Telefónica tira de caja para ‘rescatar’ a su filial alemana

Con las acciones de la compañía germana en mínimos históricos, el grupo que preside José María Álvarez-Pallete ha podido ser más que generoso con los accionistas de su subordinada germana, cuyo principal activo es el negocio en el país de O2 (operadora británica adquirida en su día por la española).

Descuento respecto a abril

La prima superior al 36% respecto al último cierre antes del anuncio y de la media de los últimos tres meses que incluye la oferta de Telefónica (2,35 euros en metálico por título) supone también un descuento de algo más del 25% respecto a la cotización que Telefónica Deutschland lucía hace apenas medio año, a comienzos de abril, cuando se instaló cómodamente por encima de la cota de tres euros. 

Desde entonces, la filial inició un descenso a los infiernos que le ha hecho marcar mínimos de 1,55 euros. Para explicar esta trayectoria resulta fundamental resaltar el varapalo que sufrió la compañía cuando el operador germano 1&1 Mobilfunk, hasta ahora el principal cliente mayorista de Telefónica en el país, firmó un contrato a largo plazo con Vodafone para que fuera la compañía británica la encargada de prestarle servicios móviles durante 18 años, que incluye el 5G para todas las zonas donde opera.

Vía de escape

Aquella información provocó incluso un serio revés a la cotización de la propia Telefónica, cuyas acciones se hundieron algo más de un 7% el día en que se hizo pública la pérdida del singular cliente. 

Sin atisbo de reacción desde entonces, los primeros días de agosto, Telefónica ha aprovechado la circunstancia para ofrecer una vía de escape al resto de socios que permanecen en el capital y tener así las manos más libres para fijar su posición en el mercado alemán, que seguirá siendo estratégico, con vistas a desplegar el plan a tres años que detallará este miércoles en el Capital Markets Day.

José María Álvarez-Pallete, sucesor de César Alierta al frente de Telefónica / EP

Por lo pronto, Telefónica ya ha adelantado que revisará la política de dividendos de su filial alemana y ha justificado la operación como una fórmula para elevar la aportación de la unidad al balance del grupo, tanto en términos de beneficios como de flujo de caja.

De esta forma, la operadora ha aprovechado el escenario del hundimiento de su filial alemana en bolsa para emplear parte de la caja que, al menos por el momento, no parece ser el mayor de sus problemas.

Oleada de novedades

El mercado aguarda con expectación el contenido de su hoja de ruta cuya presentación, además, llega precedida de una espiral de acontecimientos que no entraban en los planes cuando se realizó la convocatoria. 

Entre ellos sobresale la irrupción de Arabia Saudí como primer accionista, con la adquisición del 9,9% del capital, aún pendiente en parte de la autorización del Consejo de Ministros.

Indigestión bursátil

Precisamente, el Gobierno se plantea que el Estado adquiera también un paquete de acciones a través de la SEPI para asegurar su posición en el equilibrio de poderes, toda vez que la operadora es considerada como una empresa elevadamente estratégica.

El ruido generado por todas estas novedades no ha terminado de sentar bien a la confianza de los inversores en Telefónica, algo que se ha visto reflejado en su cotización. El último cierre antes de conocerse los detalles del plan ha sido de 3,70 euros, por debajo del precio al que cotizaba justo antes de que se hiciera pública la inversión de la 'teleco' pública saudí STC. El anuncio de la opa sobre la filial alemana se ha saldado con un leve descenso del 0,5% en una sesión que el Ibex 35 ha cerrado con tono plano.