Los discretos empresarios que resucitan el Gaixample de Barcelona
- El grupo Believe relanza la zona de ocio LGTBI de la Ciudad Condal, que había entrado en fase de decadencia
- Sus 21 locales y alojamientos generan unos ingresos millonarios, pero la firma no reparte dividendo y reinvierte parte de las ganancias en causas sociales para el colectivo
Noticias relacionadas
¿Quién está detrás del resurgimiento del Gaixample? La zona de ocio LGTBI de Barcelona ha conseguido superar su última fase de decadencia gracias a la apertura de nuevos locales, entre los que destacan los 13 que ha inaugurado o inaugurará próximamente Believe Group BCN, que en solo seis años se ha convertido en el líder del sector desbancando a Grupo Arena, fundado por el añorado empresario Aladino Nespral, fallecido en 2019.
Ahora, un nuevo operador ha cogido el testigo de Arena y lidera el ocio arcoíris. Believe prevé cerrar el año con una facturación cercana a los ocho millones de euros. Los bares han tenido estos meses algo menos de afluencia que en 2022, cuando se beneficiaron de la explosión de la escena nocturna LGTBI tras la pandemia.
Hoteles, bares y clubs
Believe tiene un total de 21 cafeterías, clubs, bares musicales y también alojamientos. De hecho, los hoteles son la primera línea de negocio por la que apostó la compañía ya en 2005. Bajo la marca Barcelona City Hotels, cuenta con establecimientos hospitalarios en las Ramblas, Sagrada Família, El Putxet, El Parc i la Llacuna de Poblenou, un par en la Dreta de l'Eixample y otros dos en Sant Gervasi-Galvany.
Sus locales del Gaixample incluyen las discotecas de formato reducido Believe Club y Honey Club; los bares musicales Honey Furry Bear Gay Bar, LaCarrà, Blond Ambition Bar, Gingin Gay Bar, Titanic y Maricon Bar; las cafeterías Priscilla, Elvira y Pink Corner y Men Factory; y los clubs sexuales privados Men Factory y el recién inaugurado Boy Factory. Además, acaba de abrir la perfumería Euforia y está a punto de estrenar el puesto de frankfurts Caliente Caliente.
Expansión
Este rápido crecimiento se ha financiado con préstamos bancarios y la reinversión de los beneficios del grupo, cuyos socios, Xavi Franquesa y Abramo Malaguti, han renunciado a cobrar dividendos en los últimos años pese a la buena marcha del negocio. Han priorizado una expansión que todavía tiene recorrido, con proyectos que podrían incluir nuevos establecimientos e incluso una sauna moderna de perfil europeo, más similar a Boiler Berlin que a la oferta existente en la ciudad.
Sin embargo, no se espera que se mantenga este ritmo de crecimiento tan acelerado, sino que la empresa se centrará en consolidar los locales existentes y patrimonializarlos en la medida de lo posible. Y es que hasta ahora se ha centrado en la explotación de los establecimientos sin entrar en la propiedad inmobiliaria, con alguna salvedad ya que la pandemia ofreció oportunidades en este sentido.
Una obra social discreta
"Believe hace una obra social de más de 40.000 euros al año", señala Franquesa, propietario del grupo, en conversación con Crónica Global. A pesar de su éxito empresarial y su acción benéfica, guarda un perfil discreto como empresario y es relativamente desconocido. "Nos gusta ayudar, pero no nos gusta publicitarlo demasiado", asegura.
"El mejor ejemplo es que cedemos la sede a la asociación Acathi de personas migradas del colectivo LGTBIQ+, que paga cero euros de alquiler", explica el emprendedor. Además, la compañía ha donado comida y material de primera necesidad a otras entidades o colabora con el club deportivo Panteres Grogues: "Puma pone la camiseta y nosotros hacemos la estampación", detalla Franquesa.
25 años del Gaixample
La renovada oferta del Gaixample, incluyendo las aperturas de Believe, han logrado poner fin a la "decadencia" que se percibía en el sector, que cree que "hacía falta aire fresco y nuevos locales" en una zona cuyos inicios se remontan a finales de los 90. "Veníamos de una dictadura y de una Transición en que había costado muchísimo la consecución de algunos derechos, que no todos los que tenemos ahora, para el colectivo LGTBI", recuerda Eugeni Rodríguez, presidente del Observatorio contra la Homofobia.
El activista añade que "había lo que se conocía antes como el gueto". "Las personas LGTBI buscaban refugio en los bares por la situación de vulnerabilidad, necesitaban vivir dentro del armario. Mucha gente no se podía permitir vivir su identidad de forma libre y se les hacía pagar un peaje económico: monto un comercio, cobrando más, para hombres gays y se nos daba la oportunidad de vivir en un espacio, en este mundo rosa", indica Rodríguez.
Todo empezó en el Chino
Sin embargo, este tipo de bares se instalaron incialmente, de forma más clandestina, en el antiguo Barrio Chino, el actual Raval de Ciutat Vella. A finales de los 80 y principios de los 90, esta escena "se reparte por la Diagonal y aparecen en el Eixample tres o cuatro locales, pero eran de pequeños empresarios", relata Jordi Samsó, presidente del Casal Lambda.
"En los 80, había el circuito del Chers, Ciervo, la Martins, la Luna..., que formaban una L", explica el representante del colectivo LGTBI. Y continúa: "El Guinea desaparece y el mismo propietario --Aladino Nespral-- abre Punto BCN", que fue "el primero" del Eixample. También "tuvo mucha importancia" la "desaparecida sala Metro". Estos establecimientos, junto con "algunas discotecas, la mayoría pequeñas", lograron generar un "polo de atracción". Es lo que hoy se conoce como el Gaixample. El barrio floreció durante los 90 y los 2000, pero entró en un cierta decadencia con la crisis inmobiliaria de 2008 y los 2010.
Collboni reconoce el nuevo liderazgo
Nada ilustra mejor esa espiral bajista en la pasada década que la doble venta de Axel Hotels, el pase a segundo plano del hotelero Juan Julià, sancta sanctorum de la zona, el cierre de las discos Arena y la crisis en las patronales gay, consumadas con una escisión, como explicó este medio. Pero paulatinamente, un nuevo player animó la zona: Believe Group. Con una estrategia de expansión osada, ha poblado el enclave de locales y ha generado sinergias entre ellos y el resto del tejido comercial, vecinal y activista.
No es casualidad que el propio alcalde Jaume Collboni (PSC), reconociera la labor de Believe la semana pasada en su paseo por el barrio queer. Collboni arropó a la empresa de Franquesa y Malaguti, que es quien capitanea la bandera de la libertad en el Castro barcelonés.