
Barcelona recupera uno de los teatros más queridos de Las Ramblas, el Club Capitol CANVA
Ya es oficial: Barcelona recupera uno de los teatros más queridos de Las Ramblas
Esta sala de casi 100 años fue conocida en su día con el nombre de 'Can Pistoles'
Más información: Está en Barcelona: el desconocido balcón del jazz que es un tributo a los músicos de la ciudad
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El centro de Barcelona está perdiendo su identidad. Esta denuncia tan repetida por los comerciantes y vecinos de la zona es una realidad. Las marcas autóctonas han ido perdiendo terreno en favor de cadenas internacionales. Lo mismo pasó con el ocio.
Las Ramblas, que siempre fue una zona de entretenimiento y actividad nocturna, hace años que ha quedado desierta. Discotecas sólo hay en la parte baja de este boulevard y teatros sólo queda uno, el Poliorama. El Principal permanece cerrado desde hace décadas y el Capitol cayó poco antes de la pandemia. Pero parece que empieza a haber luz al final del túnel.
El ayuntamiento de Barcelona anunció hacer unas semanas que uno de estos centros culturales históricos va a resurgir de sus cenizas como el ave Fénix. El consistorio ha alcanzado un acuerdo con la propiedad del Teatre Capitol para reabrirlo en otoño de 2027 bajo titularidad municipal.
El espacio es uno de los más queridos de la ciudad. Ha pasado por todas las circunstancias posibles. Por allí pasó una de las figuras más queridas por el público catalán, el humorista Pepe Rubianes, y su cierre supuso una noticia muy triste para el sector cultural y para Barcelona en general.
Dónde está
Pocos lugares pueden presumir de haber sido testigos tan cercanos de la evolución cultural de una ciudad como lo ha sido el Club Capitol. Situado en el número 138 de La Rambla, este emblemático edificio ha sido durante casi un siglo un punto de encuentro entre el arte y el público barcelonés.
El Capitol abrió sus puertas el 23 de septiembre de 1926 como un gran cine con capacidad para 1.700 espectadores. En sus inicios, proyectó títulos como Los parásitos y Dick el Guardiamarina, atrayendo a un público entusiasta gracias tanto a su céntrica ubicación como a su innovadora manera de promocionar los estrenos.
Can Pistoles
La fachada del edificio se transformaba cada semana en una gigantesca obra de arte, decorada con carteles y murales espectaculares, algunos de ellos firmados por artistas que luego serían reconocidos internacionalmente. Además, solían ser títulos comerciales.
Así, durante las décadas de 1920 y 1930, el Capitol fue ganándose el sobrenombre de “Can Pistoles”, por su predilección por los westerns, los thrillers policiacos y las películas de gánsters. Era un cine de estreno, en el que se proyectaban las grandes producciones de Hollywood que marcaron toda una era: desde Drácula hasta Cayo Largo. Además, fue uno de los primeros cines de la ciudad en adaptarse al cine sonoro, incorporando los equipos más modernos de la época.

Cartel de 'La novia de Frankstein' en el cine Capitol de Barcelona
Cambio de rumbo
Con la caída de espectadores del cine, a lo largo de los años, el Capitol fue perdiendo público y cambiando de manos. Formó parte de diferentes grupos empresariales del sector cinematográfico, y compartió protagonismo con otros cines míticos de la ciudad.
Con el paso del tiempo y la transformación del ocio urbano, su destino también fue cambiando, hasta que, en 1990, se produjo una transformación decisiva: el Capitol dejó de ser cine y se convirtió en teatro.
Un teatro de grandes estrellas
El cambio no pudo empezar mejor. Los responsables de dar el pistolezo de salida a este nuevo espacio teatral fueron los miembros de la mítica compañía catalana La Cubana. Con la exitosa Cómeme el coco, negro reabrió sus puertas y de qué manera.
El espectáculo fue, todo un fenómeno de público, pero es que cuando acabó, entró otro. Poco después, llegaría Pepe Rubianes. El actor encontraría en el Capitol su hogar escénico y su público más fiel. Igual que el teatro.

El teatro Club Capitol cerrado EP
El actor que marcó la sala
Su espectáculo Rubianes, solamente se mantuvo en cartel durante años, convirtiéndose en uno de los grandes símbolos del espacio. Tanto fue así que, tras la muerte del actor en 2009, la sala principal fue rebautizada como “Sala Pepe Rubianes” en su honor.
El teatro llegó a contar con dos salas y se consolidó como uno de los principales escenarios de humor y monólogos de la ciudad. En total, acogió más de 14.000 funciones y cerca de 380 espectáculos, sumando más de 2,7 millones de espectadores a lo largo de su trayectoria teatral.
Cierre por los precios
Pero en marzo de 2020, el Capitol cerró sus puertas. Los propietarios del local y la empresa gestora del espacio no pudieron renovar el contrato de arrendamiento. Si a eso se le suma la llegada de la pandemia, la situación se puso aún más cuesta arriba.
La noticia causó una fuerte conmoción en el ámbito cultural barcelonés, así como entre el público fiel de la sala. Durante cinco años, el Capitol ha permanecido cerrado. El grupo Balañá trató de encontrarle una salida y, al final, esta ha llegado de manos del Estado.

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el concejal de Cultura, Xavier Marcé, en el interior del Teatre Capitol EP
La nueva propuesta para el Capitol
El ayuntamiento de Barcelona, con el objetivo de "intensificar la apuesta" del gobierno municipal por la Rambla como eje cultural de la ciudad, ha decidido hacerse cargo del espacio. Tal y como anunciaron, el Ayuntamiento sacará a concurso la gestión del teatro en unos 7 u 8 meses, siguiendo el modelo de gestión utilizado en otros equipamientos culturales tras su adquisición municipal, como el teatro El Molino o la sala Paral·lel 62.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, afirma que el consistorio ha alcanzado un acuerdo a través de un intercambio con la propiedad. La empresa recibirá el antiguo edificio de Telefónica situado en el número 2 de la calle Fontanella, la ciudad recuperará un teatro.
Más que una sala de teatro
El movimiento ha sido vehiculado por una modificación del Pla General Metropolità (MPGM) que cambiará las calificaciones urbanísticas de ambos edificios: el del Capitol pasará a equipamiento público, mientras que el de Fontanella pasará a usos comerciales y de oficinas. "Con el acuerdo gana la Rambla y gana Barcelona", asegura el alcalde.
Ahora, toca ponerse manos a la obra. El consistorio realizará las obras de adecuación necesarias para proceder a la reapertura del teatro, que está previsto que sea antes de las Navidades de 2027.
Cómo será el nuevo Capitol
Otro de los hechos destacados de la reforma es que la parte superior del edificio, que hasta ahora albergaba oficinas, pasará a ser la nueva sede central del Consorci de Biblioteques, actualmente repartida en dos locales de la Rambla que suponían 200.000 euros anuales al consistorio y que pasará a ahorrarse. Por su parte, el teatro recupera sus dos salas: una de 402 butacas, la antigua sala Pepe Runanes, y otra de 198.
El edificio también contempla la construcción de un almacén central de distribución y logística de unos 900 metros cuadrados que se dedicará al proceso y envío de documentales y otros materiales a las bibliotecas de la red.