
Bloqueos de funcionarios de prisiones en las cárceles de Brians 1 y 2 en una protesta anterior
Nueva agresión en Brians 1, la cárcel más peligrosa de Cataluña: más de 180 funcionarios heridos en un año
Con 110 tentativas de agresión, más de 120 ataques leves y 18 funcionarios heridos de gravedad en lo que va de 2024, la prisión de Sant Esteve Sesrovires se consolida como la más violenta de Cataluña
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Tres empleados del centro penitenciario Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), han resultado heridos tras un violento ataque protagonizado por un interno clasificado en primer grado, el régimen más severo del sistema penitenciario. El suceso tuvo lugar este jueves en el Departamento Especial de Régimen Cerrado (DERT), uno de los módulos más vigilados de la prisión.
Los hechos ocurrieron cuando el recluso, de nacionalidad extranjera y con antecedentes por episodios similares, fue trasladado a una revisión médica. Sin previo aviso y sin mediar palabra, comenzó a golpear con fuerza a los funcionarios que lo acompañaban.
El primero en recibir el ataque sufrió una fractura del tabique nasal tras un puñetazo directo al rostro, por lo que fue derivado de urgencia a un especialista. El segundo agente resultó con contusiones múltiples, mientras que el tercero también fue agredido en la cara, presentando una hinchazón significativa en la mandíbula y pendiente aún de pruebas médicas para descartar una fractura más severa.
El interno ya había estado sometido a medidas de seguridad adicionales, como el uso de esposas en todos los desplazamientos fuera de su celda, aunque éstas habían sido retiradas recientemente.
Los datos hablan por sí solos
Este nuevo episodio de suma violencia se añade a una larga lista de incidentes que posicionan a Brians 1 como el centro penitenciario con mayor conflictividad de Cataluña. Según cifras del sindicato CSIF, sólo en 2024 se registraron en esta prisión 110 tentativas de agresión, casi 180 agresiones leves y 18 ataques con resultado grave hacia los funcionarios, superando con creces a cualquier otro centro del territorio.

Tentativas por centro penitenciario
En cuanto a las tentativas, los centros que siguen a Brians 1 en número de casos son Brians 2, con 70 intentos, y el Centro Penitenciario de Joves, con 25. En el caso de las agresiones leves, el mismo patrón se repite: Brians 2 y Joves ocupan la segunda y tercera posición. Lo mismo ocurre con las agresiones graves, donde este triplete de centros acumula la mayoría de los casos en todo el sistema penitenciario catalán.

Agresiones leves por centro penitenciario
Buena parte de la tensión que se vive en Brians 1 se explica por su perfil poblacional: la mayoría de los internos están en prisión preventiva, lo que significa que aún no han sido juzgados. Esta circunstancia genera un entorno hostil e inestable, donde muchos reclusos acaban de ingresar y todavía no se han adaptado a las normas del centro ni a la dinámica de la vida carcelaria, provocando situaciones de alta agresividad y enfrentamientos constantes con el personal.

Agresiones graves por centro penitenciario
El sindicato CSIF, que recopila anualmente estos datos a través de su portavoz, ha trasladado su preocupación a Crónica Global, advirtiendo del desgaste que esta violencia causa en los trabajadores penitenciarios y de la necesidad urgente de adoptar medidas de protección eficaces.
Camino hacia el reconocimiento
En este sentido, la conselleria de Justicia, encabezada por el conseller Ramon Espadaler, ha iniciado los trámites para reconocer a los funcionarios de prisiones como agentes de la autoridad.
Una medida históricamente reivindicada por el colectivo que, además, ya cuenta con una iniciativa legislativa concreta: el grupo parlamentario del PSC-Units ha registrado en el Parlament de Cataluña una proposición de ley para hacer efectivo este reconocimiento.
La norma contempla el principio de “presunción de veracidad” en los informes y denuncias presentados por los funcionarios en el ejercicio de sus funciones, la posibilidad de recibir indemnizaciones por lesiones o daños materiales derivados de agresiones, y un refuerzo de la formación inicial y continua a través de planes específicos adaptados a su labor.
Espadaler se comprometió a buscar “el camino legislativo más ágil y garantista” para responder a esta demanda histórica, especialmente después del trágico asesinato de una trabajadora de cocina a manos de un interno en la prisión de Mas d’Enric, en El Catllar (Tarragona), hace poco más de un año. Desde entonces, el clamor del colectivo por mayor protección institucional no ha hecho más que crecer.