que prometió era mentira"

Otro empresario en activo, esta vez andorrano, narra algo similar. "Me metí en negocios con Dmitrenko y nunca cumplió lo que dijo. Llegó a Andorra asegurando que podía traer negocios con Rusia, pero no cerramos ningún acuerdo, y eso que viajamos con él a su país. Fue dinero tirado", lamenta esta fuente. 

El entrevistado, un directivo relacionado con la comunicación en el Principado, sostiene que "quiere dejar atrás ese capítulo", pues solo tiene "malos recuerdos de Alexander". Subraya que "no te puedes fiar" del empresario que se relacionó con el jefe de Oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, y al que el juez titular de la Sala de Instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, vincula con una compra de gas chino y ruso que, cree el magistrado, podría tener que ver con la financiación del procés. Es una de las ramificaciones del llamado caso Voloh. "Dmitrenko tuvo casa en Andorra, pero la dejó", desliza. De hecho, las conversaciones que se filtraron del director de la Oficina de Carles Puigdemont dejan claro cómo el empresario ruso presionó a los independentistas para conseguir convertirse en embajador en el Principado por la Cámara de Comercio de Barcelona primero, y para obtener una tarjeta de visita por este cargo después. 

El director de la oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay (i), y el abogado Gonzalo Boye (d) / EFE

El director de la oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay (i), y el abogado Gonzalo Boye (d) / EFE

"Le denuncié y no se presentó"

Un tercer directivo, residente en Barcelona, da más pistas. "Dmitrenko ni es empresario ni es conseguidor: es un farsante. Dice tener contactos y ser policía fiscal ruso, pero no lo es. Dice tener dinero, cuando no lo tiene. Todo lo que le rodea es humo", señala. "Yo le denuncié por daños al honor y no se presentó a la conciliación. Dijo que yo estaba metido en la droga, cuando es mentira", agrega al tiempo que aporta un número de diligencias de un proceso judicial activo. 

"Lo que pasó en el restaurante Cata 1.81 da medida de cómo opera Alex. Engatusa a empresarios para que inviertan en proyectos cuyo retorno jamás verán. En el caso de este local, quedó mucha gente tirada, incluidos los trabajadores que no cobraron los salarios pendientes", añade. La misma voz duda de los contactos de Dmitrenko con el independentismo. "Juega con ser espía, pero en la Embajada Rusa en Madrid le tildan de sinvergüenza. Es un vividor", clama. 

Alex Dmitrenko: "Campaña de intoxicación"

Alexander Dmitrenko es un directivo prematuro. A sus treinta y pocos años tiene presencia en varios sectores económicos y destaca que es "cofundador de la patronal RusCat". "Hay una campaña de intoxicación contra mí por parte de determinados ejecutivos que son unos incapaces", alerta. Según él, "no ha conocido nunca a un empresario francés" y los directivos catalanes y andorranos "son unos inútiles". El español, según él, "se presentó hasta arriba de estupefacientes" en su casa. Argumenta que "le criminalizan por su origen ruso". De ahí la web www.alexanderdmitrenko.com, en la que dice combatir la rusofobia. 

¿Qué pasó en Cata 1.81, en pleno Eixample de Barcelona? "El restaurante tenía muy buen proyecto, pero no acabó de operar", dice. "Una trabajadora me robó 30.000 euros en bebidas alcohólicas, y ello sentenció al local", indica. La senda del establecimiento le "arruinó", no sin antes "haber llevado a una veintena de empresarios rusos a Andorra", sin que los denunciantes que le tildan de "estafador" fueran "capaces de cerrar ningún trato". 

Enjuiciado: compraventa de gas

En esta telaraña de acusaciones cruzadas, en la que pocas cosas están denunciadas por ser acuerdos verbales, lo que se puede probar es que el restaurante Cata 1.81 operó como bufet de alto nivel en Barcelona durante un tiempo. Ya no: se fue a pique. Tras ello, el nombre de Dmitrenko afloró de nuevo en 2020 como presunto conseguidor, al cual se refieren Josep Lluís Alay y Gonzalo Boye, abogado del expresidente catalán fugado en Bélgica. Las conversaciones intervenidas por la Guardia Civil dejan entrever que Alay y Boye confiaron en Dmitrenko para lograr apoyo del Kremlin a la secesión catalana. ¿Ocurrió?

Una de las partes, los empresarios que acuden a este medio, aseguran que Dmitrenko es "incapaz" de entablar relaciones diplomáticas irregulares como las citadas. "El embajador ruso en España reniega de él", aseguran. El directivo dice que jamás lo han citado "en ningún proceso judicial", y que no tiene "antecedentes". Lo que investiga el juzgado de Barcelona es si una compra de gas licuado entre una empresa china y otra rusa encubrió una operación para financiar el procés independentista en Cataluña. El caso se sigue en la Sala de Instrucción número 1 de Barcelona.