El juez admite a trámite un recurso contra la venta de Serveis Funeraris
La compra del 15% del operador público-privado por parte de la vasca Asistea-Funeuskadi, pendiente de la justicia
17 noviembre, 2020 17:18Un juez ha admitido a trámite un recurso contencioso-administrativo interpuesto contra la venta del 15% de Serveis Funeraris de Barcelona (Sfb). El magistrado examinará los argumentos de un recurrente que ha impugnado la enajenación de la parte municipal del operador público-privado. Por ello, la venta de estos títulos a Grupo Asistea-Funeuskadi no está para nada cerrada, pese a que empresa y ayuntamiento así lo han indicado.
Fuentes jurídicas han señalado en la dirección opuesta. La colocación de las acciones, que el ayuntamiento ha enajenado por medio de Barcelona de Serveis Municipals (B:SM), no se ha completado. Por ello, la supuesta "entrada de Grupo Asistea al mercado funerario en Cataluña", del que la firma se jactó ayer lunes, 16 de noviembre, no sería tal hasta que no se complete el proceso de venta pública.
Recurso admitido a trámite
En el campo estrictamente judicial, el procedimiento será examinado ahora por un magistrado después de que éste admitiera a trámite un recurso contencioso-administrativo presentado por la empresa PFM.
El togado denegó las medidas cautelares de suspensión de la polémica subasta a viva voz de las acciones municipales en el operador mixto, pero sí analizará el recurso contrario.
Colau zanja la colaboración público-privada
Lo mollar es que el Ayuntamiento de Barcelona, sobre todo las concejalías de Barcelona en Comú, partido de la alcaldesa Ada Colau, buscan liquidar la colaboración público-privada en los servicios funerarios de la Ciudad Condal. El trabajo conjunto dio buenos resultados en la primera ola de la pandemia, cuando el circuito funerario barcelonés aguantó pese a la virulencia del patógeno SARS-CoV-2.
Ejemplo de ello fue el hecho de que Serveis Funeraris pudo mantener el ritmo de gestión de fallecimientos e incluso montó un tanatorio de campaña con recursos propios, a diferencia de la capital, donde la Funeraria de Madrid, 100% pública, experimentó serios problemas. En la capital catalana, otra empresa puramente municipal, Cementiris de Barcelona, bordeó también el colapso y tuvo que comprar un horno funerario de emergencia que, a la postre, no utilizó.