El presidente de CEOE, Antonio Garamendi (d), junto al de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre (i), en una imagen de archivo

El presidente de CEOE, Antonio Garamendi (d), junto al de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre (i), en una imagen de archivo EFE

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CEOE apacigua el choque con Foment por la investidura con una alerta sobre inversiones

La patronal de Antonio Garamendi expandirá al ámbito europeo las señales de alerta sobre las consecuencias de la amnistía y el resto de pactos de investidura con los soberanistas para incentivar la actuación de los lobis comunitarios

14 noviembre, 2023 00:00

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El comité ejecutivo de la patronal CEOE buscó con urgencia en su reunión extraordinaria celebrada este lunes una imagen de unidad ante lo que considera "un clima de negocios cada vez más complicado" como consecuencia de los acuerdos de investidura, en especial el que atañe a la amnistía de los implicados en el procés. En líneas generales lo consiguió; al menos, acordó aparcar las diferencias con Foment del Treball, surgidas a raíz del apoyo de la patronal catalana a los puntos del acuerdo referidos a procurar el regreso de las empresas al territorio, en favor de objetivos de mayor calado en clave económica.

Entre ellos, los tocantes a cuestiones como la seguridad jurídica, la igualdad entre los ciudadanos, el respeto a la Constitución, las instituciones y el diálogo social, y el fomento de un clima empresarial lo más adecuado posible para atraer inversiones. 

Dos notas de prensa para acercar posiciones

Aspectos todos ellos reflejados en el comunicado que CEOE emitió al finalizar la reunión, y que incluyó un reconocimiento al "derecho de las empresas para decidir en qué lugar desarrollar su actividad". Y asumidos por Foment del Treball en una nota lanzada posteriormente, en la que ésta "se suma al posicionamiento de la CEOE sobre la situación política actual". 

El hecho mismo de la existencia de dos comunicados es una muestra más del distanciamiento entre los dos organismos, que se ha hecho evidente en los últimos días. Se concreta aún más si se mira el documento de la patronal presidida por Josep Sánchez Llibre, donde sí se menciona de forma explícita el retorno de aquellas compañías que, en su día, decidieron cambiar su sede social y abandonar Cataluña por el contexto de incertidumbre que abrió la declaración unilateral de independencia que Carles Puigdemont activó en octubre de 2017. 

Las más de 7.000 empresas que han cambiado de sede

En referencia a los postulados defendidos por el comité ejecutivo de CEOE, la patronal catalana apunta a que "crear un clima de confianza en un contexto de estabilidad institucional" es la "receta que Foment considera oportuna" para revertir la denominada fuga de empresas, un cambio de sedes sociales que tomaron más de 7.700 compañías entre julio de 2017 y el mismo mes del ejercicio en curso.

El grueso de esta cifra se mudó durante el momento álgido del procés y fue inaudito si se comparaba tanto con el momento previo como con el posterior. Además, se debe tener en cuenta el peso de las compañías que emprendieron ese camino, con el grueso de las cotizadas catalanas a la cabeza. 

En cualquier caso, la cuestión quedará, al menos, aparcada. CEOE considera de extrema gravedad la situación actual por la mayor incertidumbre que generan los pactos alcanzados con los denominados nacionalismos periféricos (los independentistas catalanes y el resto de fuerzas del país) en clave económica

La confederación patronal encabezada por Antonio Garamendi ha manifestado de forma abierta que espanta a inversores y que tendrá efectos tanto en el crecimiento como en el empleo. El debate en el comité ejecutivo ya estaba consensuado desde el inicio, según indican las fuentes consultadas.

Alerta sobre la ralentización industrial

Además, la situación genera dudas en los mercados internacionales y proyecta una imagen exterior de España que no es buena ni en el plano industrial, hecho que da alas al miedo a los empresarios de este sector que ven como la actividad productiva alemana "se ha constipado" y temen de los efectos de esta ola en el país en el próximo ejercicio. 

Todos estos aspectos en clave económica cuentan con una relevancia que supera la de fricciones que se repiten con cierta frecuencia en el seno de la confederación. Se ha superado lo vivido en las últimas elecciones, cuando Garamendi contó con la oposición de Virginia Guinda, candidata propuesta por Foment del Treball, pero se ha reconducido la intención de ciertos patronos de arrastrar a CEOE a un posicionamiento de rechazo más político a todo lo que rodea la investidura. 

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en el Círculo Ecuestre / CEDIDA

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en el Círculo Ecuestre / CEDIDA

De alguna manera, CEOE ha recogido el guante de Foment. Garamendi ha conseguido devolver la calma chicha que se respira en las reuniones confederales que se celebran en la madrileña calle de Diego de León al hacer hincapié en lo que une a todas las patronales que conforman la confederación. Es decir, incidir en el discurso económico. 

Más ante retos con los que lidiarán en la legislatura que se iniciará a finales de esta semana. La principal batalla de la patronal será el rechazo prácticamente unánime del empresariado del país a la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Se ha repetido ya desde la campaña electoral -cabe recordar que es una de las promesas del Sumar de Yolanda Díaz- que es un tiro en el pie de la productividad de España. 

Extender la batalla por Europa

El comité ejecutivo de CEOE también abordó este lunes la necesidad de extender la batalla por Europa, a través de la gran patronal BusinessEurope

La intención de la patronal que encabeza Garamendi es hacer partícipe de la situación que se vive en España a cuantos más ámbitos comunitarios mejor, con el fin de que los lobis de los socios europeos insten a los gobiernos de sus países a tomar cartas en el asunto.

A fin de cuentas, los socios comunitarios del entorno figuran también entre los principales inversores en España y, por lo tanto, los potenciales perjudicados por ese clima cada vez más complicado para hacer negocios en el país. Es decir, más discurso económico sin derivadas políticas que puedan poner de nuevo en pie de guerra a los socios de la principal confederación empresarial del país.