Vista aérea de Ca n'Amell, de Premià de Mar, y Cinta Pascual

Vista aérea de Ca n'Amell, de Premià de Mar, y Cinta Pascual Cedida

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La líder de la patronal de residencias catalanas se queda con el ‘geriátrico de la vergüenza’

Cinta Pascual compra a DomusVi un asilo donde murieron 87 personas y cuya cúpula está investigada por homicidio imprudente

4 julio, 2023 23:30

La líder de la patronal de las residencias catalanas se ha quedado con el geriátrico de la vergüenza del coronavirus. Cinta Pascual, presidenta de Acra, ha comprado a DomusVi el asilo de Ca n'Amell de Premià de Mar (Barcelona), donde murieron 87 residentes por Covid-19 y cuya anterior cúpula está investigada por homicidio imprudente. 

Lo han explicado fuentes del sector, que han precisado que la venta de la residencia, que ahora se llama Vila Clavelina, se ha cerrado "antes de que venza el actual contrato de explotación que tiene L'Onada Serveis, de Pascual". En efecto, la dirigente patronal tenía un contrato de gestión desde que el centro fue intervenido por el Servicio Catalán de Salud (CatSalut) en 2020 en plena cascada de muertes y entregado a su empresa. 

El acuerdo vencía ahora, y antes de que ello ocurra, L'Onada Serveis se lo ha quedado en propiedad.  

"Fuerte presión de Pascual"

Este medio ha contactado con el grupo de Pascual y con DomusVi, anterior propietario. Ninguna de las dos partes ha contestado. Sí lo han hecho fuentes del sector, que han precisado que la venta de Ca n'Amell, con 311 plazas, ha tenido lugar "después de la fuerte presión que ha ejercido la empresaria al CatSalut para que no le arrebataran la gestión". 

Cinta Pascual, presidenta de Acra y Ceaps, en una comparecencia pública / Cedida

Cinta Pascual, presidenta de Acra y Ceaps, en una comparecencia pública / Cedida

De hecho, L'Onada Serveis fue uno de los grandes beneficiados de las intervenciones de residencias durante las intervenciones de estos centros de mayores en 2020. Pero ningún contrato era tan beneficioso como el de Premià, por sus "economías de escala", y se entiende que la directiva "ha peleado para quedarse como gestora o bien como propietaria, consiguiendo esto último". 

Un perdedor: DomusVi

Esa presión ha surtido efecto, y la residencia Vila Clavelina ha recalado oficialmente en el portafolio de L'Onada. Dejando un perdedor, eso sí: DomusVi. El líder nacional de los geriátricos ha vendido inexplicablemente un activo en el que invirtió en 2017, cuando la compró. 

Imagen de la actuación de emergencia contra el Covid-19 en Ca n'Amell en 2020

Imagen de la actuación de emergencia contra el Covid-19 en Ca n'Amell en 2020 Cedida

"No ha recuperado la inversión y ahora la ha vendido por menos dinero. Es inexplicable como operación inmobilliaria salvo que se explique por la presión y llegada que tiene L'Onada Serveis en el Gobierno catalán, que es quien le concierta la mayoría de plazas a Vila Clavelina", detallan desde la industria. 

Homicidio imprudente

Sea como fuere, la transacción tiene lugar pese a que la antigua cúpula de este asilo está imputada por homicidio imprudente, como explicó Crónica Global. El juzgado de Instrucción número 2 de Mataró examina la gestión de la crisis del Covid-19 que se hizo en este centro. Murieron 87 personas, y fiscalía acusa a la dirección de entonces de ocultar los fallecimientos y de dejar a los ancianos en situación de semiabandono mientras el virus segaba sus vidas. 

El caso destrozó la reputación de DomusVi. No sólo por la investigación judicial, sino porque el CatSalut había tenido que intervenir el geriátrico y entregárselo a L'Onada. Hasta ahora, cuando el gestor se ha convertido en el nuevo propietario. 

Pascual crece

Con este nuevo activo, L'Onada crece aún más. El conglomerado, que comenzó a operar residencias de mayores en el Ebro, se ha expandido por toda Cataluña al calor de los contratos que logró en pandemia, como el de Ca n'Amell

Asimismo, desde el sector recuerdan que el grupo también ha hincado el diente a los centros de personas con discapacidad, como en la Residència Joan XXIII de Cerdanyola del Vallès (Barcelona), donde su gestión iniciática ha despertado una huelga del personal.