Así arruinó el ‘procés’ a los ricos suizos Lavanchy en Cataluña
Los creadores de Adecco quisieron un 'château' con golf en Tarragona: víctimas de la política, su proyecto ha terminado en quiebra
26 mayo, 2024 00:00Noticias relacionadas
Fue el procés independentista. El desafío secesionista en Cataluña vapuleó la aventura empresarial de los ricos suizos Lavanchy, los creadores de la multinacional de trabajo temporal Adecco, que quisieron abrir un château con golf y apartamentos de lujo en Tarragona. Dieciocho años después, su proyecto sigue sin abrir y ahora está en quiebra en un juzgado de Barcelona.
Lo detallan fuentes conocedoras de los movimientos después de que Crónica Global avanzara que la sala de lo Mercantil número 12 de la Ciudad Condal ha admitido a trámite la petición de concurso de acreedores del Bonmont Golf Hotel & Spa, un resort situado en Mont-roig del Camp (Tarragona).
La quiebra de la sociedad, en la que los Lavanchy son minoritarios, deja muy tocado el proyecto de un gran complejo hotelero, residencial y de golf en el sur de Cataluña. Estaba llamado a tener 124 habitaciones, seis suites, spa subterráneo y jardines de ensueño. "Era un Club Med en un entorno del que Henri se había enamorado".
Herederos de MedGroup
Los Lavanchy, cuya fortuna se estima en 300 millones de euros, pergeñaron el Bonmont Tarragona junto a la promotora Medgroup en 2006. Medgroup, creada en 2001, era la firma del ladrillo del empresario catalán Jordi Robinat y el milmillonario estadounidense de origen húngaro Georges Soros, aunque éste acabó desvinculándose de la firma.
El proyecto de Mont-roig, pues, había incorporado a una promotora especializada y con fondos (Medgroup), a un inversor rico y enamorado de la zona (Henri-Ferdinand Lavanchy) y una marca hotelera de mucho nivel: Sheraton, de Starwood, que abría así el mercado nacional. El hotel tenía todos los elementos para abrir en 2008 en olor de multitudes.
Concurso y fallece el mecenas
Jamás vio la luz. Medgroup, víctima de la crisis financiera global, presentó concurso voluntario de acreedores en 2008. Soros, harto del batacazo del inmobiliario en España, se retiró del país en 2010. La inmobiliaria pasó al equipo de Robinat por "un precio simbólico", explicó entonces La Vanguardia.
Bonmont quedó colgado. Máxime cuando su ideólogo, Henri-Ferdinand Lavanchy, falleció en enero de 2012. El resort se construyó, pero entre retrasos y desacuerdos. Finalmente, los Lavanchy, ahora guiados por Henri hijo, compraron su 50% a Medgroup en 2015.
El mismo año, la sociedad acabó yendo a un primer concurso de acreedores, del que salió al año siguiente: 2016.
Reactivado, pero llega el 'procés'
El empuje del convenio de acreedores permitió reimpulsar Bonmont. El hotel estaba construido, pero no terminado ni abierto. En 2017, como explicó este medio, el heredero del linaje suizo pactó con la cadena hotelera suiza Starling Hotels un acuerdo accionarial --la firma se quedaría el 51% de los títulos y la saga, el 49%-- y de gestión para finaliza las obras --invirtiendo tres millones de euros-- y abrir el complejo.
Pero llegó el procés independentista, y la economía catalana recibió un golpe devastador. "El turismo se desplomó. La situación era de incertidumbre absoluta. Los Lavanchy y sus abogados, furiosos, sostenían que ellos no habían firmado para esto, que no se sentían responsables, pues las condiciones no eran las contractuales", indican fuentes conocedoras.
"Se les amenazó: pagad"
Los suizos iban en serio. Amagaron con impagar a los contratistas de obras, hasta que uno de ellos, explican las mismas fuentes, les amenazó. "Uno de los arquitectos les dijo que o pagaban a los proveedores --la barcelonesa Suris, de instalaciones integrales, era una de ellas-- o no firmaría el final de obras, frustrando la licencia de primera ocupación".
El abono de cerca de 300.000 euros a Suris se hizo, pero otros, no: quedó otro millón colgado a una empresa de ingeniería. Otro de los contratistas ha explicado a este medio que la sociedad minoritaria de los Lavanchy le sigue debiendo dinero a día de hoy: 2024. Instó al embargo del hotel, y un juez de Tarragona se lo concedió.
La pandemia frustra el Westin de Marriott
Por el camino, Marriott trató de devolver a la vida el proyecto con una nueva marca: Westin. Se trataba del estreno de esta hotelera en Cataluña, puesto que ya cuenta con activos en Madrid, Valencia y Marbella. Pero se practicaron unas auditorías de calidad, y el Bonmont no las pasó.
El hotel se estrelló de nuevo con las peticiones de los estadounidenses y la pandemia del coronavirus, detalló Crónica Global entonces. Tal y como había pasado con el procés, el sueño de Henri-Ferdinand Lavanchy en Tarragona se volvió a frustrar.
Venta, embargo y concurso
Tras el virus, se exploró la venta del resort. No se ha completado, quizás porque el juez de Tarragona ha admitido la petición de embargo del complejo que instó un acreedor y sopesa su subasta, lo que torpedea la operación. La venta pública forzosa depende ahora de una tasación, explican fuentes conocedoras.
La sociedad ha terminado a concurso porque otro acreedor lo ha instado al juzgado Mercantil 12 de Barceloa. Desde el entorno de la insolvencia "vigilarán para que no sea un procedimiento instado por la misma empresa para impagar deudas", sostienen.
Es la segunda insolvencia que afronta el Bonmont.
"Fue el 'procés'. Henry hijo es buena persona"
¿En qué posición queda el sueño de los ricos suizos Lavanchy en Tarragona? "El procés independentista dio la puntilla al proyecto. Henri Lavanchy hijo es buena persona, pero fue incapaz de enderezar la aventura. Y eso que incorporó a un conocido, Christian Moritz de Starling Hotels, a la aventura. No fue posible".
Cabe recordar que los Lavanchy, oriundos del cantón suizo de Vaud, ya tenían experiencia en la hotelería. Operan el espectacular hotel-abadía Golf Bonmont en Chéserex, en el país helvético. Lo hicieron con el abundantísimo capital que se llevaron de Adia Interim, el grupo trabajo temporal creado en 1957 que dio lugar a Adecco, líder mundial. El germen de las ETT les convirtió en una de las fortunas de referencia en Suiza y Cannes (Francia), donde huían del inclemente frío centroeuropeo. Pero en Cataluña, se estrellaron con el procés.
Este artículo se ha elaborado con la versión del abogado de la familia, que no ha contestado a este medio.