La dimisión de Joan Ollé ahonda una crisis en la Federación Catalana de Automovilismo
El presidente cesa tras perder la batalla contra la nacional y su sustituto presenta el relevo como "rutinario": la F1, en el punto de mira
21 noviembre, 2023 00:00¿Qué pasa en la Federación Catalana de Automovilismo? El presidente de la entidad, Joan Ollé, ha dimitido en mitad de un pulso con la Real Federación nacional. Su equipo presenta su marcha como "anunciada y rutinaria", mientras que los críticos alertan de que se va "al haber perdido la pugna" por la gestión del dinero que mueve el organismo y con la F1 y los rallies como competiciones "que podrían ponerse en riesgo".
El nuevo presidente de la FCA es, desde hace unos días, Pere Serrat, hasta ahora vicepresidente primero. Directivos del ente avisaron a Crónica Global del cambio en ciernes unas semanas atrás, aunque pidieron "silencio" hasta que se consumara. Recordaron que Ollé "se marcharía porque no quiere pagar a la española, y en su lugar se situaría Serrat".
Pelea por el dinero de las licencias
El directivo, con una larga trayectoria en el ente, ha culminado su tenencia en pleno combate por la gestión de las licencias federativas con la Real Federación Española de Automovilismo (RFEdeA). Los dos entes pugnaban por el ingreso íntegro de las cuotas y, según fuentes conocedoras de este choque, el segundo ha logrado una victoria en los tribunales.
"Ollé ha rehusado dar su brazo a torcer y ha dimitido. Ha pasado el relevo a su vicepresidente, pero en la sombra seguirá mandando él, pues mantiene un peso específico --y excelentes conexiones-- con la industria", han asegurado las mismas fuentes.
"Relevo programado"
En conversación con este medio, su sustituto, Pere Serrat, ha defendido que su nuevo puesto emana de la "normalidad" de los acuerdos que estaban programados desde hace tiempo. Ha desvinculado la decisión de Ollé de marcharse de los contenciosos con la RFEdA.
Por su parte, el abogado Juan Carlos Soto, asesor del ente catalán, ha hecho lo propio. Recuerda que la federación catalana "tiene las cuentas saneadas", y que si no fuera así "le hubiesen armado una moción de censura, algo que no ha pasado". Según Soto, la salida del presidente de la FCA "estaba anunciada y pactada", hasta ahora, que se ha formalizado.
"La nacional nos quiere cobrar el diezmo"
El abogado especialista en derecho deportivo ha insistido en que la federación nacional "quiere cobrar el diezmo a las autonómicas". Es así, según él, porque "tiene problemas financieros y muchos sueldos que mantener, a diferencia de, por ejemplo, Ollé, que es empresario y regresa a su sociedad privada".
Ese pulso estalló en 2017, cuando la RFEdA "terminó con el acuerdo de reparto económico que existía desde hacía años". Desde aquel año, la Real Federación "impuso por doquier y expedientó a las regionales, hasta terminar en los tribunales".
¿Peligran la F1 y los 'rallies' en Cataluña?
La situación es grave porque concierne a "todas las competiciones deportivas que se celebran en Cataluña, también la F1 y los rallies". Estas, en última instancia, dependen de autorizaciones que emite la Real Federación nacional.
Si la catalana no paga su deuda y vuelve a la colaboración nacional, "su contraparte podría cerrar el grifo". Así, siempre según estos interlocutores, se pondrían en riesgo todos los eventos, "también los internacionales".
Este peligro lo niega la actual cúpula de la FCA, que asegura que estas competiciones "las organizan asociaciones privadas, como la FIA en el caso de la F1".
Habrá dos candidatos
Ese debate, la carrera-madre del automovilismo internacional, y qué ciudad o autonomía la organizan en España, será el dosier que aterrice en la mesa del próximo presidente de la federación nacional. A las mismas se presentará Manuel Aviñó, hermano del actual presidente de la federación valenciana, Nacho Aviñó.
Pero tendrá un rival, Carlos Márquez, presidente de la Federación asturiana, que ha anunciado que le disputará el cargo en 2024. Márquez está alineado con las tesis de la FCA: busca preservar la autonomía financiera de los entes periféricos. Los críticos, no obstante, alertan de que "es el último aliado que le queda a los catalanes", pues los tribunales "están dando la razón a la postura nacional".