El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez EDUARDO PARRA - EUROPA PRESS

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La negociación de la investidura y las incógnitas normativas pasan factura a la prima de riesgo de España

La incertidumbre política en torno a la formación de Gobierno y las cesiones a los potenciales socios, que impactan en el ámbito económico, hacen que el diferencial de la deuda española en los mercados de renta fija se mantenga por encima de los 100 puntos, al margen de la relajación generalizada de las rentabilidades en Europa

6 noviembre, 2023 23:30

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El mercado ha absorbido gran parte del impacto que han generado las últimas actuaciones y declaraciones del Banco Central Europeo (BCE), que no cierra la puerta a más subidas del precio oficial del dinero y augura un escenario prolongado de tipos elevados. Sin embargo, el efecto no ha terminado de llegar a la deuda española, cuyo diferencial de rendimiento con la alemana, considerada como referencia en el Viejo Continente, se mantiene por encima de 100 puntos básicos. 

Un comportamiento que dista del mostrado por los bonos de socios comunitarios como Francia, Portugal, Italia e, incluso, Grecia, que han visto rebajadas sus respectivas primas de riesgo en los últimos días, al tiempo que los inversores volvían a dirigir su mirada a la bolsa. 

Proceso encallado

En el caso español, la prima de riesgo se situó a última hora de este lunes en 106 puntos básicos, algo por debajo de las cotas que llegó a alcanzar la pasada semana, pero con descensos inferiores a los protagonizados por los diferenciales de los países citados. 

Tras estos movimientos aparece como trasfondo la incertidumbre que comienza a generar en los mercados la situación política en España, especialmente con el proceso de investidura y la formación de Gobierno, que sigue encallado camino de los tres meses y medio desde la celebración de las elecciones generales

Negociaciones dilatadas

Un procedimiento que ya ha quemado una de las etapas, con el intento fallido por parte de Alberto Núñez Feijóo, el candidato del partido con mayor representación parlamentaria. 

Llegado el turno del candidato socialista y presidente en funciones, Pedro Sánchez, las profusas negociaciones con los numerosos partidos cuyo apoyo necesita para lograr la reelección están llevando el proceso más allá de lo esperado.

Los expertos señalan que el retraso complica la posibilidad de sacar adelante una Ley de Presupuestos de 2024 antes de que finalice el año, que podría obligar a prorrogar los actuales; además, demora más de lo recomendable la formación de un gobierno que afronte las reformas que precisa España para asumir desafíos como el regreso de las reglas fiscales de la Unión Europea tras su suspensión a causa de la pandemia.

Tampoco juega a favor de rebajar el riesgo de invertir en el país el contenido de los acuerdos que los socialistas y Sumar, su socio de coalición, negocian con vistas a la investidura, entre los que figura una ley de amnistía para beneficiar a los principales impulsores del procés, entre ellos el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, que sigue bajo la condición de prófugo de la Justicia.

Polémica fiscal y amenazas

 Tampoco han pasado desapercibidos en el mercado los anuncios de algunas medidas como la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales y, sobre todo, la conversión de temporal a permanente del impuesto especial a la banca y las eléctricas (en principio, programado para dos años), que ha vuelto a poner en pie de guerra a estos sectores. 

La reacción ha incluido una advertencia por parte de Repsol sobre la posible paralización de inversiones en España si el marco fiscal sigue mostrando síntomas de inestabilidad, lo que resta la suficiente seguridad jurídica que exigen inversiones muy voluminosas y a largo plazo. 

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz (izq.), y el presidente, Antonio Brufau / EP

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz (izq.), y el presidente, Antonio Brufau / EP

La amenaza ya se ha hecho incluso patente con algunos proyectos de la compañía en Euskadi, que han quedado paralizados, pendientes de posibles novedades. El peligro de eventuales decisiones en este sentido radica en su impacto en el empleo, cuyo panorama con vistas a 2024 ya es, de por sí, complicado como consecuencia de la prevista desaceleración.

En el ámbito laboral, la situación no es precisamente halagüeña. Un reciente informe de la patronal catalana Foment del Treball ha demostrado que la proliferación de contratos indefinidos ha maquillado la elevada temporalidad del mercado de trabajo. Otra asignatura pendiente que la reforma laboral aprobada a finales de 2021 por el Gobierno que ahora negocia para su continuidad no ha logrado atajar.

Penalización

Con este escenario, el bono español a diez años registra una rentabilidad superior al 3,8% en el mercado secundario, la segunda más elevada dentro de las grandes economías comunitarias, sólo por encima de la de Italia, muy castigada por la muy elevada deuda pública transalpina.

Precisamente, un rendimiento tan elevado encarece de forma notable la financiación de un endeudamiento que se sitúa en torno al 110% del PIB. Pese a que esta variable ha recortado en los últimos trimestres, la rebaja está más relacionada con el crecimiento de la economía que con la mengua de la deuda.

Se aleja Portugal

Además, mientras la prima de riesgo italiana se ha recortado un 9% en los  últimos días como consecuencia de la anteriormente mencionada corrección en el mercado, la española apenas ha menguado un 5%. Algo que ha propiciado, sin ir más lejos, que el diferencial con la portuguesa se haya situado en torno a los 40 puntos básicos en favor de la lusa. 

En cambio, la distancia que el riesgo de inversión en España mantiene con países como Grecia y Croacia se estrecha a pasos agigantados y apenas supera ya los 20 puntos básicos.