Imagen de una carrera de F1 en el Circuito de Barcelona-Barcelona

Imagen de una carrera de F1 en el Circuito de Barcelona-Barcelona Cedida

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Pacto en las federaciones de motor para asegurar la Fórmula 1 en Montmeló

La Federación Catalana se somete a la nacional: pagará la deuda y firmará un convenio de integración, pues están en juego el circuito y los 'rallies'

29 noviembre, 2023 00:00

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Fin del desafío. Las federaciones de automovilismo catalana y nacional sellarán previsiblemente la paz después de una reunión celebrada en Barcelona ayer que sirvió para acercar posturas. Salvo sorpresa, el ente autonómico tendrá que someterse a la autoridad central, saldar una deuda de 70.000 euros y firmar un convenio de reintegración. 

Lo explican fuentes del sector, que detallan que el buen clima reinó ayer en la cumbre entre la Federación Catalana de Automovilismo (FCA) y la Real Federación Española de Automovilismo (RFEDA). En la misma, el nuevo presidente de la regional, Pere Serrat, trató de tender una rama de olivo a Madrid para proteger las competiciones que se celebran en Cataluña. "El clima fue bueno", insisten las voces consultadas. 

Pendiente de ratificación en Madrid

Las buenas intenciones mostradas por Serrat -que ha sustituido a Joan Ollé recientemente, como avanzó Crónica Global- deberán sustanciarse. La RFEDA deberá "hacer algún gesto" para demostrar que se ha acabado la escapada que llevó a la FCA a entrar en una senda de enfrentamiento con la Real Federación. 

Manuel Aviñó, presidente de la RFEDA: su junta deberá validad la paz con la FCA

Manuel Aviñó, presidente de la RFEDA: su junta deberá validad la paz con la FCA Cedida

Tras ello, el movimiento catalán tendrá que ponerse sobre papel, y ese convenio de integración entre los dos entes, someterse a la junta de la RFEDA. Será entonces cuando el hacha de guerra se podrá dar por enterrada definitivamente. Por lo pronto, el conflicto sigue, aunque con un tono distinto al anterior. 

La F1 y los 'rallies', salpicados

Si se firma la paz, la Federación Catalana acabará una carrera de enfrentamientos que comenzó con un órdago del expresidente Jordi Ollé en 2017. Un pulso económico que ha provocado el desarraigo de la FCA, pleitos judiciales -que los catalanes han perdido- y que las competiciones de automovilismo del máximo nivel resultaran salpicadas. 

Ello incluye la Fórmula 1 en el Circuito de Barcelona-Catalunya y los rallies. Es cierto que ambos los organiza el sector privado. Pero también es cierto que una guerra entre federaciones no ayuda a crear las condiciones para que se celebren. En este marco, como explicó este medio, otras autonomías se están moviendo para seducir a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y hurtar el WRC a Cataluña después de que el sector privado perdiera el pulmón necesario para organizarlo. 

La clave, una deuda

De hecho, la mala relación entre las dos federaciones lo había contaminado todo. El núcleo del conflicto era que la catalana había dejado de ingresar parte de los ingresos federativos a la RFEDA desde 2017. Con ello, ha acumulado una deuda de 70.000 euros que la otra parte le reclamaba. La cuestión acabó en los tribunales, y la parte autonómica ha perdido: la deuda con Madrid se debe pagar. 

Joan Ollé (c), expresidente saliente de la FCA: ha dimitido al perder la guerra contra la RFEDA

Joan Ollé (c), expresidente saliente de la FCA: ha dimitido al perder la guerra contra la RFEDA Cedida

En este contexto dimitió Joan Ollé para "no tener que saldar la deuda y tener que poner fin a su escapada". Cedió el testigo a Pere Serrat, vicepresidente primero. Ha sido Serrat, con Manel Aviñó, presidente nacional, quienes han acercado posturas. La reunión de ayer lo dejó negro sobre blanco. 

Falta el dinero

La buena sintonía, que podría terminar en una pax entre federaciones, dotará al sector público de complicidad para arropar al privado en el mundo del motor. Pero quedará una cuestión pendiente: pagar la deuda de 70.000 euros. Desde el sector indican que la FCA "no tiene fondos para hacer frente a esas obligaciones". Se tendrá que buscar una vía para encauzar el pago. 

Asimismo, quedará el examen a la herencia de Ollé. Desde la industria se reclama que se revise la gestión del empresario y hasta ahora presidente de la Federación Catalana. Porque se teme que haya más sorpresas, "algo que sugiere una salida anómala como la que se ha producido".