Foment alerta de una fuga naval si se aprueba el impuesto a los cruceros en Cataluña
La patronal sostiene que ningún país aplica un tributo sobre las emisiones contaminantes de los grandes buques sólo en algunos puertos de su territorio
6 noviembre, 2023 23:30Noticias relacionadas
Foment del Treball ha advertido de la fuga naval que podría producirse si finalmente se aprueba el impuesto sobre las emisiones contaminantes de los cruceros y grandes buques que prepara el Govern. La exdiputada de la CUP y actual directora general de Calidad Ambiental y Cambio Climático, Mireia Boya, es una de las impulsoras de la propuesta, que ya ha iniciado su recorrido legislativo.
En un voto particular anejo al dictamen del Consejo de Trabajo, Económico y Social de Cataluña (CTESC), la patronal ha alertado de que "este impuesto podría producir un desvío de la actividad hacia puertos cercanos fuera de Cataluña, como pueden ser el Puerto de Valencia o el de Marsella, donde no se aplican tasas equivalentes".
Pérdida de inversiones
La organización empresarial previene contra la pérdida de trabajos e ingresos que conllevaría este desplazamiento de navíos. De resultas, se malograrían las inversiones necesarias para avanzar hacia infraestructuras portuarias más sostenibles, uno de los objetivos que precisamente se pretende alcanzar con este gravamen.
"No se conoce en el mundo ningún puerto dentro de la región de un país que aplique de forma individual un impuesto a las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx). En Europa, sólo un Estado, el noruego, aplica un impuesto de estas características en todos los buques que navegan por sus aguas territoriales, si bien no está dirigido hacia ningún puerto en particular", expone la patronal.
¿Impuesto nacional o autonómico?
Como mal menor, Foment plantea algunas consideraciones para paliar los efectos contraproducentes de la figura. Así, se recomienda eliminar el gravamen sobre la materia particulada y también durante el tiempo de maniobra y fondeo. Asimismo, propone un paquete de exenciones y bonificaciones que no se han tenido en cuenta en el articulado del anteproyecto.
Por su parte, UGT, CCOO y Pimec, que también forman parte del pleno del CTESC, no han formulado ningún voto particular. Sin embargo, el dictamen no vinculante del órgano consultivo recomienda elevar la cuestión a nivel estatal para establecer un impuesto de ámbito nacional que evite "una competencia fiscal a la baja entre las comunidades autónomas".
Mal negocio para el turismo
El informe también recomienda la elaboración de un estudio sobre el impacto del gravamen, tanto desde el punto de vista ambiental como del tráfico de los puertos catalanes, sobre todo en Barcelona, Tarragona y Palamós. Precisamente, entidades como la Asociación de Navieros Españoles (ANAVE) y Turisme de Barcelona han mostrado su reticencia a la medida por sus potenciales efectos negativos sobre el turismo.
Según las cifras manejadas por la primera entidad, Barcelona recibió en 2019 unos tres millones de cruceristas. Esta cifra menguó un 25% en 2022, aún con la pandemia del Covid. Se teme que la entrada en vigor del tributo reduzca aún más la llegada de visitantes por vía marítima.
Previsto por ley en 2017
Aunque no se puede considerar una medida imprevista: el tributo está previsto en la ley autonómica de cambio climático aprobada en 2017. El Govern estima que un 80% de los buques que atracan en la capital catalana deberán pagar un impuesto con el que, a su vez, planea recaudar anualmente 7,5 millones de euros.
Y enfatiza en que se trata de un peaje pequeño. De media, un crucero deberá pagar 1.440 euros de tasa suplementaría cada vez que atraque en un puerto catalán.