Los nuevos reyes del ocio nocturno barren a las discotecas Arena

El grupo Arena, que ha superado la insolvencia de la pandemia, "era más personalista, tenía nombres concretos". "Una familia, el empresario y su sobrino", explican fuentes del movimiento por los derechos del colectivo en referencia a Aladino Nespral, el pionero fundador de míticos bares de la zona como Punto BCN, que junto a Este Bar fue uno de los establecimientos más importantes durante los inicios del barrio queer barcelonés. También creó la Fundación Arena. 

Imagen de Arena Classic, una de las salas del grupo de discotecas LGTBI / Cedida

La apuesta de Safari y Experience

Tras el fallecimiento del empresario en 2019, el relevo generacional no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, o al menos no como líderes indiscutibles del sector. A pesar de ello, la compañía, ahora dirigida por Marco Antonio Nespral, sí ha logrado reconectar con el público joven en un par de establecimientos: Safari, en la calle Tarragona, y Arena Experience, en la plaza Urquinaona.

Este último negocio es relevante porque ocupa el local de uno de los clubes históricos del ocio arcoíris: Salvation, hasta 2010. Después transformado en La Madame, otro tech-club LGTBI de corta vida y una discoteca latina, sin el éxito anterior. 

El problema de la seguridad

En la antigua Madre, el grupo ha abierto Ocean Club BCN, con menos raigambre. Tiene otro problema. Arena lleva a cabo inspecciones rutinarias periódicas entre otras acciones para garantizar la seguridad de sus locales. Sin embargo, la actividad de carteristas en algunos establecimientos ahuyentó a parte de sus antiguos clientes.

Imagen de Arena Experience, el nuevo club del grupo LGTBI tras superar la insolvencia Cedida

Precisamente esta, la seguridad, ha sido una de las prioridades de los rivales de Arena. Fuentes del sector subrayan que, por ejemplo, "no se puede evitar que entre droga en un local", pero "Believe es una sala pequeña y es más fácil tanto de llenar como de manejar".

El problema de Tango: quieren un bingo

Destacan que en el panorama nocturno LGTBI debe haber modelos diferentes y que los planes de usos de Barcelona se lo han puesto "complicado" tanto al conjunto del sector como a sus anteriores líderes. El grupo pudo reabrir hace dos meses la sala Aire Chicas e intenta resucitar la sala Tango, en un contexto en que "se han cerrado más de la mitad de las discotecas de Europa" y "la gente ya no sale como antes".

Una drag queen en Believe Club Cedida

En este último emplazamiento, en Tango, la firma de Nespral sobrino brega contra los propietarios del inmueble, que prefieren una sala de apuestas a un club de noche, informan fuentes del sector. Arena, no obstante, es titular de la licencia y quiere hacer valer sus derechos. 

Los clubs gays pierden fuelle

Pero el problema es también sistémico. "Ha cambiado mucho la manera de relacionarse y durante la pandemia empezó a notarse la caída de muchos locales", añaden desde el movimiento LGTBI. "Para conocerse, la gente utiliza mucho las aplicaciones y antes eran las relaciones sociales", indican. Este interlocutor considera que, en consecuencia, el ocio nocturno "se ha diversificado y ha perdido fuelle. La fiesta continúa, los bares continúan..., pero quedan en segundo término".

Es en este contexto que "el grupo Arena ha perdido su papel, igual que ha pasado con Churros con Chocolate", la fiesta queer por excelencia en Barcelona que se sigue celebrando en la sala Apolo pero con "competencia", apostillan las mismas voces. Y remachan: "Aunque Arena continúe, ahora tiene otro papel en un sector dominado por otros".